El portal del cine mexicano y mas

Desde 2002 hablando de cine



Noticias

2019-02-26 00:00:00

Galdino Gómez: pasión por el cine. Réquiem por el fundador de la Cinemateca del INAH

Por David Ramón*

Galdino Gómez (Aguascalientes, 1927-Ciudad de México, 2019) es y será siempre una verdadera leyenda en el ámbito de la cultura cinematográfica mexicana, de la difusión de la cultura cinematográfica mexicana en particular, y de la universal en lo general. Galdino estudió arquitectura y construyó una serie de edificaciones muy interesantes en su natal Aguascalientes, que aún a la fecha son motivo de estudio y divulgación; después llevó a cabo estudios de  fotografía e incluso tuvo una exposición sobre su arte fotográfico en la Sociedad Mexicana de Arquitectos en la Ciudad de México; pero su verdadero interés, su pasión e incluso obsesión era el cine, por lo que decidió ir a estudiar cinematografía a la cuna del arte cinematográfico, Francia, para lo cual aprendió muy a fondo el idioma francés, lo que, al solicitar su beca para aprender cine esta le fue concedida.

Mientras realizaba concienzudamente sus estudios de cine, Galdino se embebía también de la cultura francesa y recorría constantemente la ciudad de Paris, de la cual se enamoró desde el primer momento, y que llegó a conocer como pocos hasta en sus lugares más secretos; al mismo tiempo logró trabar amistad con el legendario Henry Langlois, fundador de la Cinemateca Francesa, y logró incluso el aprecio de su más cercana ayudante. En esta larguísima estancia que se prolongó varios años después de que terminó oficialmente de estudiar cine, Galdino realizó un reportaje fotográfico cuyo motivo era el seguimiento de un pequeño circo ambulante en el cual hubo un lamentable accidente donde un elefante mató a un niño. Esto fue captado por Galdino en una serie de fotos que fueron seleccionadas y publicadas por la revista Paris Match, incluso le dieron la portada; el quid del asunto es que mostraba todo el accidente con el mayor respeto sin caer en absoluto en lo grotesco o sensacionalista. Por el contrario, el reportaje era natural y plenamente respetuoso.

Poco a poco Galdino se fue haciendo casi indispensable en la sección cultural de la Embajada de México en Paris, que siempre lo solicitaba para que los auxiliara en sus actividades. Una de ellas fue montar una Exposición de José Guadalupe Posada, lo que incluía una ofrenda de muertos (que él sufrago). El final de esto fue inesperado: la embajada nunca mandaba retirar la exposición que estaba en el vestíbulo de una sala de arte cinematográfico, el olor se hacía insoportable por las flores marchitas y el agua de los recipientes cada vez más turbia. Finalmente le propusieron un trato: retirar la ofrenda por su cuenta y recibir a cambio los grabados de Posada; él aceptó porque si no estos se hubieran “extraviado”. Todo quedó firmado por ambas partes; Galdino mandó guardar la obra artística en la bóveda de un banco. Tiempo después el gobierno de Aguascalientes reclamó a la Embajada, esta  llamó a Galdino y lo amenazo con acusarlo de robo, él mostró todos los papeles en orden, pero también dijo que si había aceptado era por resguardar la obra. Todo terminó bien, la burocracia fue vencida.

Durante su estancia francesa y parisina, Galdino asistía a varios festivales de cine y exquisitos actos artísticos. Ahí conoció e hizo cierta amistad con Fritz Lang, a quien sorprendió por su conocimiento de su obra y por poseer las copias más completas de sus películas. Lo mismo pasó con la legendaria (genial y nazi) cineasta alemana, Leni Riefensthal, quien resultó admiradora de la obra de Fernando de Fuentes y a quien Galdino exhibió copias perfectas de algunas de sus películas, e incluso varias de las realizadas por la misma pionera.

Después de su larga estancia europea, Galdino se instaló a finales de la década de los 60 en la Ciudad de México, donde en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) fundó la Cinemateca Mexicana que de inmediato fue reconocida por la FIAF (Federación Internacional de Archivos Fílmicos); ahí con sus propios recursos compró un equipo de proyección, el más moderno y de tecnología de punta de época e inició su cine club, en el que desde el principio se propuso proyectar ni más ni menos que la historia del cine en proyecciones semanales; ante los asombrados ojos de los espectadores se exhibieron en versión original y sin subtítulos, muchas de las joyas del cine mundial (él iba personalmente por ellos pagando los gastos); abundantes ejemplos del cine silente estadounidense; del cine ruso clásico silente; el cine francés; el cine mexicano de los veinte y treinta, los cuarenta y cincuenta; ahí rindió homenaje, con ellos presentes, a los directores y actores aún vivos de tal cine.

Recuerdo, con particular viveza, la emoción de Gabriel Soria, Anita Blanch, Amparo Morillo, director y actrices fascinados por verse reconocidos; al borde de las lágrimas el ver proyectada en copia perfecta sus películas; recuerdo igualmente emocionados a Julio Bracho y a Andrea Palma en la proyección de "Distinto amanecer", y "La mujer del puerto". "Distinto amanecer", la exhibió por cierto más de 20 veces en 16 mm en su oficina creada por él debajo de unas escaleras en el propio Museo de Antropología, que al igual que el auditorio donde realizaba el cine club, equipó magníficamente. Entonces no había video así que para poder estudiar una película y después escribir sobre ella se tenía que ver muchas veces en cine; me proyectó también ahí las películas de rumberas, incluso las que aún nadie tiene y de ahí salió mi libro sobre Ninón Sevilla, como también parte del libro "Ochenta años de cine en México", y me exhibió en 28 mm "Evangelina", protagonizada  Dolores del Río.

Galdino Gómez estrenó todo el nuevo cine alemán y en su momento dio a conocer y exhibió la obra, antes que nadie, de Jaime Humberto Hermosillo; asimismo nos deslumbró exhibiendo las obras de Flaherty y Murnau, cineastas a quienes admiraba. Tuvo de incógnito en algunas de sus funciones a Passolini, de quien también exhibió sus obras completas. Se dio el lujo de imprimirnos las hojas con la información de las películas proyectadas en la imprenta madero; "adornó" sus proyecciones con figuras como Dolores del Río, Ofelia Medina y Lola Olmedo. Fue esa una tan extraordinaria labor de difusión cinematográfica, intensa y magnífica y realmente se tendría que publicar al menos un catálogo sobre ello…pero también era un gran estudioso del cine, tenía un archivo impresionante con todas sus investigaciones, entre sus hallazgos está el de diferir radicalmente de todas las fechas y acontecimientos relacionados con la llegada del cine a México, con la "verdad oficial" difundida por Aurelio de los Reyes, a quien vi muchas veces en sus oficinas.

Galdino era un experto en la historia del espectáculo y la cultura cinematográfica en México; tenia filmaciones de hechos relevantes como la inauguración del Palacio de Bellas Artes, y copias impecables de algunos de los espectáculos llevados a cabo dentro de su escenario. Era legendaria su posesión de la película La china poblana estelarizada por María Félix, y una de las primeras a color del cine mexicano, y sin duda una de las más buscadas.

Galdino dedicó su vida a difundir la cultura cinematográfica, a educar concienzudamente a los espectadores, entre los que me cuento. Pasé con él muchas, quizá miles de horas hablando de cine ya que llevamos una amistad por alrededor de 50 años. Admirable Galdino : ¡te voy a extrañar, amigo!
 

* David Ramón es un crítico, investigador, historiador cinematográfico y catedrático universitario