Por Hugo Lara

El director Cecil B. DeMille atajaba así una discusión contra su derroche presupuestal a mitad del rodaje de Los Diez Mandamientos: “¿Dime qué quieres que haga? ¿Detener la filmación y estrenarla como ‘Los Cinco Mandamientos’?”. 

El dinero siempre ha determinado las condiciones de hacer cine, pero nunca ha limitado el talento. Roger Corman, el amo del cine barato de los sesentas, le propuso a Peter Bogdanovich debutar como director mediante un descabellado arreglo: emplear a Boris Karloff —el legendario actor que inmortalizó a Frankenstein en 1931— por dos días de trabajo pues le debía ese tiempo a Corman; luego, filmar dos semanas con otros actores y, por último, usar veinte minutos de pietaje de una película del propio Corman, El Terror (1963), donde también aparecía Karloff y un jovencísimo Jack Nicholson. 

La costura de las tres partes integraría una película de 80 minutos. ¿El resultado? Antes de morir (Targets, 1968) un muy recomendable thriller que combina la historia de un viejo actor a punto del retiro y un joven psicópata, cuyos caminos convergen cuando se enroca el horror fantástico del cine con el de la realidad. Aquí, el dinero no se ve por ninguna parte, pero el ingenio en cambio vaya que abunda.