Por Hugo Lara

Algunas imágenes de este sitio y su intenso trajín  se puede ver en cintas como El mil usos (Roberto G. Rivera, 1980), en las escenas en que Héctor Suárez  consigue apuradamente sus primeros empleos. La Merced es uno de los barrios más populosos y antiguos del Centro Histórico de la Ciudad de México. 

Su larga tradición data de finales del siglo XVI y su nombre se debe a la Orden de religiosos mercedarios, devotos de la Virgen de la Merced, que se establecieron en esta zona hacia 1574, si bien sus intensas actividades les obligó a ampliar sus propiedades y a edificar otras construcciones a lo largo de los siguientes siglos, de las cuales todavía se conservan algunos vestigios.

Los cronistas cuentan que los nombres de las calles de la zona aluden a sucesos, actividades o personajes que las habitaron o las hicieron famosas. Por ejemplo, la calle de las Gayas —hoy la de Mesones—  aludía al apelativo de las prostitutas, a parte de que en sus inmediaciones se establecieron los primeros burdeles de la ciudad. Un buen recorrido por estas calles puede apreciarse en la cinta Virgen de Media Noche (Alejandro Galindo, 1941), en la que el director Alejandro Galindo recrea la vida nocturna en esta zona de la capital.

Actualmente, es frecuente encontrar a las sexo-servidoras por sus calles, pues siempre ha sido ésta una de las principales actividades que se ejercen en ese barrio. Mucho del colorido, de los contrastes y de la sordidez de la Merced son revelados en cintas tan diversas como Perro callejero (Gilberto Gazcón, 1981) o Santa Sangre (Alejandro Jodorowsky, 1989), que aprovecha su riqueza visual para crear una extraña fábula de asesinatos y de magia. (Hugo Lara Chávez, del libro Una ciudad Inventada por el cine, Cineteca Nacional, México, 2006)