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Reporte de la semana

2014-02-24 00:00:00

"Hollywood tiene la gran cualidad de absorber el talento sin importar de dónde vienes”: Luis Mandoki

EN FOCO: Luis Mandoki. Parte 2 de 2

Por Hugo Lara

En esta segunda entrega de la entrevista exclusiva de CorreCamara.com con Luis Mandoki, el cineasta mexicano asegura que “Hollywood tiene una gran cualidad: absorbe el talento sin importar de dónde vienes. No hay eso de que si vienes de México te discrimina. Ahí está el ejemplo: hay chinos, de Taiwán, de África. Pero tiene el defecto que cuando haces una película exitosa te etiquetan como, en mi caso, el director de historias de amor. Querían que yo nada más hiciera historias de amor. Me acuerdo que un día comí con John Woo, muy exitoso en películas de acción. Me decía: ‘Quiero hacer historias de amor y no me dejan’. Le dije ‘vamos a hacer una cosa: tú di que eres Luis Mandoki y yo John Woo, y cambiamos en secreto’”, comenta entre risas.

En la revisión de su filmografía, Mandoki refiere que después de realizar “Gaby, a True Story” (1987) intentó quedarse en México a filmar pero no consiguió los apoyos necesarios “a pesar de que ya habíamos logrado nominaciones al Oscar y a los Globos de Oro. Creaban rechazo”. Fue cuando se le acercó un agente que le ofreció representación y así le llegaron proyectos de Hollywood.

“Siento que tengo buen ojo para elegir actores”, asevera. Y es que Mandoki revela algunas curiosas anécdotas, como la de un proyecto en el que incorporó a actores desconocidos a los que él les vio un gran potencial. Los ejecutivos los rechazaron y le pidieron que buscara actores renombrados. “Total que la película se fue desmoronando. Mi cast de gente desconocida era Juliette Lewis, Winona Ryder y Julia Roberts […] Lo mismo me pasó cuando hice el casting de “Mensaje en una botella”. Kevin Costner era el productor y el protagonista. Entonces empecé a hacer casting y todo lo demás. Y un día le llamo y le digo ‘te tengo qué ver, ya encontramos a la actriz’. La llevamos y le dije que era un monstruo de actriz. Y me dijo que no le convencía. –¿Pero cómo no?  ¿Cómo te convenzo?— Y no quiso. Me dijo que siguiera buscando. Y era Angelina Jolie”, dice con ironía.

Después de algunos planes iniciales truncados, finalmente tuvo la oportunidad de dirigir “White Palace” (1990), con Susan Sarandon y James Spader. Luego vinieron sus grandes éxitos, con “Cuando un hombre ama a una mujer” ("When a Man Loves a Woman", 1994) y “Mensaje en una botella” ("Message in a Bottle", 1999).

“Es más fácil hacer cine en Hollywood porque hay más disciplina"

Respecto a las diferencias que existen entre Hollywood y México para hacer cine, Mandoki asegura que “Es más fácil hacer cine allá (en Hollywood) que acá (en México) porque hay más disciplina, la maquinaria funciona muy bien […] Lo que aprendes allá es el rigor, para mí es algo muy importante”.

El cineasta nacido en la Ciudad de México comenta que fue la frustración de haber sido encasillado como un buen director sólo de historias de amor lo que lo animó a regresar a México a filmar otro tipo de historias, más arriesgadas y diferentes. Fue cuando encontró  el guión de “Voces inocentes” (2004), “cuando Oscar Torres me trajo el primer bosquejo de guión, y ahí retomé lo que hice con ‘Gaby, a True Story’”.

Mandoki asegura que a su regreso a México se dio cuenta que seguía siendo difícil hacer cine, pero era diferente: “Antes había una estructura donde no podías entrar a los sindicatos, ahora ya se modernizó todo eso, es una industria más guiada por la exhibición. Estás compitiendo como cine mexicano contra los grandes estrenos americanos, pero al mismo tiempo el talento, como no puede sobrevivir del cine, a nivel técnico sobreviven haciendo publicidad y los actores haciendo televisión. Entonces todavía no hay una industria. Hay mucha pasión que no hay en Hollywood”.

Sobre su más reciente película “La vida precoz de Sabina Rivas” (2012) asegura que fue una película muy dura, muy ambiciosa por el esquema de presupuesto que teníamos, pero con la experiencia pudimos diseñarla de cierta forma donde se lograron cosas casi imposibles. Fue muy enriquecedor trabajar con un productor como Abraham Zabludovsky, que aunque no había producido cine antes, tenía una visión muy clara, nunca me pidió concesiones, pero me exigía ser fidedigno con la historia y la novela”, dice.

Mandoki ahora alista un nuevo proyecto que filmará en Hollywood, en un momento de su vida que le permite escoger mejor sus proyectos, intervenir en el guión más personalmente y comprendiendo con mayor madurez la labor de los productores. “Lo más importantes es entender cómo dedicar tu trabajo, tu talento, tu oficio, a contar historias que van a tener un impacto en el espectador”.

En ese sentido, refiere que los talleres de dirección de actores que imparte desde el año pasado fue motivado por el interés de su hijo por dedicarse al cine. “Al dar el taller, empecé a ver todo lo que falta y se necesita en este país para alimentar a toda esa nueva generación de gente que quiere ser cineasta o actores, o que ya lo son. Y me di cuenta que qué mejor que dar lo que uno sabe mientras me voy a hacer otra película”, puntualiza.

LEE LA PARTE 1:

"La experiencia me ha dicho que el cine puede transformar vidas humanas": Luis Mandoki