Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes en exclusiva
Presentada dentro de la competencia oficial de la edición actual del Festival de Cannes, “La fille inconnue” (“La niña desconocida”, Bélgica, 2016), el más reciente filme de Jean-Pierre y Luc Dardenne, plantea la búsqueda de Jenny, una doctora que decide no atender una llamada nocturna a su puerta. Al día siguiente aparece el cuerpo de una niña muerta a unos pasos del consultorio. No se trata aquí de una búsqueda de tipo policial, sino de un trayecto hacia lo extraordinario de lo cotidiano que surge de la imaginación de los hermanos Dardenne, quienes siguen con mucho talento pintando crónicas de la vida como lo han hecho en sus filmes anteriores que han triunfado en este certamen francés: “El niño de la bicicleta” (2011), “El silencio de Lorna” (2008), “El niño” (2005) o “Rosetta”, entre otras.
Jenny (Adele Haenel), la protagonista de “La fille inconnue” (“La niña desconocida”), es una médica que unos treinta y cinco años. Le gusta su oficio como doctora de un barrio popular, pues aunque no gana mucha plata, tiene el sentimiento de ser útil en algo. Cuando se da cuenta que el hecho de no abrir su puerta causa, de modo involuntario, la muerte de la joven de origen africano, Jenny decide averiguar su identidad pues lo policías no pueden hacerlo. Preguntando aquí y allá, verificando con los testigos potenciales, con sus pacientes y con desconocidos, Jenny avanza mostrando la foto extraída de la cámara de seguridad. El personaje de hecho actúa como policía pero la mirada de los Dardenne no es la misma que la de un policía. Al contrario, ella busca más hacia la gente, trata de entender el idioma de los cuerpos como lo ha de hacer un buen médico: saber leer los síntomas y analizarlos, sin dejarse sobresaltar por su sensibilidad frente a la violencia de una enfermedad o una herida. Cuando se acerca a su objetivo, se da cuenta que está creando problemas a cierta gente que va a amenazarla. Jenny es movida porque quiere ante de todo hacerle justicia a esta joven y evitar que su cuerpo termine en una tumba anónima.
A través de la protagonista y de varios de sus pacientes, los hermanos Dardenne revelan un mundo contemporáneo, en este caso Bélgica pero pudiera ser otro país europeo. Así, se desgrana la humanidad del personaje mediante sus deseos, sus miedos y sus incertidumbres.
La película expresa la mirada de estos dos obreros del cine, un cine que observa a la gente como muy pocos directores se atreven a hacerlo. Quien no conozca el cine de los famosos hermanos belgas, podrá descubrir con mucha sorpresa lo íntimo de esta búsqueda de una niña desaparecida. Es preciso votar para los Dardennes. Una vez mas.
Foto: V.HACHE / AFP