Por Gustavo Ambrosio

La homosexualidad sigue siendo tabú en todo el mundo. Aunque se han abierto las puertas, sobre todo en lo relacionado al lado masculino de la homosexualidad, tal parece que el lesbianismo es todavía un asunto que levanta ámpulas sociales.

Éste año, Abdellatif Kechiche cimbró a la Riviera francesa durante el Festival de Cannes con una historia de una joven llamada Adèle que se enamora de una muchacha de cabello azul en pleno despertar sexual. Basada en la novela gráfica de Julie Maroh, “Le bleu est une choleur chaude”, el filme titulado “La vida de Adèle, Capítulo 1 y 2” (La vie d´Adéle, Cahpitere 1 & 2,  2013) se llevó la Palma de Oro de Cannes, con Steven Speilberg como presidente del jurado, en medio de protestas sociales en París contra el matrimonio homosexual.

La historia nos transporta a la vida de una joven confundida, perdida en medio de una familia cerrada, una sociedad hipócritamente progresista y una desesperación por no saber cómo manejar su preferencia sexual.

Kechiche explora hasta los más íntimos detalles, sexo lésbico explícito incluido, la relación entre dos jóvenes, aparentemente diferentes entre sí. La soledad, la no aceptación, el miedo, la confusión y la homofobia interiorizada juegan un papel primordial, en una de las cintas más honestas sobre homosexualidad que se hayan realizado a la fecha.

La empatía que provoca Adele Exarchopoulos, con ese gesto ausente y lleno de angustia por las presiones de una relación que la hacen sentir menos y una sociedad cerrada para ella, hacen que levante un protagónico histórico en el cine.

Su coprotagonista, Lea Seydoux, amarra unas escenas explosivas y eróticas que le dan una buena respuesta al papel de Exarchopoulos, pero por momentos parece relegada y opacada.

Pero la armonía entre ambas actrices hace que dos duelos interpretativos, un face to face, resulten una bomba verbal y dramática que traspasa la pantalla.

Kechiche se mueve con una dirección discreta, adecuada a la historia, pero se luce en las escenas de cierta fiesta (ojo con la pantalla de cine y Exarchopoulos), donde juega con la psique de su protagonista, reflejándolo en una película.


“La vie d´Adéle” es, pese a todo, una expresión honesta y desclicheada del lesbianismo

Además de la estética “azulada” de la cinta, la fotografía de Sofian El Fani, se adapta a las pretensiones artísticas del director y abruma de tonos azules ciertas escenas de la película, aunque también resalta su manejo simbólico de la luz natural.

Sin embargo, la duración (la película está dividida en capítulo 1 y 2) es arrolladoramente excesiva. Quizá en separado sea más disfrutable, pero de un sentón se siente como si fuera necesario llevarla a la sala de edición a hacerle unos ajustes, eso incluye las escenas de sexo implícito que son innecesariamente reiterativas y largas.

“La vie d´Adéle” es, pese a todo, una expresión honesta y desclicheada del lesbianismo, una película que hacía falta en el campo fílmico de la temática “homosexual” y que encuentra un personaje tan vivo y  real como lo es Adéle. Este filme forma parte de la 55 Muestra Internacional de la Cineteca Nacional.


La vie d´Adéle, escrita por Abdellatif Kechiche, Dir. Abdellatif Kechiche, Francia/2013, Reparto: Adele Exarchopoulos, Lea Seydoux, Salim Kechiouche, Mona Walravens, Alma Jodorowski, Jérémie Laheurte.


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