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2019-05-14 00:00:00

Cannes 2019: «The Dead Don’t Die»: Jarmusch divierte y cuestiona en la inauguración

Apertura del 72 festival de Cannes (en competencia)


Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes en exclusiva

La ceremonia de apertura del festival de Cannes 2019 fue conducida por el actor francés Edouard Baer. Después de un saludo conmovedor a Agnes Varda, la gran dama del cine que falleció el mes pasado y que es el icono del cine en el cartel del Festival, Edouard Baer llamó el Jurado internacional cuyo presidente es el director mexicano Alejandro González Iñárritu. Después de una imágenes de introducción de todas las películas en competencia, de un saludo a las estrellas a las que el festival rendirá tributo con una Palma de Oro a toda su carrera (en especial a Alain Delon, figura de tantas obras maestras) y a invitados muy especiales como Silverster Stalone, el certamen fue declarado inaugurado por dos actores de primer niel: Charlotte Gainsbourg y Javier Bardem.

Lo particular en esta  ceremonia fue la oportunidad  que tuvo el publico francés de asistir a las salas de cine para ver en gran pantalla a todos los invitados y después la película inaugural de Jim Jarmusch, “The Dead Don’t Die”. Mas de 600 salas de cine pudieron « participar » en este evento. La película producida por Universal Pictures se proyecta en salas de cine desde ayer por la noche.

“The Dead Don’t Die”  (Jim Jarmusch, 2019, 103 mn) es una fábula con mucha ironía que se apoya en el subgénero de los zombies o de los muertos-vivos (en ingles «los undead»). De modo evidente Jarmusch juega mucho con el tema desarrollado por George A. Romero o también por John Carpenter y lo mezcla con su propio universo tal como lo hizo en dos obras recientes y de gran calidad (“Only Lovers Left Alive”  y  “Paterson” ).  También juega con el fetichismo de la cultura pop y sus muchas referencias a “Psycho” o “Star Wars”.

Todo empieza en un pueblo cualquiera de Estados-Unidos, se puede hablar de un pueblo perdido en el medio de la nada, un lugar llamado Centerville. Un lugar para aburrirse, con un bar común y corriente, una comisaria de caricatura, una funeraria muy inquietante, un motel que parece ser primo hermano del motel de Alan Bates en “Psycho”… En este mundo muy ordinario viven unos personajes muy de estereotipo, un ranchero racista, un vago que vive en una ermita en los bosques vecinos del cementerio, un loco de historietas de zombies que maneja la tienda del pueblo. Y por fin tres policías interpretados con maestría por Bill Murray, Chloë Sevigny y Adam Driver.

“The Dead Don’t Die”, película número trece de Jim Jarmusch,  es un panfleto que nos habla de un apocalipsis rural y zombie. Utiliza  (como lo hizo Tim Burton en el famoso fin del mundo de “Mars Attack”) una canción country de Sturgill Simpson, tema que nos revela muy claramente que vamos a toparnos con los muertos-vivos ! Lo que nos permite descubrir el tipo de humor de Jim Jarmush pues, cada vez que se oye esta música en la radio, uno de los policías de Centerville dice : «Esta canción me parece muy  conocida » y el otro le responde : « Es normal, se trata de la canción de cabecera de la película».

El sentido del humor como el trato cinematográfico que Jarmusch da a sus personajes lleva en sí la trama de la película, nada nuevo sale de esta mirada « Jarmuschiana » del universo de los Zombies. Casi todos los momentos o eventos ya nos son muy conocidos, lo que importa es el manejo tan sutil de los actores. En la puesta en escena de Jarmush, lo que funciona muy bien es lo que sobresale del espejo en que se enfrentan los personajes. Jarmusch parece burlarse tanto de sus personajes como de sí mismo, del mundo en que vivimos como de las tonterías cometidas contra la naturaleza. Si todo sale mal en Centerville, si el sol parece no querer irse a dormir, « si el día vive de noche » es porque el eje del polo cambió por culpa de los hombres. Si los muertos despiertan es por culpa de nuestro deseo de lucro, por nuestros abusos.

A pesar de este «mensaje», la película no tiene un discurso panfletario de temas ecologistas. No, nos habla con distancia de las orígenes de la catástrofe, lo que a veces resulta muy cruel y otras muy irónica.

Lo peor de lo peor para los cinéfilos es que el mismo director ya ni en el cine cree, pues se burla de sus historias como a veces lo hacen los niños que rompen a pedazos sus juguetes preferidos.

Criticar a los Estados Unidos de Trump, maldecir a un mundo que ya se olvidó de sus sueños y de su juventud nos aparece posible en “The Dead Don’t Die”, pues Jarmusch llamo a «su  familia de actores» y les regaló papeles de primera : Tom Waits como el ermitaño, Tilda Swinton como la embalsamadora japonesa, Chloë Sevigny como la chica miedosa; Steve Buscemi como el ranchero racista; además de Iggy Pop y otros como Selena Gomez, Danny Glover, Caleb Landry Jones…

«Tenemos todavía la ilusión de estar vivos pero, cuidado, ya somos zombies probablemente» es lo que nos grita, sonriendo, Jim Jarmusch.