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2018-05-12 00:00:00

Cannes 2018: «Leto», el rock y la libertad en la vieja Unión Soviética. Filme en competencia

Por Jean-Pierre Garcia
En exclusiva desde Cannes

“Leto” es la palabra rusa que designa el verano, momento que esperan los jóvenes músicos de rock de Leningrado al inicio de los ochenta. ¡Basta con el invierno, venga el verano para poder tocar nuestra música!. Se anuncia la famosa Perestroika de Gorbachov. “Leto”, un excelente modo de entrar en la historia, a través de los héroes del Rock. “Leto” (El Verano)  de  Kirill Serebrennikov (Rusia) se presentó dentro de la sección oficial de competencia en el Festival de Cannes 2018.

Todo empieza en Leningrado durante el verano, al inicio de los ochentas. Los rockeros locales, aunque poco conocidos, ya tienen su público y sus fanáticos. Es todavía la Unión Soviética pero las puertas empiezan a abrirse, por caminos oscuros y vías secretas, la escena del rock consigue permisos para dar conciertos e ir más allá de la burocracia de la cultura. Después de unas escenas del movimiento hippie soviético, que emula al de Estados Unidos, con jóvenes bebiendo, fumando y bailando medio desnudos en el Mar Báltico, surgen los jóvenes rockeros, un movimiento muy sorprendente dentro de la rígida Unión Soviética, todavía dirigida por el viejo Leonid Brejnev. Esas escenas resultan melancólicas.

Mike Naumenko, un músico ya reconocido (líder del grupo Zoopark) y su hermosa esposa Natacha, se encuentran con Viktor Tsoï creador y cantante de gran talento. Las relaciones entre los tres va a ser el hilo rojo de toda la película y nos permitirá descubrir las caras más importantes de la música rock rusa. Aunque el contexto creativo no era a favor del rock, considerado como obra proveniente del imperio estadounidense, esta tercia vive de modo apasionado, tanto en lo que toca a la música como a la búsqueda del amor. Mike y Natacha han decidido no tener secretos uno para el otro, así que Natacha revela su fascinación por Víctor, pero ama profundamente a Mike su esposo y al hijo que tuvieron juntos. Esta mezcla curiosa de temas, o sea de amores y de creaciones musicales, puede parecer difícil de resolver cinematográficamente pero a la vez es muy atractiva y no parece artificial, pues no estamos en un biopic al modo de Hollywood sino en un retrato de una generación muy especifica de la juventud al final de la Unión Soviética.

Todos llevan la energía y la pasión de la juventud, la creatividad y el imaginario de los rockeros que se están inventando un mundo. Vemos de modo preciso la entrada de Víctor en el mundo "real" de la música y así de cierto modo “Leto” resulta un film iniciático. El padrino suele ser Mike, ya conocedor de las reglas inventada por el régimen y que va a ayudar a Víctor a conseguir permiso para cantar en una sala de conciertos. Mike, cuyo estilo musical es muy cercano al de Lou Reed y David Bowie, parece muy culto frente a Víctor, apasionado y que no teme golpear a las paredes y los muros instituidos por el régimen. No le importa ser estrella, sabe que es una estrella en sí; tampoco le importa el dinero. Sólo quiere crear y cantar. 

A lo largo del metraje, Víctor se convierte en el personaje clave de la escena rock post Unión Soviética y morirá muy joven (en un accidente de auto). Sigue siendo la referencia querida de los rockeros rusos, y es más conocido que todos los políticos del país, incluso hoy en día.

Filmada en blanco y negro, sólo las escenas directamente ligadas a los conciertos se muestran en color de vez en cuando y como documento auténtico. Así, nos sugiere el director que la vida es oscura o gris, y sólo la música trae y da color.

El director de “Leto”, Kirill Serebrennikov no pudo presentar su obra, pues no puede salir de Rusia desde Mayo 2017. Ha de ser juzgado por robo de dinero (y corrupción) ligados a su gestión de un centro cultural y teatro que manejaba, además de ser cineasta. Parece que el gobierno quiere castigar su posición marginal en el sistema ruso. A pesar de quedarse en su propia casa, Kirill pudo acabar la edición de su película y cuenta con el apoyo de la mayoría de los creadores rusos destacados. Gracias a ellos, pudo acabar esta interesante película.