Por Daniel López

Enrique Metinides tenía menos de 10 años cuando tomó la cámara y disparó varias veces con los ojos cerrados. La fotografía se transformó en su recuerdo desentrañable, no sólo por haber encuadrado a un médico forense sosteniendo la cabeza de un cadáver, sino, porque en ese momento descubriría que la cámara, la nota roja y él son sinónimos del mismo verbo; acción.

Eso es lo que nos relata Trisha Ziff en su nuevo documental: “El hombre que vio demasiado” (2015). Pero un documental sobre México no es un acto nuevo para la directora de origen británico, y ahora con ciudadanía mexicana, sus películas “Oaxacalifornia” (2008) y “La maleta mexicana” (2009) son dos claros ejemplos de su visón, cariño y entendimiento que siente por México.

“El hombre que vio demasiado” no sólo es un relato por el lente de Metinides, significa algo más, es un viaje por la visión de un hombre para explicarse a sí mismo, en un México de blanco y negro, con fotografías estáticas pero que llevan en sus matices los gritos de desesperación de las personas que han sido mutiladas, quemadas, acribilladlas con el fondo de una ciudad que se encuentra en calma.

Y efectivamente, el título va totalmente acorde al personaje y su realidad, Metinides es un hombre que ha visto demasiado de este México, a pesar de que jamás ha viajado en avión o que parezca un hombre enmarañado en su departamento lleno de álbumes con fotografías de accidentes de todos de tiempo, juguetes de paramédicos o camiones de bomberos, los cuales sirven hoy en día como fondo para sus nuevas fotografías.

En la pantalla vemos a un Metinides de 83 años jugando con sus nietos, mientras que, en Londres presentan una exposición de sus fotografías, las cuales después de 30 años haber sido tomadas siguen provocando dolores de estomago a todos aquellos que las ven. Es aquí en donde el arte rompe los paradigmas y demuestra que en una fotografía llena de tintes de sangre y con un corazón que la enfocó adecuadamente se puede convertir en una nota completa de cualquier periódico.


Una de sus fotos más célebres.

Metinides cuenta que los fotoperiodistas padecen de un sinfín de pesares para poder tomar una sola imagen, pero que sin duda la situación se ha agravado. En el México del 2015 los fotoperiodistas toman una foto con miedo, no por el accidente, sino por lo que un gobierno o el crimen organizado puedan tomar personal. Como ellos mismos dicen “desde siempre supimos que esto es para nosotros, alguien tiene que hacerlo y por supuesto que alguien lo verá en el periódico”.

Lo que no es algo demeritorio, es que los periódicos de nota roja son los más vendidos en el país. Lo que se convierte en un argumento más para la directora Ziff. Ella los llama “los mirones”, que son aquellas personas que les gusta ver todas estas imágenes en los periódicos y que sobre todo, son aquellos que en el momento del accidente y cuando el fotógrafo encuadra, ellos, son los primeros en posar y mirar fijamente a la cámara. Ellos mismos crean su propia versión sobre el accidente. Una versión más que es de analizarse.

Después de 88 minutos de película, quizás pocos para relatar una vida, pero si los necesarios para que en el momento de levantarnos de la butaca nos quede un pequeño cosquilleo en el estomago por las imágenes que hemos visto. Ziff comenta que pensó en eliminar una fotografía por su explicites pero que al final, el arte es arte y se debe de ver sin tapujos, y que sobre todo Metinides se encuentra feliz del trabajo completo del filme a tal grado que invitó hasta los nietos a verla. El Festival de Morelia será la sede para que el film vea el estreno oficial, el día 24 de octubre en Cinépolis centro a las 18:30 hrs.  Así que, ante una película controversial como está no queda más que convertirnos en un “mirón” y crear nuestra propia versión del accidente.
 

The Man Who Saw Too Much: trailer from 212BERLIN FILMS on Vimeo.