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2013-10-23 00:00:00

Entrevista con el director de “La vida de Adèle”, filme triunfador en Cannes

Noticine.com-CorreCamara.com

 

El cineasta francés de origen tunecino Abdellatif Kechiche estrena este fin de semana en España la película ganadora de la Palma de Oro en la pasada edición del Festival de Cannes, protagonizada por Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux. "La vida de Adèle" ("La vie d’Adele, chapitres 1&2") es un intenso drama romántico lésbico protagonizado por dos jóvenes mujeres, que encierra otras claves sociales no menos profundas. Su estreno comercial en Francia generó el pasado fin de semana casi dos millones de euros.

- ¿Qué le interesó de la novela gráfica de Julie Maroh "Le bleu est une couleur chaude" ("El azul es un color cálido") para llevarla al cine?

La película es una adaptación muy libre de la novela gráfica. Fue la combinación de la lectura de la novela gráfica y el proyecto de una película que he tenido en mente desde hace mucho tiempo, lo que terminó desencadenando mi deseo de hacer "La vida de Adèle". Desde que dirigí "La escurridiza, o cómo esquivar el amor" (2003), he ido desarrollando un proyecto para un guión sobre la carrera de una profesora francesa cuya pasión es el teatro. Estaba muy interesado en hablar de un personaje femenino que amara su profesión y que transmitiera su entusiasmo. Al mismo tiempo, la profesora tenía que asumir las consecuencias de su trabajo en su vida privada-sus amores, las rupturas y el dolor. Conocí a muchos maestros, hombres y mujeres, mientras rodaba en 2003 mi película "La escurridiza...". Me conmovió la manera en que vivían su vocación. Eran verdaderos artistas, apasionados de la lectura , la pintura, la escritura... Todos nosotros recordamos a ese profesor entusiasta que durante nuestra vida escolar nos llevó a ver una determinada película, o nos animó a leer ese libro y que, tal vez de esa manera, puso las semillas de una vocación en nosotros. Pero al final mi guión no llegó a buen término. Así que cuando me encontré con la novela gráfica de Julie Maroh, que es la historia del amor absoluto entre dos mujeres y, al mismo tiempo, de una mujer joven y su carrera por convertirse en profesora, vi que podía ligar esos dos proyectos.

- La vocación es un gran tema para los dos personajes principales de la película: la pintura para una de ellas y la enseñanza para otra.

Me parece que este concepto de la vocación es muy legítimo y honorable, y más cuando no son vocaciones altruistas. No buscan el reconocimiento por parte de los demás. Admiro a esos profesores que están profundamente comprometidos con el progreso de sus estudiantes. Se convierte en parte de sus vidas y eso les satisface.

- Su película es ante todo una historia de amor entre dos mujeres...

Contar una historia de amor entre dos mujeres significa trabajar con dos actrices al máximo. Este tipo de trabajo me encanta y se está convirtiendo en algo cada vez más importante y necesario dentro de mi carrera cinematográfica. Me pregunto , ¿qué es lo que tenía de inspirador esta historia en la novela gráfica? ¿Cuál fue la chispa ? ¿Las ilustraciones que muestran cuerpos desnudos? Es posible. No estoy del todo seguro de las motivaciones específicas.

- ¿Cómo eligió a las dos actrices principales, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos?

Primero conocí a Léa Seydoux para el papel de Emma. Ella comparte con su personaje la belleza, la voz, la inteligencia y la libertad. Pero lo que fue decisivo para considerarla para el papel cuando la conocí, fue su capacidad para involucrarse con la sociedad: está muy en sintonía con el mundo que le rodea. Posee una conciencia social real, tiene un compromiso real con el mundo, muy similar al mío. Tuve la oportunidad de darme cuenta de lo maravillosa que es esta cualidad en ella durante el año que pasamos juntos desde que la elegí para el personaje hasta que terminamos de rodar la película. También me pareció que había algo que podría ser descrito como una esencia muy ‘árabe’ en Lea, una especie de alma árabe. Más tarde me contó que tenía dos hermanastros árabes. Lea tiene una manera de vivir la vida siendo muy consciente de lo que pasa a su alrededor. Es también una manera de aceptar las vicisitudes de la vida. Tiene algo que ver con el nomadismo y la melancolía, y lo que llamamos ‘Mektoub’. Lea es una mezcla de todo esto en sí misma y en su manera de ver el mundo.

- ¿Y Adèle Exarchopoulos?

Organizamos un gran casting y elegí a Adele en el mismo momento en que la vi. Me la llevé a comer a un asador, pidió una tarta de limón y cuando vi su forma de comer pensé: “¡Es ella!”. Lo supe al ver su manera de mover la boca, al ver cómo masticaba... Su boca es un elemento muy importante en esta película, de hecho, las bocas de ambos personajes fueron decisivas a la hora de optar por ellas, y por razones muy humanas. Provocan todo tipo de sentimientos y sensaciones. Algo de su rostro que nos hace estremecer: una nariz, una boca... y para mí esto es el principio de la chispa de la que hablábamos...

- ¿Por qué decidió cambiar el nombre de Clementine de la novela por el de Adèle?

Clementine se convirtió en Adèle porque quería mantener el nombre real de mi actriz. Yo creo que esto incluso le ayudó a la actriz a fusionarse con su personaje, y yo con ella. Es también una cuestión de sonido: Adèle, Emma, Lea. Para mí son todos nombres etéreos, con magia y luz. Y luego está el hecho de que Adèle significa “justicia” en árabe, cosa que me gustó mucho...

- La “Justicia (social)” es un concepto importante en lo que respecta a todas tus películas. En este caso, ¿el concepto de “justicia (social)” se expresa a través de la representación de las diferentes clases sociales a las que pertenecen las dos protagonistas?

Es de hecho uno de los temas recurrentes en mis películas, convirtiéndose casi en una obsesión para mí: ¿dónde está la diferencia social? Quizá sea una provocación hacia la clase social a la que creo pertenezco y a la clase social a la que Adèle también pertenece: la clase obrera. Emma pertenece a una élite intelectual y artística. Mis dos heroínas están limitadas por su clase social. Las dificultades que tienen con su relación, que les lleva a la ruptura y en definitiva es de lo que trata la película, tiene su origen en su diferencia social, ya que genera una diferencia en las aspiraciones personales de cada una de ellas. No es tanto por su homosexualidad, que sería más o menos tolerada y entendida por el mundo que las rodea.

- ¿Por qué decidió tratar la homosexualidad como un amor como cualquier otro, sin reivindicaciones específicas, teniendo en cuenta que la sociedad puede ser en ocasiones intolerante?

No tenía nada ‘militante’ que decir en cuanto a la homosexualidad. No he intentado explicarla, y en ningún momento durante el proceso de elaboración de la película me dije a mí mismo: “Sí, pero se trata de dos mujeres...”. Sentía que se trataba más de una historia sobre una pareja. No veía por qué tenía que hablar en concreto sobre la homosexualidad, sobre todo cuando la mejor forma de hacerlo –en el caso de tener que crear un discurso sobre el tema- hubiera sido rodarla como cualquier otra historia de amor, con toda la belleza que esto implica.

- Desde que la película se estrenó en Cannes hubo muchos elogios por su manera "poco convencional" de filmar las escenas de sexo...

Lo que intentaba hacer cuando estábamos rodando esas escenas fue filmar todo lo que encontraba hermoso. Así que rodamos las escenas de sexo como si fueran pinturas y esculturas. Estuvimos mucho tiempo iluminándolas para asegurarnos de que aparecerían preciosas; y luego, la coreografía innata de los cuerpos amantes se encargó del resto de una forma muy natural. Tenían que estar hechas estéticamente hermosas a la vez que manteniendo la dimensión sexual. Probamos varias cosas: trabajamos muy duro. Hablamos mucho, pero al final el debate no nos llevaba a ningún sitio. Hablas mucho en el set de rodaje pero al final, lo que digas no importa mucho, porque es algo teórico e intelectual, y lo real y lo práctico es mucho más intuitivo.

Foto: © FDC / T. Delange

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