CorreCamara.com se complace en publicar esta primera colaboración de Jaime Ramírez Ortiz, reconocido especialista en cine y en la historia de los Oscares, quien ha publicado desde hace años para medios como la extinta revista Cinemanía.
Por Jaime Ramírez Ortiz
Mucho se ha hablado en los últimos días acerca de la hazaña recién alcanzada por nuestro compatriota Alfonso Cuarón: con diez nominaciones al Oscar para su filme “Gravedad” (“Gravity”), no solo logró superar las siete menciones obtenidas por Alejandro González Iñárritu en 2007 gracias a “Babel”, sino que se perfila como uno de los favoritos de la ceremonia al encabezar la competencia, codo a codo con “Escándalo americano” (“American Hustle), de David O. Russell. Sin embargo, a veces las decisiones de la Academia de Hollywood, responsable de entregar la estatuilla, no resultan tan justas ni tan predecibles. ¿Llegará la cinta del realizador mexicano a ser la vencedora el próximo 2 de marzo?
Para hablar de las probabilidades de triunfo de “Gravedad”, inevitablemente debemos compararla con el papel que jugó “Una aventura extraordinaria” (“The Life of PI”), de Ang Lee, en la edición del año pasado. Sus similitudes no se limitan a la parte argumental —pues los dos largometrajes narran la lucha de un único personaje ante la adversidad—, sino que ambos fueron dirigidos por un extranjero y generaron numerosas alabanzas por sus méritos técnicos y artísticos, aspectos que los llevó a embolsarse varios reconocimientos en la temporada de premios, aunque muy contados en el rubro de Mejor Película. Para la cinta de Lee, esa tendencia fue premonitoria: de los once Oscares por los que competía logró hacerse solo de cuatro, pero no el de la categoría principal.
“Una aventura extraordinaria”, el referente del año pasado.
Independientemente de si “Una aventura extraordinaria” y “Gravedad” presumen o no de similar calidad, muy seguramente el destino de la segunda será parecido al de su antecesora en cuestiones oscariles. Lo anterior quiere decir que, de sus diez nominaciones, con facilidad podría llevarse el triunfo en por lo menos la mitad de ellas, especialmente en las que reconocen el apartado técnico de la película.
Es ahí donde se encuentra la primera buena noticia: finalmente, tras cinco intentos fallidos (e inexplicables), el cinefotógrafo Emmanuel Lubezki parece tener ya el Oscar prácticamente bajo el brazo. Si ya desde “Niños del hombre” (“Children of Men”) y “El árbol de la vida” (“The Tree of Life”) sonaba como favorito, muchos más ahora que la cinta es uno de los ejes de la competencia y que viene precedido por más de 15 premios de la crítica y de la Asociación Americana de Directores de Fotografía.
“Gravedad” es, antes que nada, un espectáculo visual que tuvo que crear nueva tecnología para filmarse y, en ese sentido, sería imperdonable que los votantes no reconocieran el valor de este gran talento mexicano para Hollywood.
El resto de las categorías técnicas en las que el filme tiene amplias posibilidades son las correspondientes a edición, sonido y efectos visuales, áreas que han terminado llevándose la victoria en varias premiaciones de la crítica especializada. En cuanto al primer rubro (que también viene firmado por el cineasta, en colaboración con Mark Sanger), la película representa una cátedra de montaje y narrativa cinematográfica, con virtuosos planos secuencia, cortes invisibles y un ritmo que hipnotiza al espectador desde el primer fotograma, es decir, un Oscar esperado y más que merecido.
En lo referente al segundo aspecto, la película compite en las categorías de Banda Sonora y Edición de Sonido, y es sobre todo en esta última donde muy probablemente subirá al podio, pues la cinta requirió de efectos sonoros que, paradójicamente, recrearan la ausencia de sonido en el espacio, un trabajo inédito y de dificultad poco comparable con respecto a sus competidoras. Finalmente, el Oscar a efectos visuales se ha distinguido por premiar aquellas producciones que revolucionan la técnica fílmica de alguna manera y, en este sentido, ningún largometraje se compara con lo que “Gravedad” logró en el rubro el año pasado.
Es así como, al parecer, son cuatro las quintetas en que este thriller espacial enfrenta una competencia más difícil de vencer. La labor protagónica de Sandra Bullock está casi fuera de la jugada porque la Academia se precipitó al condecorarla en una primera nominación incluso cuestionable (por “Un sueño posible”, hace apenas cuatro años). Las categorías de Partitura Musical y Diseño de Producción pueden perecer ante títulos más “atractivos” en cada rubro, como “Philomena” y “El gran Gatsby” (The Grat Gatsby”), respectivamente. Y en lo que respecta a la categoría mayor, la de Mejor Película, es una realidad que los académicos suelen mostrarse reacios ante géneros que puedan considerarse dentro de lo fantástico o la ciencia ficción. “Gravedad” es una cinta peculiar, de prácticamente un solo personaje, y su ausencia en la terna de Guión Original dice mucho acerca de qué tanta conexión tuvo con los votantes, un público que en promedio rebasa los 50 años de edad y que ha demostrado tener gustos mucho más tradicionales. En breve, este codiciado Oscar está más lejos de lo que los amantes del buen cine quisiéramos pensar.
Por último, llegamos a la nominación de Cuarón como Mejor Director, y el triunfo de Lee hace doce meses pone sobre la mesa cuestiones tanto a favor como en contra de nuestro compatriota. Por un lado, no es tan frecuente que los galardones a película y director recaigan en títulos diferentes, algo que apenas se dio en la entrega anterior. Por otro, lo ocurrido en el 2013 evidencia que los académicos sí están considerando la dificultad técnica que implica realizar una película para definir al ganador de este rubro. Por su parte, la mayoría de los círculos de críticos y el Sindicato de Directores de América ya percibieron la labor de Cuarón como todo un mérito, tanto por el virtuosismo de la puesta en escena como por su tenacidad de levantar y salir airoso de un proyecto que varios otros grandes cineastas asumieron como imposible de realizar. Sin duda tiene las de ganar y, de ser así, por primera vez un director mexicano se alzará con la victoria en la ceremonia de premios cinematográficos más célebre del planeta.