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2018-07-16 00:00:00

Crítica: «12 horas para sobrevivir: el inicio». La obviedad del espejo

Por Samuel Lagunas

La franquicia de “The purge” (en español “12 horas para sobrevivir”) se ha regocijado desde sus inicios en su naturaleza de evidente comentario sobre la desigualdad. En la primera entrega de 2013, la más interesante hasta ahora, el argumento se centró en la historia de un vendedor de seguros y un cúmulo de vecinos envidiosos; allí todo se conjuraba para criticar la pujante bunkerización residencial que beneficiaba únicamente a las empresas privadas. En “The Purge: Anarchy” (2014) el intento de crítica se volvió más transparente al poner en el fondo a un grupo de activistas anti-purga que denunciaban que ese día se había creado sólo para deshacerse de los pobres. “The Purge: Election Year” (2016) nos mostró con una fuerte dosis de optimismo cómo el activismo podía convertirse en una opción política y romper de tajo, por la vía democrática, esa violenta desigualdad desatada una vez al año, pero ejecutada con administración el resto de los 364 días. Pero más allá de la trama, “The Purge: Election Year” espejeó la elección norteamericana de 2016 alzándose casi como un grito panfletario a favor de Hillary Clinton. Siguiendo la cronología, la más reciente cinta, aunque anterior a las 3, aparece como una respuesta a la derrota electoral de Hillary al contarnos cómo fue que el partido de los Nuevos Fundadores obtuvo el poder e instituyó la purga, en alianza con la iniciativa privada, a partir de un experimento social en Staten Island.

Dirigida ya no por James DeMonaco, sino por Gerard McMurray, “The First Purge” tiene como protagonistas al pandillero negro Dimitri (Y’Lan Noel) y a la activista anti-purga, también negra y responsable de su inmaduro hermano, Nya (Lex Scott Davis). Esta racialización de los personajes y de la trama hace que el comentario social de la cinta sea mucho más obvio y, precisamente por eso, más débil. Cuando los Nuevos Padres Fundadores, espejo del “Make America Great Again” de Donald Trump, llegan a la Casa Blanca deciden pilotear la purga en un barrio afroamericano, monitoreando sus reacciones a través de la implantación de cámaras en los participantes reclutados y por medio de drones distribuidos a lo largo de la isla.

La fractura del tejido social de la comunidad afroamericana es mostrada a través de las divisiones al interior de la pandilla encabezada por Dimitri y por el comportamiento irracional de un frenético y solitario Skeletor que parece ser el único entusiasmado con asesinar. El resto se concentra en encerrarse en los templos a orar y organiza fiestas en las calles. En el peor de los casos, algunos se comportan como en Halloween: rompen ventanas y cometen delitos menores. Impotentes y ridículamente atónitos (el personaje de la psicóloga social es tan desafortunado como absurdo), los encargados de vigilar la purga no entienden por qué en vez de matarse masivamente, como se supone que deberían hacerlo, los residentes de Staten Island deciden celebrar y fortalecer sus lazos comunitarios. La —de por sí escasa— creatividad de DeMonaco y McMurray alcanza aquí su punto más bajo, ofuscados, sí, por sus buenas intenciones. Para provocar una masacre, conseguir el apoyo económico necesario y así implementar la purga en todo el país, un grupo de infiltrados (rusos, neonazis, del Ku-Klux-Klan) ataviados con máscaras comienzan a atacar sin piedad a los habitantes del barrio.

Inspirados por un movimiento como el “Black Lives Matter”, McMurray y DeMonaco recaen continuamente en lo propagandístico atenuando incluso toda carga de horror de la cinta. Más que en los asesinatos, la cámara persigue las alianzas que se van reconstruyendo entre los protagonistas. Ya no estamos, pues, ante una cinta slasher como lo fue “The purge”, sino ante una cinta que trata de empoderar a su auditorio, que lo insta a la solidaridad y a que recobre la confianza en sus vecinos. Estamos en las antípodas de la primera cinta. Estamos, casi, ante un sermón dominical.

Ficha técnica:

Año: 2018. Duración: 112 min. País: Estados Unidos. Dirección: Gerard McMurray. Guion: James DeMonaco. Fotografía: Anastas N. Michos. Música: Kevin Lax. Edición: Jim Page. Reparto: Y’Lan Noel, Lex Scott Davis, Joivan Wade, Lauren Velez, Marisa Tomei.