Días de gracia: la violencia como método, recurso y fin

Por Hugo Lara Chávez

El plotline que aparece en el poster de “Días de gracia” advierte: “La vida no es como la vives sino como la cuentas… a veces ganas y la cuentas… a veces no”. Bajo esta noción, la película propone un desafío narrativo, de cómo desarrollar tres historias que se trenzan dentro del México del siglo XXI, afectado por la inseguridad, los secuestros, la corrupción y la violencia.

El director y guionista de “Días de gracia”, Everardo Gout, hace su debut con este filme que fue seleccionada para el Festival de Cannes de 2011 y que ha hecho un más que decoroso recorrido por festivales, antes de su estreno comercial, este viernes 13 de abril. Apenas hace un mes obtuvo el premio de mejor director en el Festival de Guadalajara, con lo que se avizora una prometedora carrera de Gout dentro del cine industrial.

Situada en la Ciudad de México, la cinta narra la historia de Lupe (Tenoch Huerta), un joven policía convencido de hacer el bien y luchar contra la delincuencia. Su integridad es puesta a prueba cuando se entera que un cercano compañero suyo se ha involucrado en actos de corrupción, y en su afán por cumplir con su deber, descubre una poderosa red de secuestradores que lo pone bajo amenaza junto a su familia. Paralelamente, el filme narra la tragedia de Susana (Dolores Heredia), un mujer que debe enfrentar una dura jornada para resolver las negociaciones con los criminales que secuestraron a su esposo. Finalmente, se entrevera el conflicto de Doroteo, un joven delincuente y aspirante a boxeador que es encargado de cuidar a su víctima cautiva en una casa de seguridad.

“Días de gracia” es un itinerario por uno de los Méxicos que coexisten ahora, aunque lamentablemente éste sea el más visible: el México bárbaro, violento y cruel, donde la ley y el crimen se confunden continuamente, sea en los ambientes sobrecargados de las barriadas proletarias pero también en las zonas residenciales más armoniosas. Es un México encarnado por el personaje de Huerta, un idealista que cree en los principios de la patria, de la honradez, de la familia, y que para reafirmar sus convicciones lleva consigo un preciado amuleto: una bala del revolucionario Emiliano Zapata, que simboliza su lucha por la justicia. En este sentido, “Días de gracia” tiene conexión con películas como “El Infierno” de Luis Estrada o “Miss Bala” de Gerardo Naranjo —que ya comienzan a formar un subgénero del cine nacional — pero a la que hay que apreciar por sus diferencias y sus cualidades particulares.

“Días de gracia” es narrada desde los distintos ángulos de sus personajes que se cruzan, en algunos casos de forma directa y en otros no. Mediante una estructura caleidoscópica, el director se sirve con mucha astucia de las transmisiones televisivas de los partidos de futbol de las Copas del Mundo para hilvanar su elaborado tejido visual de tres tiempos, con ritmo trepidante, con sus provocadoras situaciones y atmósferas que estimulan las emociones, el desconcierto y la expectativa. La película da inesperados giros de tuerca para hacernos ver que no trata sobre la violencia y la corrupción per se, sino del proceso que lleva a ellas, del paciente y trágico método de la descomposición. Y aquí “Días de gracia” logra dar un salto como una película de denuncia hacia un nivel superior, que mezcla géneros al apropiarse de varios elementos del cine contemporáneo de acción, del thriller y el policiaco, que incluso los filmes de Hollywood suelen emplear. De ahí su parentesco con filmes como “Los infiltrados” (The Departed, 2006), de Martin Scorsese, y otras.

Un aspecto notable es el trabajo actoral, donde Huerta, de fuerte presencia en pantalla, muestra sus formidables aptitudes naturales y su rigor profesional (incluso pasó de incógnito por la escuela de policía para preparar el personaje), apoyado en la solvencia de Heredia, José Sefami, el español Carlos Bardem, Mario Zaragoza y el joven Kristyan Ferrer, a quien hay que seguir de cerca.

En los renglones técnicos, “Días de gracia” está muy próxima a lo impecable, gracias a la estupenda fotografía de Luis Sansans, que echa mano de diversos formatos, de cine a video digital, para conferirle una variedad de texturas y paletas a la película, en concordancia con la dirección de arte de Bernardo Trujillo y el diseño sonoro de Fernando Cámara. También hay que poner atención al grupo de colaboradores de primer nivel internacional que intervienen en la edición (Hervé Schneid, editor de filmes como “Amelie” y José Salcedo, editor de “La piel que habito”) y en la música de Nick Cave (The Proposition, 2005),  Atticus Ross (“La red social”) y Shigeru Umbebayash (“In the Mood for Love”).

Es cierto que hay un sector del público que no quiere ver películas con temáticas sobre la violencia o la corrupción en México y que prefieren propuestas escapistas o de otro tipo. Están en su derecho pero podrían perderse de ver una película muy sólida, que está llamada a convertirse en un referente como en el pasado lo fue “Rojo amanecer” o “Amores perros”. Y curiosamente —con su inconfundible mexicanidad: con esos personajes de raíces populares, en medio de los paisajes urbanos abigarrados y caóticos— es al mismo tiempo una historia universal que bien podría ocurrir en Los Angeles, Río de Janeiro o París, y que podría protagonizar algún rudo como Will Smith o Mark Wahlberg.

En suma, a pesar de su sabor de desencanto, de frustración y coraje que mana de “Días de gracia”, es una película emocionante, valiente y más que oportuna, que rehúye  de la evasión en estos tiempos electorales y este contexto social para, en cambio, confrontarnos y hacernos pensar… y, también ¿por qué no? entretenernos de principio a fin.

Dirección: Everardo Gout.  Guion:·Everardo Gout.  Fotografía: Luis Sansans. Música: Atticus Ross, Shigeru Umebayashi, Nick Cave, Warren Ellis. Sonido:  |Fernando Cámara.  Dirección de arte: Bernardo Trujillo.  Edición:· Hervé Schneid, José Salcedo, Everardo Gout. Producción: Leopoldo Gout, Ozcar Ramírez, Adriana Bello, Everardo Gout, Luis Sansans. Intérpretes · Cast: Tenoch Huerta, Dolores Heredia, Carlos Bardem, Kristyan Ferrer, Mario Zaragoza, Paulina Gaitán, Eileen Yáñez, Dagoberto Gama, José Sefami, Sonia Couoh, Harold Torres.

“Días de gracia” logra dar un salto al apropiarse de varios elementos del cine contemporáneo de acción, del thriller y el policiaco

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Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.