Redacción. Este miércoles falleció a los 83 años el cineasta Rafael Corkidi (o Corkidhi, como él mismo lo escribía), distinguido con el Ariel de Oro en 2013 y ganador de un Ariel en 1972 por la mejor fotográfia de “El Topo”. En los sesentas, se dio a conocer como fotógrafo de cabecera de Alejandro Jodorowsky, y posteriormente reafirmó su talento como director de valiosos filmes como “Angeles y querubines” y “Pafnuncio Santos”, notables por su audaz y vanguardista propuesta narrativa y visual. Además, fue pionero del video en México, en la década de los ochenta. La Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas informó sobre su deceso esta mañana a CorreCamara.com a través de un boletín.

Su nombre completo fue Rafael Corkidi Acriche y nació en Puebla, Puebla, el 20 de mayo de 1930. De formación autodidacta, muy joven emigró a la Ciudad de México, donde se inició en la fotografía comercial. Interesado en el cine y la fotografía en su juventud, comenzó a trabajar en Productores Unidos en los cinenoticieros Cine Mundial y Cinescopio. Fue asistente de perosonalidades como Nacho López, Rubén Gámez y Antonio Reynoso. Formó parte del grupo Nuevo Cine y participó como operador en la película “Tajimara”.

Como cinefotógrafo filmó decenas de cortos, documentales y entre otras, las películas: “La mansión de la locura” (Juan López Moctezuma, 1971), “La montaña sagrada” (Alejandro Jodorowsky, 1972), “Peregrina”, “La muerte de Pancho Villa” (Mario Hernández, 1973).

En 1971 dirigió y fotografió “Ángeles y querubines”. Más tarde, Corkidi acometió una trilogía informal compuesta por “Auandar Anapu” (1974), “Pafnucio Santo” (1976), y “Deseos” (1977), serie de largometrajes financiados por él mismo y por empresas estatales, algunos de los cuales fueron bien recibidos por la crítica que exaltaba sus virtudes de imagen y sus audacias de puesta en escena. El último de ellos, inspirado en la novela “Al filo del agua” de Agustín Yáñez, fue censurado por funcionarios del gobierno lopezportillista, e incluso pasó un tiempo en la cárcel, durante el negro episodio de la “cacería de brujas” que desató Margarita López Portillo, hermana del presidente y directora de la entidad gubernamental Radio Televisión y Cinematografía (RTC).

Marginado por el cine estatal, colaboró en el Canal 11 de televisión, institución para la que realizó varios programas de carácter cultural (“El Quijote”, “Posada”, “Juan Ramón Jímenez”) y videoteatros. Convencido de la imposibilidad de seguir haciendo un cine de autor, en los ochenta logró realizar una serie de videofilmes de medio y largometraje que le permitieron desarrollar sus afanes experimentales, tanto de forma como de contenido: “Figuras de la pasión” (1983), “Las Lupitas” y “Relatos” (1984, ambas), “Huelga/Strike” (1987), “Señoras y señores” (1988), “Querida Benita” (1989) y “Forjadores” (1990).

Escribió guiones y fue  pionero del video en México. Su obra más recientes son “Cantatas para la Independencia” (2010), “El maestro prodigioso” (2010). En sus últimos años residió en Boca del Río Veracruz donde dirigía una pequeña escuela de cine y fotografía financiada con sus propios recursos. Descanse en paz. (Con información de Cien años de cine mexicano. U. de Colima, Conaculta, México, 1999)