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2017-02-26 00:00:00

Crítica: «El hijo de José»; la sagrada parodia de Eugène Green en FICUNAM

Por Samuel Lagunas

No toda parodia es burla y ridiculez, advertía Linda Hutcheon hace ya más de 20 años, a propósito del auge de dicha estrategia en la cultura posmoderna. La parodia, en el sentido que Hutcheon desarrolla el término, sí es un “revoltijo iconográfico del pasado” pero con una intención crítica que, sin dejar de ser juguetona, problematiza los valores provenientes de representaciones pasadas y cuestiona su vigencia y sus posibilidades de transformación en el presente. Eso hace, grosso modo, Eugène Green en “El hijo de José” (Les fils de Joseph, 2016), su sexto largometraje de ficción: una parodia de dos momentos fundacionales en la tradición judeocristiana: el sacrificio de Isaac y el nacimiento de Jesús.

En su primer acto, “El hijo de José” nos presenta a Vincent (Victor Ezenfis), un adolescente retraído, hosco y apático que alberga un serio resentimiento hacia su abnegada madre Marie (Natacha Régnier) por ocultarle hasta ese día el nombre y la ubicación de su padre. En la habitación de Vincent cuelga una litografía de “El sacrifico de Isaac”, donde Caravaggio, siempre irreverente y atrevido, representa la escena de una forma mucho más violenta que sus antecesores. Ya no es Isaac el cordero que asiste sin resistencia al matadero, cual Jesús crucificado. Al contrario, su expresión denota angustia y desesperación mientras que Abraham, su padre, lo oprime con fuerza dispuesto a asesinarlo. Sólo bastará una carta en un mueble cerrado con llave para que Vincent encuentre un nombre y el Internet haga el resto. Así conocerá a Oscar Pormenor (Mathieu Almaric), prestigiado editor, cínico adúltero y supuesto padre biológico de Vincent en cuya vida éste se adentrará de manera subrepticia y seudónima. La comedia y la ironía saltan a cada instante y contribuyen a la vuelta de tuerca que Green hace del episodio bíblico con notable eficacia argumentativa.

Cuando el sacrificio parece consumarse, Green dirige su parodia a un nuevo episodio bíblico, el del nacimiento de Cristo. Vincent, decepcionado y temeroso, conoce a Joseph, un hombre de carácter y aspiraciones bucólicas con una visión de la vida anómalamente optimista, con quien entabla una amistad que culmina en una invitación a cenar para que conozca a su madre. El chiste se cuenta solo. Joseph y Marie cenando juntos, yendo al cine, tomados de la mano. Si bien este segundo acto se vuelve un empalagoso sermón sobre la familia, Green logra rescatar la cinta hacia el final cuando aparece un burro y el belén queda completo. La sonrisa es inevitable.

Muy parecida en tono y en intención a “El Nuevo Nuevo Testamento” (Jaco Van Dormael, 2014) o a las novelas del alemán David Safier (“Maldito karma”, “Jesús me quiere”), “El hijo de José” recurre al imaginario bíblico no para desacreditarlo ni ridiculizarlo sino para actualizarlo y devolverle su vitalidad. La parodia de la sagrada familia que hace Green aparece como un extraño, por infrecuente, canto inocente y esperanzador sobre lo importante que  es tener relaciones familiares estables, sanas y constructivas. Una moraleja demasiado dulce, sí, que puede repeler a aquellos que estamos acostumbrados a la melancolía y al pesimismo, pero a la que hay que conceder algo de honores pues, además de poseer un sello de estilo inconfundible, entretiene y conmueve por igual.