Por Miguel Ravelo
Desde Morelia, Michoacán
Jean-Pierre y Luc Dardenne. Si existen dos nombres que es casi imposible omitir en la mayoría de los festivales de cine alrededor del mundo, es el de estos hermanos belgas que han conseguido la Palma de Oro del Festival de Cannes en dos ocasiones (“Rosetta”, 1999 y “L´enfant”, 2006). Con una inusual cantidad de premios bajo el brazo para sus realizadores, y una trayectoria por demás prestigiosa, llega “Una chica desconocida” (“La fille inconnue”), película que les valió una nueva nominación a la Palma de Oro y que forma parte de la programación de estrenos internacionales de la 14ª edición del Festival Internacional de Cine de Morelia.
Los hermanos Dardenne, también productores y guionistas de la película, presentan la historia de Jenny Davin (Adèle Haenel), médico joven y talentosa que ha sabido salir adelante en su profesión por méritos propios. Los realizadores proponen con su personaje a una joven con un carácter que, detrás de una aparente seriedad y entereza, revela ser frágil. La vida le ha enseñado que si algo no debe entrometerse entre un médico y sus pacientes, es una compasión desmedida que haga desaparecer la línea entre la profesión y el interés personal.
Una noche, Jenny y su asistente se encuentran trabajando en su consultorio particular cuando alguien llama a la puerta. Ella decide ignorar a la persona, argumentando que el tiempo de los médicos debe ser respetado y quien sea que se encuentra a su puerta, no podrá ser atendida. El primer gran giro dramático se hace presente al día siguiente: oficiales de policía visitan el consultorio para investigar la muerte de una joven cuyo cuerpo apareció a unas calles del lugar. Tras una revisión a las cámaras de seguridad, Jenny se da cuenta que el cadáver pertenece a la persona a la que decidió no brindar atención.
Este acontecimiento permitirá a los hermanos Dardenne desarrollar una trama sobre la culpa y la obsesión que irán tomando protagonismo en la vida no solamente de la doctora Davin, sino en la de la mayoría de las personas con las que se verá involucrada. Después del shock inicial y del sentimiento de culpa posterior, la doctora comenzará una desesperada investigación para conocer la identidad del cuerpo, encontrado sin identificación alguna. El darle nombre al cadáver y permitirle un entierro digno, supondrá para ella una forma de expiar las culpas que comienzan a tomar poder sobre su vida.
El mayor punto a destacar es el desarrollo del personaje protagonista. Las emociones mostradas a partir del comienzo de su investigación irán transformándose hasta convertirse en terror, cuando la verdad empieza a asomarse y con ello poniendo en riesgo la integridad de la joven doctora. Los realizadores acertaron en la elección de Haenel para encarnar a su protagonista. La actriz brinda una actuación sólida, mostrando la lucha interna que atraviesa su personaje, al enfrentarse a la posiblidad de haber causado, aunque sea indirectamente, la muerte de una persona que pidió su ayuda.
La investigación revelará poco a poco que cada personaje, no importando su edad o su nivel de relación con el evento, tendrá esqueletos guardados en su armario, culpas no afrontadas y secretos que pueden volver un infierno la vida de las personas. La lucha interna de cada personaje brindará un apreciable contraste ante la aparente atmósfera pacífica en la que los hermanos Dardenne situarán su historia.
Pero aunque la construcción y desarrollo de los personajes es lo que ofrece el mayor atractivo, no lo es la forma en que la historia y la investigación se van presentando ante los espectadores. En un principio la misión autoimpuesta de la doctora Davine por conocer la identidad de la mujer es atractiva, y a la par que su obsesión va creciendo en intensidad, el guion toma rumbos que por momento se sienten demasiado convenientes. La forma por momentos gratuita de justificar la participación e involucramiento de cada uno de los personajes en la muerte de la mujer, llega a poner en riesgo la credibilidad de la historia.
“La chica desconocida” es una película interesante en cuanto al desarrollo de sus personajes, y la actuación de su protagonista brinda un adecuado retrato en la búsqueda de redención y en la demostración del peso que pueden tener las culpas autoimpuestas, pero su historia se extiende más de lo necesario. Es una película que permite verse, pero que difícilmente se recordará entre las obras más logradas de los multipremiados hermanos.