El portal del cine mexicano y mas

Desde 2002 hablando de cine



Noticias

2017-02-15 00:00:00

Crítica: «Moonlight: Luz de luna», un filme atípico

Por Gustavo Ambrosio

“Hay un punto de tu vida donde tienes que decidir quién eres. Nadie más te puede decir quién eres tú”.

Un solo diálogo. Una sentencia real y total de lo que abarca “Luz de luna” (Moonlight, 2016), filme dirigido por Barry Jenkins y adaptación de la historia de Tarell A. Mc Craney “Moonlight black boys look blue”.

En medio de la destrucción humana, la violencia, las drogas, el dolor, la soledad, el señor rey dinero, la publicidad, el deber ser de quién eres, la pregunta que lanza “Luz de luna” es la siguiente…¿Dónde está tu identidad?

Jenkins nos presenta una historia perfectamente dividida en tres capítulos de la vida de  Chiron. Cuando es niño. Cuando es adolescente. Cuando es adulto. Chiron, golpeado por la vida emocional y físicamente. Una madre castrante y adicta. Chiron, un pararrayos de las frustraciones ajenas. Un ser que se siente diferente, inadaptado; y no es aquí el asunto racial lo que lo hace distinto

Vamos por partes. En el primer capítulo se nos presenta la esperanza en medio del caos. Un deus ex machina bastante peculiar, porque aparece al inicio y no al final. El personaje perfectamente delineado por Marhesala Ali, Juan. Una figura paterna, un rescate al minimizado Chiron, una voz que lo hace levantar la cabeza, que cierra el segmento con un dilema ético poderoso. La esperanza convertida en uno de los orígenes del propio caos y dolor que vive uno mismo.

El segundo capítulo nos muestra el autodescubrimiento sexual y amoroso de Chiron. Un arco dramático poderoso con dos clímax bien definidos, entre el comienzo erótico y la violencia como factor definitorio del cambio de vida de los personajes. Cierra con algo que va más allá del entendimiento, el atisbo de una poderosa emoción cercenada por la regla social de un barrio violento y  machista en la tropical Miami.

Al tercer capítulo nos acercamos a la redención. Al perdón a  uno mismo, a los otros y a aquella oportunidad, única y renaciente, de ser alguien lejos de lo que el desamor propio ha causado.

Jenkins realiza una puesta en cámara poderosa que se coloca para generar un erotismo que va más allá de lo sexual

Jenkins cierra la película con un poderoso momento cargado de energía, romance, perspectivas, dolor y expectativas. Pero sobre todo un sentimiento de pertenencia entre dos almas que se hallaron desde pequeñas y que están dispuestas a estar juntas. Final que con sólo una canción, “Hello Stranger” de Barbara Lewis, y una sola toma de la playa en medio de la noche, construye un significado total de lo que ocurre y ocurrirá.

Aplauso aparte de la dramaturgia de su guión, Jenkins realiza una puesta en cámara poderosa que se coloca para generar un erotismo que va más allá de lo sexual, y que evoca a lo emocional. Los seguimientos, close ups, y secuencias por montaje narran y dejan al descubierto esa sensación de búsqueda, de huida ante lo que nos rodea.

Ni qué decir de la fotografía de James Laxton ("Camp X- Ray"), que aprovecha los azules, morados y colores fríos para causar melancolía. Sus imágenes son letras de blues transformadas en fotogramas y encuadres.

Naomi Harris, Janelle Monáe, Alex. R.  Hibbert, Ashton Sanders, Jharrel Jerome, Trevante Rhodes y André Holland arman un reparto orgánico de sus personajes y su desarrollo; tienen una continuidad y una línea dramática que se pasan cual estafeta. El alma de sus interpretaciones hacen recordar al espectador aquellos momentos donde uno parece no estar parado en el lugar en el que está.

Las piezas musicales de Nicholas Britell , sobre todo “In the middle of the world”, danzan con la edición de la belleza visual proporcionada por Jenkins y Laxton , y ayudan a crear una atmósfera de estar dando vueltas al mismo tiempo que el mundo.

"Luz de luna" es un filme atípico sobre el alma de uno. De la personalidad no construida, si no desarrollada. “Luz de luna” es un relato sobre el dolor y la vida. Es una lágrima, el abrazo de un desconocido, mirar hacia el mar, un beso, un apretón de manos, una comida en medio de un restaurante, un viaje en medio de la noche hacia tu propia vida…Hacia ti mismo.