«Cafe Society», lo último de Woody Allen, inaguró Cannes entre el éxito y la decepción
Por Jean-Pierre Garcia
Exclusiva desde Cannes
Un cielo gris se instaló esta mañana en la Riviera de Cannes. Una especie de neblina muy rara en estas tierras de luz y mar, nos hizo entrar en el Día Uno del certamen fílmico con un decorado de ciencia ficción o más bien de vampiros de las montañas rumanas. Será mejor no pedir una linda primavera a un país en que no hubo invierno, pues enero y febrero fueron muy calurosos. Así que en Cannes ir al cine es un placer que requerirá prudencia, lo que haremos durante diez dias. Se hablará de cine pero muy poco de estrellas salvo aquellas que veremos en pantallas (a color o en blanco y negro).
“Cafe Society”, la última película de Woody Allen, es protagonizada por las actrices Blake Lively y Kristen Stewart y el actor Jesse Eisenberg. El relato nos lleva a un universo totalmente fiel a su autor. En esta historia situada en Los Ángeles como en aquellas otras que ocurren en Nueva-York, encontramos los ingredientes “allenianos” de siempre: un varón tímido que pronto no lo vas a ser más; una chica joven que busca el amor y el éxito; una relación que parece acabarse y que al final da un giro: música de jazz y familia judía nueva-yorkina, artistas y pandillas, cine con amor, amor con cine… Se puede contar la historia sin contarla pues en estos sombreros de magos que son los guiones de Woody Allen, con los mismos elementos se fabrican películas diferentes. A veces todo le va bien al gran director, en otros momentos tenemos un sentimiento de flojera. Aquí andamos entre los dos, hay momentos en que nos reímos y otros en que pudiéramos llorar tanto, pues la realización maneja bien las emociones.
En pocas palabras, la historia se desarrolla en los años treinta, un joven llega a Los Angeles adonde espera encontrar trabajo en la empresa de su tío, agente de estrellas del cine. Poco a poco, el tío le va a abrir una puertecita en la fábrica de sueños. Se enamora de una chica sin darse cuenta que ella es ya la amante de su tío. Aunque el tono sea de final feliz, el joven vuelve a Manhattan a vivir otra vez con su familia, pero tiene que dejar atrás su amor de Los Ángeles !
Al final estamos entre dos extraños resultados, la película va navegando entre éxito y decepción. Es bastante corta, 1 hora y 36 minutos. ¡Y más le vale! Pues ya tenemos el sentimiento de “deja vu”, al oír el gran Woody repetir sus propias bromas. La comedia se pone casi fastidiosa.
El Festival de Cannes 2016 no se arriesgó mucho para la inauguración de su 69 edición con esta película: ni tan buena pero tampoco tan mala. La Competencia del 69° Festival de Cannes nos anuncia momentos muy fuertes y más originales, así que empezar con ésta, no nos cae tan mal.
Foto: Festival de Cannes - Page Officielle. © V. HACHE / AFP
