Por Hugo Lara

“Fragmentado” (Split, 2016), el más reciente filme de M. Nigth Shyamalan, tiene lo que a sus seguidores les fascina de este cineasta de origen hindú emigrado a Estados Unidos desde niño.

El filme narra la historia de tres chicas adolescentes que son secuestradas por un desconocido (James McAvoy). Una de las chicas, Casey Cooke (Anya Taylor-Jo), es un bicho raro, una marginada poco sociable pero inteligente y sensible, que descubre, junto con sus compañeras cautivas (incluso anticipadamente), la compleja personalidad de su captor, un sujeto que se desdobla en múltiples personalidades (¡23!) y que reacciona de forma diferente en cada una de ellas, incluso contradictoriamente. 

A lo largo de una trayectoria de más de dos décadas, Shyamalan ha experimentado subidas y bajadas, alabanzas y desprecios, en virtud de una filmografía que tienen sus cumbres pero también sus caídas. Es un cine de entretenimiento, con componentes de suspenso, paranormalidad y ciencia-ficción. Su prestigio lo comenzó a forjar desde “Sexto sentido” (The Sixth Sense, 1999) y “El Protegido” (Unbreakeable, 2000), dos filmes que marcaron en buena medida su sello personal: el gusto por los sorprendentes giros de tuerca y su afición por hechos sobrenaturales insertados en tramas de cierta textura realista. Otros de sus filmes que valen la pena son “La aldea (The Village, 2004) y “La visita” (The Visit, 2014), pero hay que evitar a toda costa sus pifias como “Lady in the Water” (2006) o “After Earth” (2013).

En el caso de “Fragmentado”, el director-guionista admirador de Hitchcock, se asoma a lo que los psicólogos llaman Trastorno de identidad disociativo, una patología según la cual la persona afectada está bajo el control de distintas identidades alternadamente. Además, la persona no puede recordar información que cualquiera recordaría fácilmente, como acontecimientos dolorosos.

Echando mano de esto, Shyamalan deja volar las posibilidades y las multiplica en el personaje que encarna McAvoy. En paralelo, desarrolla con más detalle al personaje de Casey, una chica que sufrió terribles traumas desde su infancia y que le permitirán contrarrestar a su victimario. Otro personaje que se desarrolla en el relato es la psicóloga Karen Fletcher (Betty Buckley), que sirve para atar los cabos sueltos que se van sembrando.

Shyamalan lleva este  filme con buen pulso, con sentido del timing, basado especialmente en el trabajo de McAvoy, que hace una divertida interpretación con sus diferentes personajes-personalidades (el sueño de cualquier actor). Shyamalan se apega lo más que puede a la fórmula que le ha dado mejores réditos: suspenso, tensión y un toque sobrenatural. Un territorio donde el director se siente cómodo, quizá demasiado, como lo demuestra el guiño que le brinda a “Unbreakeable”.

El filme se desarrolla en un ambiente claustrofóbico y eso abona al estrés al que es sometido el espectador. La sensación del cautiverio aporta de entrada una cuota de horror y perturbación (como ocurre en “La habitación. “Room”, de Lenny Abrahamson, que vale la pena revisar).

Dentro de lo convencional que resulta “Fragmentado” (en su estética, en su estructura), hay buenos momentos y resulta una película entretenida.

Por Hugo Lara Chávez

Cineasta e investigador. Licenciado en comunicación por la Universidad Iberoamericana. Director-guionista del largometraje Cuando los hijos regresan (2017). Productor del largometraje Ojos que no ven (2022), entre otros. Director del portal Correcamara.com y autor de los libros “Pancho Villa en el cine” (2023) y “Zapata en el cine” (2019), ambos con Eduardo de la Vega Alfaro; “Dos amantes furtivos. Cine y teatro mexicanos” (coordinador) (2015), “Luces, cámara, acción: cinefotógrafos del cine mexicano 1931-201” (2011) con Elisa Lozano, “Ciudad de cine” (2010) y"Una ciudad inventada por el cine (2006), entre otros.