Por Hugo Lara Chávez

“Tangerine” (EU) de Sean Baker, ha llamado la atención por sus peculiares características de realización, que resulta una muestra de la buena salud del cine independiente de Estados Unidos.

“Tangerine” tiene la singularidad de haberse filmado con un IPhone, lo cual supuso un desafío técnico importante para el realizador pero cuyos resultados en pantalla no la hacen distinta estéticamente a cualquier otra película independiente de bajo presupuesto. Esto parece una perogrullada que confirma lo que ya se sabía: es posible hacer un largometraje con un teléfono, aunque este se debió complementar con todo tipo de accesorios como cualquier otra cámara: micrófonos, lentes, manivelas, tripies, baterías y soportes de memoria, entre otras cosas. Así pues, el hecho de filmar con un teléfono no determina una nueva estética, pero aparentemente sí reduce el presupuesto considerablemente, pues el director Sean Baker sólo contó con unos 120 mil dólares (algo así como 2 millones de pesos) para hacer “Tangerine”, su quinta película, con resultados satisfactorios.

“Tangerine” narra una trepidante jornada que ocurre un día de Noche Buena en el deteriorado centro de Los Ángeles. Los travestis Sin-Dee (Kitana Kiki Rodriguez) y Alexandra (Mya Taylor) se reúnen después de que la primera sale de la cárcel y su amiga le revela que su novio Chester (James Ransone) la engaña con una mujer, prostituta y para colmo blanca, llamada Dinah (Mickey O’Hagan). La furia de Sin-Dee es tal que decide buscar a Dinah y a Chester por los agujeros de la ciudad, en un recorrido en el que se cruza con la exótica fauna de las calles de Los Ángeles, una ciudad sórdida y sin glamour llena de dealers, fracasados y seres marginales.

El director y coguionista (en colaboración con Chris Bergoch) establece dos historias paralelas con el seguimiento a Alexandra y al taxista Razmik: la primera mientras reparte invitaciones para esa noche a una velada donde se presentará como cantante en un miserable bar; en tanto el taxista mientras recorre las calles buscando tener sexo con algún travesti, fastidiado por la cena navideña con su esposa y suegra.

“Tangerine”, que fue estrenada en Sundance de 2015, es un filme muy dinámico, de gran ritmo, que destila humor y que muestra a estos seres extremos y decadentes con una dosis de ternura. El director logra que sus actores den buenas notas con su desempeño, a pesar de algunas breves caídas y ciertos defectos que se pasan por alto.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.