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2019-05-01 00:00:00

El Universo extendido Marvel. Esta historia continuará…

Por Lorena Loeza

Tuvieron que pasar 10 años y 22 películas para llegar a este momento, largamente esperado por la enorme comunidad de fans del Universo Marvel. “Infinity War End Game” (A. Russo y J. Russo, 2109) marca el fin de una era en lo que se refiere al cine de entretenimiento y superhéroes.   Explicar cómo fue que el comic encontró un nicho cinematográfico altamente redituable, que hoy por hoy lo coloca como una de las referencias pop más sólidas de nuestros tiempos, podría dar para un análisis muy extenso.   Sirva esta reflexión sólo para enmarcar que llegamos al fin de una toda era dentro de un subgénero híbrido que al parecer, ahora cobra vida propia y representa un antes y un después para el cine – como arte y negocio- y en general, para la industria del entretenimiento en los próximos años.

La base de todo este fenómeno son los cómics, el también llamado noveno arte que conjuntaba el arte gráfico y la novela por entregas  y que se fue diversificando en variados géneros: el thriller policiaco, las novelas del corazón, la ciencia ficción y el  que hoy por hoy parece ser el rey del legado: el comic de superhéroes, que conjunta un poco de todos los antes mencionados.

Es así que el comic tiene su propia historia y en sus inicios parecía muy alejado del cine como expresión artística.   Era el año de 1938 cuando se publicó el primer comic book sobre superhéroes en la historia.   Se trataba ni más ni menos que del debut de Superman publicado por National Allen Communications que después se convertiría en DC Comics. Los autores de este primer comic book fueron Jerry Siegel y Joe Shuster y es difícil es pensar que en este primer momento los autores estuvieran conscientes  de que estaban a punto de cambiar el mundo del entretenimiento y la cultura popular en un legado que ya traspasó al siglo de su creación y se muestra fortalecido en los actuales inicios del Siglo XXI.

Superman solo sería el principio de una gran cantidad de héroes, heroínas (pocas al principio, pero cada vez más al correr de los años) y criaturas diversas producto de una combinación compleja entre mitos y leyendas, ciencia ficción y mucha imaginación. Pronto El hijo de Krypton y sus creadores se enfrascarían en una auténtica batalla frente a un competidor a su altura en el mundo editorial.

Fue en 1939 cuando la editorial Timely Publications (posteriormente Marvel Comics) llegaría al mercado con historias sorprendentes sobre extraterrestres, mutantes, resultados de accidentes científicos, dioses mitológicos y científicos malvados. Ahí un joven editor debutó como guionista de las aventuras de un súper soldado creado gracias a la ciencia e inspirado en el ambiente de la II Guerra Mundial: el personaje era el Capitán América y el joven editor era Stan Lee. Lo demás – como dicen- es historia.

Los comics han sido objeto de largas y acaloradas discusiones acerca de en qué radica el secreto de su éxito y de su largo y silencioso camino hasta la cima de la mitología popular contemporánea.

En general, en lo que los estudiosos de este fenómeno concuerdan, es en que el comic reinventa las antiguas narrativas clásicas. Desde el camino del héroe pasando por la narrativa épica, las hazañas de los dioses, la intriga, el misterio, el horror, hallamos al final un puñado de historias que enfrentaban al bien contra el mal en medio de capas y máscaras, superpoderes y sofisticadas teorías cósmicas de la conspiración más allá de los confines del universo que conocemos.

Cada época en la historia de la humanidad construye sus propios mitos. Los comics parecían retomarlos y devolverlos inofensivos, provocando más fascinación que adoctrinamiento. Fue entonces que se abandonó el papel y se aprovechó una incipiente industria multimedia que podía echar mano de la tecnología necesaria para producir los efectos especiales que las historias requerían.

El hecho de que la saga más larga y ambiciosa de los estudios Marvel haya sido producida hasta ahora, se debe prácticamente a que es en este momento que se tuvieron los medios para producir los efectos visuales que las historias requieren. El éxito taquillero creciente permitió invertir en mejores directores, animadores, ingenieros de efectos visuales, diseño de personajes, actores y actrices, guionistas, productores. La saga mostró que el dinero recaudado en taquilla sirve para generar productos que con mayor calidad, alimenten un nicho que definitivamente llegó para quedarse.

Pero decir que el éxito de Universo Cinematográfico Marvel se debe solo a una serie de calculadas decisiones financieras, es no entender mucho de lo que está pasando, aunque es verdad que se convirtió en el monstruo que con dinero dominó todos los segmentos de la industria. Producción, mercadotecnia, distribución y exhibición. 

A pesar de  ser acusado de haber destruido el cine, el género de súper héroes parece con esta última entrega más vivo que nunca. Demuestra entre otras cosas, que el cine de entretenimiento se potencia con la visión “geek” y que bien  realizado, la metáfora de la eterna lucha del bien contra el mal, se consolida en medio de efectos especiales, como forjadora de la virtud en la condición humana.

El desasosiego que provoca el conflicto, el miedo, la visión de un futuro oscuro, encuentra en los personajes del universo Marvel la mejor expresión de cuando las cosas no salen como se planean. Es muy probable que eso fuera lo que le hiciera falta al cine pensado solo para entretener: una alternativa metafórica para asumir una realidad compleja en este inicio de siglo plagado de incertidumbres.

La última entrega de la saga más ambiciosa y minuciosamente planeada, es una clara muestra de ello: Superhéroes que ante la derrota, no saben cómo lidiar con la culpa. El propio Stan Lee afirmaba que siempre pensaba en el lado vulnerable de sus personajes, que procuraba que parecieran humanos cercanos a nosotros/as. Sin ánimo  moralista, los personajes del Universo Marvel se revelan como los héroes de una era confusa, en donde además de salvar al mundo deben pagar impuestos, conseguir pareja y lidiar con el aumento de peso por no saber manejar la depresión.

Hoy esa fórmula está lista para dominar al mundo con sus más deslumbrantes armas y por lo menos en lo que entretenimiento se refiere, es claro que esta historia continuará.