Por Hugo Lara
En varios momentos, el cine mexicano buscó abrirse paso en el cine mundial a través de la presencia de algunas figuras internacionales. Durante la llamada Época de Oro —en la década de los años cuarenta y parte de los cincuentas— el cine mexicano logró ocupar un espacio hegemónico en el mercado Iberoamericano, lo que le permitió atraer decenas de actores de otros países de la región, sobre todo españoles, cubanos y argentinos, que por razones del idioma han hecho común su integración. Esta situación fue recurrente y ello suscitó casos insólitos, pues también arribaron figuras de otras procedencias y otras lenguas, como fueron los pasos fugaces de mitos como Buster Keaton, el ilusionista Fu-Manchú, Boris Karloff, Broderick Crawford, el japonés Toshiro Mifune, Lana Turner, John Huston, los franceses Gian María Volonté, Isabelle Adjani, el italiano Marco Leonardi y desde luego la gran estrella británica recién fallecida, Peter O’Tool.
Algunas de estas figuras llegaron al cine mexicano en su decadencia, donde su presencia fue discreta, pero en otros casos se dio bajo circunstancias especiales, como sucedió con Jack Palance en “Flor de mayo” (1957); Mifune en “Ánimas Trujano” (1961); Turner en “El terrón de azúcar” (1968), Volanté en “Actas de Marusia” (1975), Franco Nero en “Campanas rojas” (1981), Adjani en “Antonieta”(1982) o Ron Pearlman en “Cronos” (1992), en medio de iniciativas que buscaban el realce internacional del cine mexicano.
A continuación proponemos una lista de 10 presencias curiosas en el cine mexicano.
Buster Keaton
“El moderno Barba Azul” (Jaime Salvador, 1944)
Extraña incursión del gran comediante de la Cara de Piedra en el cine mexicano. Desde la llegada del sonido, la gran fama mundial de Buster Keaton entró en declive y al protagonizar esta comedia ya estaba en plena decadencia, paradójicamente coincidiendo con el apogeo de la Época de oro del cine mexicano. El filme, dirigido por el mediano director Jaime Salvador y coprotagonizado por el español Ángel Garasa, es la aventura de un soldado estadounidense que llega a un pueblo de la costa y es confundido por un asesino y termina involucrado en una fallida expedición a la Luna.
Silvana Pampanini
“Sed de amor” (Alfonso Corona Blake, 1959) y “Tres mil kilómetros de amor” (Agustín P. Delgado, 1967)
La actriz italiana Silvana Pampanini, contemporánea de otras beldades de la posguerra en su país como Silvana Mangano, Gina Lollobrígida o Sophia Loren, arribó a México precedida de buena fama y protagonizó primero una melodrama ambientado también en un pueblo de pescadores, junto a Pedro Armendáriz y Anna Luisa Peluffo, donde encarnó a una sensual mujer. Su segunda participación en el cine mexicano fue en el road movie en clave de comedia “Tres mil kilómetros de amor” (1965), una trama que sucede a bordo de un autobús desde Tijuana hasta la Ciudad de México, con todo y los Polivoces a bordo.
Jack Palance
“Flor de Mayo” (Roberto Gavaldón, 1959)
El competente actor Jack Palance, ganador del Oscar como actor de reparto por City Slickers (1991), forma en “Flor de mayo” un triángulo amoroso junto a María Félix y Pedro Armendáriz, en este melodrama ambientado en el entorno tropical de los pescadores de Sinaloa. Un filme fallido de Gavaldón basado en la novela “Libertad” de Vicente Blasco Ibáñez, que fue filmada en dos versiones, en español e inglés, buscando el mercado anglosajón.
Lon Chaney Jr.
“La casa del terror” (1959) de Gilberto Martinez Solares
Hijo del afamado actor del cine mudo conocido como “El Hombre de las Mil Caras”, Lon Chaney Jr. nunca logró la misma celebridad de su padre pero sí consiguió cierta reputación dentro del cine de terror gracias a su personaje de Hombre-lobo, que interpretó en 1941 para Universal Pictures Co. Inc., cuya caracterización le encasilló para el resto de su vida. Ese mismo papel es que lo trajo a México para aparecer junto a Germán Valdés Tin Tan en la comedia “La casa del terror”, donde sucede una intriga alrededor de un Museo de cera. Algunas escenas de este filme, junto con otras de “La momia azteca” (1957) de Rafael Portillo, sirvió de base para la extraña “Face of the Screaming Werewolf” (1964) de Gilberto Martínez Solares, Rafael Portillo y Jerry Warren, donde nuevamente aparece Chaney Jr..
Toshiro Mifune
“Ánimas Trujano” (Ismael Rodríguez, 1962)
Una de las incursiones de actores extranjeros más curiosas en el cine mexicano es la del japonés Toshir? Mifune, célebre por protagonizar varias películas del genio Akira Kurosawa, como “Los siete samuráis” y “Rashomon”. En esta película del destacado cineasta mexicano Ismael Rodríguez, Mifune encarna a un indígena zapoteca, arribista y mezquino, que quiere convertirse a costa de lo que sea en mayordomo de las fiestas religiosas de su comunidad. El filme resulta sobrado de pretensiones y solemnidad, pero vale la pena verse.
Glenn Ford
“El mal” (Rage, de Gilberto Gazcón, 1965)
Glenn Ford, protagonista de grandes clásicos como “Gilda” (1946) y “3:10 to Yuma” (1957), interviene en esta coproducción entre México y Estados Unidos, en un drama ambientado en el entorno aislado de unos ingenieros que trabajan en la construcción de una carretera. Junto a Ford aparecen también Stella Stevens, José Elías Moreno y David Reynoso, en cuya trama el protagonista corre el riesgo de perder la vida a causa de la mordedura de un perro rabioso.
Boris Karloff
“La cámara del terror” (Fear Chamber, 1968), “La muerte viviente” (The Snake People, 1968), “Invasión siniestra” (Incredible Invasion,1968) y “Serenata macabra” (House of Evil, 1968)
El londinense Boris Karloff es todo una leyenda del cine de horror a partir de que inmortalizó a la figura de Frankenstein en la versión de 1931, dirigida por James Whale, que lo encasilló en papeles semejantes en sus películas futuras. En su último año de vida (falleció en 1969) realizó cuatro filmes para el cine mexicano donde alternó con actores como Julissa, Carlos East y Enrique Guzmán. Son películas de bajo presupuesto dirigidas por Juan Ibáñez, que mezclan la ciencia-ficción y el horror, aunque el resultado es confuso y lleno de inconsistencias. Como Karloff ya se encontraba avanzado de edad (nació en 1887) no pudo desplazarse a filmar a México, así que sus partes fueron hechas en Hollywood y dirigidas por Jack Hill.
Broderick Crawford
“Gregorio y su ángel” (Gilberto Martínez Solares, 1967)
Broderick Crawford fue ganador del Oscar como mejor actor protagónico por “All the King’s Men” (1949), de Robert Rossen, además de realizar papeles emblemáticos al servicio de grandes cineastas como George Cukor en “Born Yesterday” (1950) y Federico Fellini en “Il bidone” (1955). Esas altas credenciales lucieron muy poco en su incursión dentro del cine mexicano en “Gregorio y su ángel”, de la mano del avejentado director Gilberto Martínez Solares, artífice de los grandes éxitos de Tin Tan en sus mejores años, quien por cierto es el coprotagonista de esta película. El filme narra la historia de un jardinero alcohólico que es reconvenido por una niña que lo acompaña y que no es sino su ángel guardián, con el paisaje turístico del pueblo de Taxco de fondo.
John Huston
“Triángulo diabólico de las Bermudas” (1978) de René Cardona Jr.
John Huston, el gran cineasta responsable de filmes como “El halcón maltés” (1941) y “El tesoro de Sierra Madre “(1948), además de soberbio actor de “Chinatown” (1974), también recaló en el cine mexicano, en la cinta “Triángulo diabólico de las Bermudas” (1978) de René Cardona Jr. Bien es sabido que Huston siempre estuvo ligado a México y eso puede explicar esta curiosa participación protagónica en este entretenido pero naif thriller de terror, donde alterna con Andrés García y Hugo Stiglitz. En esta película, Huston interpreta a un viejo y su familia que viajan en un yate para tomar fotos submarinas, pero terminan siendo víctimas de los aterradores fenómenos paranormales que ocurren en la aguas del Océano Atlántico, en el triángulo formado por la Florida, Puerto Rico y el archipiélago de las Bermudas.
Peter O’Toole
Foxtrot (1976) de Arturo Ripstein
El recién fallecido actor británico, todo un símbolo de su generación, aparece un par de veces en el cine mexicano. En “Foxtrot” (1976) lo hizo al servicio del director Arturo Ripstein, alternando con Charlotte Rampling y Max von Sydow. Se trata de una ambiciosa pero fallida supreproducción mexicana hablada en inglés que narra el intríngulis de unos aristócratas europeos que se refugian en una isla tropical huyendo de la Segunda Guerra Mundial. La segunda aparición de O’Tool para el cine mexicano es en “Cristiada” (2012), dirigida por Dean Wright y protagonizada por Andy García, otra superproducción mexicana también fallida sobre el conflicto religioso en México en la década de los veinte del siglo pasado.