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2019-12-26 00:00:00

Las mejores películas de 2019

Redacción. Una vez más le pedimos a los colaboradores y amigos de CorreCamara.com una lista de sus 12 películas favoritas de 2019. El resultado es muy diverso y variado en cuanto a géneros y orígenes, lo que habla de la pluralidad de las plumas que aquí presentamos. Hay algunos desfases que tiene qué ver con los estrenos tardíos que llegan a las salas comerciales en México, así como varios títulos que sólo se han podido ver en festivales pero que pronto (la mayoría) tendrán su estreno para el público cinéfilo. Lorena Loeza, Miguel Ravelo, Sergio Huidobro, Pedro Paunero y Hugo Lara nos comparten lo que consideran lo mejor del cine de este año que está terminando.
 

Lo mejor del 2019. El año de la crítica social.  Por Lorena Loeza

La muestra de que el cine no sólo es mero entretenimiento se encuentra en la revisión de sus propuestas más destacadas en determinados periodos. En una época como la nuestra, donde se viven cambios  significativos de muchos tipos y se cuestiona seriamente el orden establecido, no es de extrañar que destaque cierta mirada de crítica social y política y hasta un dejo de nostalgia. Es por ello, que estas son, desde mi perspectiva, las películas que recordaremos siempre del 2019.

1.- Parásitos. Parasite, Corea 2019.

Una combinación entre comedia negra, suspenso y crítica social – bastante ácida, por cierto- que provoca toda una suerte de emociones mezcladas que van de la carcajada a la sorpresa, sin concesión alguna. Es difícil clasificarla, pero no entenderla, porque tristemente es un relato que nos suena familiar a pesar de que sucede del otro lado del mundo. Es difícil incluso, lograr sacarla de tu cabeza, después de haberla visto, porque la reconoces en todas partes.

2.- El Irlandés. The Irishman, USA 2019

Más que una película, es una sorprendente máster class sobre el séptimo arte, que conjunta todos los elementos que componen una obra maestra y que logran producir un clásico instantáneo. No hay en esta cinta un solo elemento cinematográfico que falte para lograr la excelencia, además de por supuesto, la inclusión de tres titanes de la actuación, como son Robert De Niro, Al Pacino y Joe Pesci, los grandes íconos del cine de gángsters.

3.- El Guasón. The Joker, USA 2019.

Por primera vez, una historia inspirada en un villano de cómic, lograba lo impensable: el reconocimiento de la crítica, de la amplia –y exigente- Fan Community y del público en general, a través de un historia violenta, oscura y dramática que en esta ocasión, no tiene como objetivo principal vender juguetes y disfraces, sino hacernos reflexionar sobre la deshumanización de la sociedad contemporánea.

4.- Historia de un matrimonio. Marriage Story, USA 2019

Marriage Story es un melodrama sin concesiones, que por momentos resulta desgarrador. Un retrato de las familias, las parejas y el sistema que crea enemigos irreconciliables y reduce las relaciones a un intercambio de cotos de poder. Todo ello bien dirigido y mejor actuado, constituye otro gran acierto de la plataforma Netflix que este año parece decidida a dar la batalla en serio en contra de las distribuidoras tradicionales.

5.- Farewell. USA, China, 2019.

Partiendo de un propósito aparentemente simple, como podría ser las comparaciones culturales entre oriente y occidente, la película termina siendo un profundo y revelador manifiesto sobre la familia, la enfermedad y, la muerte. Íntimo y sobrecogedor, desvela muchas de las condiciones propias de la modernidad en un relato narrado con el ritmo necesario para reírse y cuestionarse prácticamente de una escena a otra.

6.- Las Niñas Bien. México 2019.

Lo mejor de la cinta es su carácter diferente de cómo abordar las clases sociales en el cine mexicano saliéndose de todo molde. Hay una evolución importante desde “Ustedes los ricos” hasta esta cinta, que monta una narrativa particular para todas estas historias, que van desde la frivolización, hasta la romantización de la pobreza. Esta película no hace ninguna de las dos cosas y por ello es tan interesante. Es claro que es de lo mejor del año para el cine nacional y esa es por mucho una buena noticia: en un mundo de Barbies Noble… tú sé una Niña Bien.

7.- Midsommar. Suecia, USA, 2019.

Lo que de inicio parece ser una tradicional película de pueblos siniestros y cultos paganos- con ceremonias salvajes e innombrables, dijera Lovecraft- termina siendo una visión introspectiva de nuestra aparente modernidad que admite múltiples lecturas simbólicas. Este nuevo modo de narrar el horror es una mezcla de asombro y perturbación difícil de digerir. No es una película fácil, pero sí diferente a la oferta tradicional del cine de sobresaltos y scream girl que Hollywood ha producido a gran escala en los últimos años.

8.- Nosotros, Us, USA 2019.

En esta ocasión, Jordan Peele decide contar una historia diferente a partir de lo conocido, lo que le permite al espectador ir descubriendo las pistas en la trama y sorprenderse con las vueltas de tuerca. También queda la sensación de no haber comprendido, porque al final la película no es redonda, obliga a suponer y recomponer una buena parte que no queda explicada. Pero extraña y sorprendentemente, también es esa su mejor cualidad.

9.-RocketMan, Inglaterra, 2019.7

Son muchas las razones por las que esta película se ganó en su momento el favor de la audiencia, ya que hay para todos los gustos: a ratos es un musical, a ratos un melodrama, a ratos una biopic, y en todo momento una explosión de extravagancia y color. No podría esperarse menos tratándose de la historia de Elton John, quien -como sabemos- tiene como característica principal la excentricidad.

10.- Dolor y Gloria. España 2019.

En un año de nostalgia, esta película se robó el cuadro en varios festivales en los que fue exhibida por la validez y honestidad de su mirada interior. Una de las mejores entregas de Almódovar realizada con madurez oficio.

11.- Erase una vez en Hollywood. USA 2019.

Si algo ha demostrado Quentin Tarantino, es que sabe contar historias complejas enmarcadas en meticulosas dosis de violencia, ironía y sarcasmo. A ese estilo único y particular, esta vez decidió añadirle un elenco lleno de amigos y antiguos cómplices, para dar vida a la cinta que quizás sea su trabajo más personal. En esta ocasión, llamó a dos de sus actores amuleto (Brad Pitt y Leonardo Dicaprio) y simplemente dejó que la química entre ellos hiciera su trabajo. Y si a eso le añades la deslumbradora belleza de Margot Robbie, la película no podría ser otra cosa que otro más de los grandes éxitos taquilleros en la carrera del director.

12.- El ascenso de Skywalker y Avenger Endgame. USA 2019.

Y cierro con estas dos, porque la verdad creo que su validez no es cinematográfica, sino cultural. Ambas cierran las sagas más memorables de nuestros tiempos, aunque probablemente, ninguna de las dos resista el análisis estricto de su valor narrativo o artístico, ni tampoco los acalorados debates entre sus enormes comunidades de fans. En ambos casos, representan el momento del cierre, de las lecciones aprendidas y de construir hacia adelante.

De todas esas discusiones podría resultar la visión a futuro del cine como industria de entretenimiento, que marcará en lo subsecuente, a todo ese amplio nicho de producciones. Y quizás recordaremos en algún momento, que todo empezó a gestarse en este año 2019, cuando vimos morir a Iron Man y a la Princesa Leia.

Las favoritas de 2019 de Miguel Ravelo

1. Retrato de una mujer en llamas (Portrait de la jeune fille en feu)
Céline Sciamma, 2019.

Una de las más increíbles historias de amor plasmadas en una pantalla de cine; visualmente portentosa, con un dominio narrativo, una atención a los detalles y una pasión por sus personajes que es difícil no considerarla una cinta perfecta. Sciamma logró filmar cómo surge el amor entre dos personas y de qué manera éste lucha por sobrevivir aunque todo anuncie su inminente destrucción. Una cinta indispensable.

2. El irlandés (The irishman)
Martin Scorsese, 2019

Hace falta una vida entera dedicándose a contar historias, a desmenuzarlas, a observar y dirigir, creando una mirada única que consigue entrar en la piel de los protagonistas de cada una de las historias que forjan las leyendas. Con “El irlandés”, Scorsese mira a su pasado, lo reconoce y abraza, y regresa con una nueva e imprescindible visión de su propia trayectoria.

3. Parásitos (Parasite)
Bong Joon-ho, 2019

Bong Joon-ho presenta un estudio brillante sobre las diferencias sociales y las formas en que cada estrato busca conseguir una mejor posición, llegando inclusive a perder todo rastro de humanidad. Cada uno de los personajes en “Parásitos” es fascinante y juntos forman un grupo que será difícil de igualar. Con una narrativa sorprendente, la tensión crece a cada minuto hasta llegar a uno de los clímax más estremecedores vistos este año.  

4. El infiltrado del KKKlan (BlacKkKlansman)
Spike Lee, 2018

Es una suerte contar con autores como Spike Lee que continúan defendiendo su visión sin perder la fe en que es posible lograr un cambio, y que utilizan todo lo que el cine les ofrece para sacudir a los espectadores. Una de las más poderosas cintas dentro de su muy sólida filmografía. Ubicada a finales de los años setenta, los temas que Lee aborda siguen estando aterradoramente presentes en esta década que está por terminar.

5. Historia de un matrimonio (Marriage story)
Noah Baumbach, 2019

Hay veces que el amor no es suficiente, y toda una historia construida al lado de alguien que parecía perfecto, puede terminarse en lo que dura un respiro. Con Nicole y Charlie, Baumbach nos confronta con el fin del amor, con las cada vez más presentes toxicidades dentro de una relación de pareja, y con la difícil aceptación de que a veces, las cosas llegan a su fin mucho antes de lo esperado. Y que esto no siempre está mal y es necesario aceptar y entender que en muchas ocasiones, se le debe poner punto final a ciertas historias. A veces, aunque todo a nuestro alrededor se empeñe en destruir lo que una vez pareció sólido, hay sentimientos que jamás se van a ir. Aunque las personas sí lo hagan.

6. Nosotros (Us)
Jordan Peele, 2019

Jordan Peele consiguió ir más allá de lo presentado en “Get out”, trayendo una historia aún más crítica, más incómoda, con un cinismo extraordinariamente desarrollado, y sobre todo con un sentido del humor que logra arrancar carcajadas en los momentos más álgidos de la historia. Su control y maestría en el género del horror es verdaderamente notable.

7. In Fabric
Peter Strickland, 2018

Strickland continúa demostrando poseer de una de las más fascinantes visiones dentro del cine de género. Una historia con tintes fantasmales en donde un vestido maldito provoca la muerte de todo aquel que lo usa, sirve para realizar un estudio profundamente ácido sobre la cultura del consumismo, las relaciones de poder y las interminables obsesiones que asolan a la sociedad moderna. La cinematografía de Ari Wegner funciona a la pefección para retratar esta historia enmarcada en el colorido, vistoso, y al mismo tiempo desolador, ambiente de una tienda departamental.

8. Érase una vez en… Hollywood (Once upon a time in… Hollywood)
Quentin Tarantino, 2019

Tarantino presenta una de las más entrañables historias de amistad dentro de su filmografía, utilizando a sus dos protagonistas para hablarnos de toda una época enfrentada a uno de los cambios sociales definitivos, proponiendo al mismo tiempo un nuevo desenlace a uno de los episodios más tristes de la historia de Hollywood. Es casi palpable el amor del director por el cine, por la época, por sus personajes, y especialmente por la enorme Sharon Tate de Margot Robbie. Un homenaje del director a todo aquello que le hizo amar el cine.

9. La favorita (The favourite)
Yorgos Lanthimos, 2018

Una guerra de juegos, seducción y traiciones, tan fascinante como estremecedora. El retrato que  Lanthimos hace de la alta sociedad del Londres en el siglo XVIII, de la época y de lo voluble y efímero de los acuerdos entre los miembros del palacio funcionan para generar incomodidad y hasta bienvenidos momentos de locura y horror. Desde la forma en que hasta las diversiones habituales hablan de las relaciones de poder, de las ganas de pisotear a los que no son del mismo linaje, y la manera en que cada personaje de “La favorita” va tras los intereses propios para mejorar su posición, son elementos que forman una pieza ya inseparable dentro de la filmografía de Lanthimos. La actuación de Olivia Colman, que se hizo merecedora del Oscar, es monumental.

10. Midsommar: el terror no espera la noche (Midsommar)
Ari Aster, 2019

Midsommar aborda el horror desde una visión inusual. Nos coloca en la posición del extraño, del intruso, del que llega como un turista a invadir una comunidad que primero se muestra fascinante, y posteriormente se revela absolutamente aterradora. La naturalidad con que dicha comunidad realiza sus rituales, como algo habitual y completamente aceptable, consigue helar la sangre de todo el que se enfrenta a su visión del mundo y sus creencias. Ari Aster consigue, además, contar una historia de relaciones fallidas, separaciones inminentes y empoderamiento individual que encuentra una inmejorable réplica en la actuación de Florence Pugh, una de las más interesantes actrices trabajando actualmente. 

11. El faro (The lighthouse)
Robert Eggers, 2019

“La bruja” (The Witch, 2015), fue uno de los más interesantes debuts en lo que a cine de horror se refiere, y la nueva propuesta de Eggers era esperada por los entusiastas del género. El director no decepcionó y con “El faro” presenta una de las más enigmáticas cintas de horror. Una experiencia provocativa y retadora, que a cada momento propone más interrogantes que respuestas claras; a ratos pareciera que nos encontramos en un laberinto sin salida, guiados por dos de las más estremecedoras actuaciones del año. El duelo actoral entre Dafoe y Pattinson dará de qué hablar durante mucho tiempo.

12. El adiós (The farewell)
Lulu Wang, 2019

Una película bellísima dirigida con extraordinaria sensibilidad. Mostrando la forma en que la cultura oriental afronta la pérdida, Wang consigue provocar una profunda reflexión sobre la forma occidental de enfrentar la partida de nuestros seres queridos, subrayando que la visión de ambas culturas pudiera no tener visiones tan opuestas. “El adiós” sugiere que, haciendo un esfuerzo por entender las diferentes formas de entender la complejidad del mundo en el que vivimos, lograremos acercarnos ya no como sociedades diferentes, sino como seres humanos intentando darle un sentido a todo lo que sacude nuestra existencia.


Las 12 mejores de 2019 de Sergio Huidobro

1. Retrato de una mujer en llamas -Portrait de la jeune fille en feu. Dir. Céline Sciamma, Francia

2. Parásitos -Parasite

Dir. Bong Joon-Hoo, Corea del Sur

3. Ya no estoy aquí. Dir. Fernando Frías de la Parra, México

4. El irlandés - The Irishman. Dir. Martin Scorsese, EUA

5. Dolor y gloria. Dir. Pedro Almodóvar, España

6. El despertar de las hormigas. Dir. Antonella Sudasassi, Costa Rica

7. Perdí mi cuerpo - J´ai perdu mon corps . Dir. Jeremy Clapin, Francia

8. Historia de un matrimonio - Marriage Story. Dir. Noah Baumbach, EUA

9. Guasón - Joker. Dir. Todd Phillips, EUA

10. Los miserables - Les Misérables. Dir. Ladj Ly, Francia

11. La noche de las Nerds - Booksmart. Dir. Olivia Wilde, EUA

12. Monos. Dir. Alejandro Landes, Colombia

 

Las 12 mejores películas de 2019 de Hugo Lara

1. Parásitos (Gisaengchung, Corea del Sur, 2019)

“Parásitos” es una de las películas más impactantes del año por su propuesta narrativa, un guion bien afinado que mezcla géneros y nos pasea por la comedia negra, el thriller y el terror, así como cine de carga social. Bong Joon-ho, director de esta cinta, se confirma como uno de los más destacados cineastas coreanos que ya llevan un tiempo destacando entre los cineastas de todo el orbe, lo que lo hizo merecedor de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes. Joon-ho muestra una sobrada capacidad creativa en esta historia que plantea el choque de clases entre una familia rica y una familia de parias a los que emplea. El filme va dando sorprendentes giros de tuercas hasta un desenlace trepidante y angustiante.


2. Criaturas fronterizas (Gräns, Dinamarca-Suecia, 2018)

Esta es otra de las películas más insólitas e imaginativas del año. “Criaturas fronterizas” narra la extraña vida de una mujer que tiene la capacidad de oler las emociones (la culpa, el miedo, la angustia). La dirección del iraní Ali Abassi radicado en Dinamarca, desliza una reflexión sobre las diferencias de lo diferente, como pudiera ser una persona extraordinaria como la del personaje de la cinta, o un inmigrante como el propio director. El relato nos lleva a lo terreno de lo fantástico, a la historia de amor, al thriller y al horror. Un filme imprescindible.

3. El irlandés (The Irishman, EU, 2019)

Martín Scorsese da gusto a sus millones de fans alrededor del mundo con otra película de gánster pero esta vez asociada a la Historia de los Estados Unidos, mediante el caso del líder sindicalista Jimmy Hoffa (a quien da vida Al Pacino), que un buen día desapareció misteriosamente. El filme es narrado desde la perspectiva de un matón de segundo nivel dentro de la mafia, el personaje encarnado por Robert DeNiro. Es un filme sombrío estructurado en distintos tiempos, en el que DeNiro tiene que aparentar diferentes edades, unas no tan logradas, por cierto. Sin embargo, la historia es muy poderosa, en el que se tratan temas como la lealtad, la sospecha, la traición, la familia… mas todos los asuntos que cautivan de las historias de gánster. Por si fuera poco, Al Pacino y Joe Pesci aparecen con su enorme categoría de actores inmortales.

4. Guasón (Joker, EU, 2019)

Una de las películas más exitosas del año, con mucho material que gusta a los cinéfilos. La cinta dirigida por Todd Phillips lleva al Guasón, el famoso villano y némesis de Batman, al terreno del cine realista y crudo, ambientado en 1981 con referencias a “El rey de la comedia” (1982), “Los Guerreros” (1979) o “Henry: historia de un asesino serial” (1986), entre otras, lo que no la hace tan original como muchos piensan, aunque tiene el mérito de acomodar correctamente esos homenajes.  Se trata entonces del retrato en el que se gesta la villanía del famoso payaso, quien pasa de ser un rechazado social a un vengativo asesino.  La actuación de Joaquin Phoenix es sobresaliente, así como la presencia del siempre admirable Robert DeNiro, en un papel que lo ubica justo al otro lado de su memorable rol en la ya mencionada “El rey de la comedia” de Scorsese.

5. El infiltrado del KKK (BlacKkKlansman, EU, 2018)

El director afroamericano Spike Lee aprovecha esta curiosa historia sobre un negro que, en los años sesentas, se infiltra en el grupo supremacista del Ku Klux Klan. La trama sirve para hacer una reflexión y una crítica abierta contra el presidente Donald Trump y la ideología racista que se encubre detrás de él. Es una película oportuna, con la acidez y el humor característicos de Lee, además de una afortunada reconstrucción de época que recrea la intensa militancia política de la comunidad afroamericana. Igualmente, hay que ver la sólida actuación de John David Washington y Adam Driver, un actor que lleva ya unos años apareciendo por todos lados, y en películas de todos los géneros.

6. Dolor y gloria (España, 2019)

Pedro Almodóvar desarrolla una película con tintes autobiográficos, sobre un cineasta maduro en crisis de inspiración (interpretado por su actor fetiche, Antonio Banderas), cuyas evocaciones nos trasladan a su niñez, a su pueblo al lado de su madre (que encarna Penélope Cruz), así como a otros momentos y relaciones que lo han marcado. Es un filme melancólico y divertido al mismo tiempo, en el que se muestran los demonios que atormentan a este ser creativo, sus filias y sus fobias. Una gran película que nos muestra a Almodóvar como un cineasta vigoroso, al que todavía le queda gasolina para entregarnos nuevas cosas.

7. Érase una vez en Hollywood (Once Upon a Time in Hollywood, 2019)

Este año también trajo la más reciente película del genial Quentin Tarantino. “Érase una vez en Hollywood” no defrauda a sus seguidores: un filme lleno de referencias cinéfilas y de cultura popular, con humor sardónico, personajes y situaciones exóticas, giros de tuerca insospechados y una explosión de violencia que se han convertido en parte de su sello. Es una trama en la que el cineasta se permite torcer la Historia, como ocurrió antes en “Bastardos sin gloria” (2009) donde se consumaba la muerte de Hitler en un atentado.  Aquí, la alteración histórica toca el caso del horrendo asesinato de Sharon Tate, aunque la narración principal está enfocada en la amistad entre un actor de westerns en declive y su doble de acción, encarnados por Leonardo DiCaprio y Brad Pitt, respectivamente. Es un filme con varias escenas memorables, que quedará entre lo más logrado de la filmografía del provocador cineasta.

8. La favorita (The Favourite,  Irlanda, Reino Unido, EU, 2018)

El director griego Yorgos Lanthimos ha conformado una impresionante filmografía con unos cuantos títulos recientes, entre los cuales se halla “La favorita”, película muy imaginativa y arriesgada que está ambientada en la Inglaterra del siglo XVIII, y que recrea la competencia entre dos mujeres por ganarse los favores de la caprichosa e infantil reina Anna.  Además de la espectacular reconstrucción de época, son deliciosas las actuaciones de Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz.-

9. Las niñas bien (México, 2018)

La trama se sitúa en 1982, en medio de las fuertes devaluaciones que sufrió el peso mexicano y que llevó a la ruina a muchas familias. El guion está inspirado en el libro homónimo de Guadalupe Loaeza, aunque se trata de una historia original que toma algunas situaciones y personajes de aquél texto. Es una película que combina muy bien el drama íntimo y el humor mordaz para retratar a una joven esposa que pertenece a la burguesía mexicana cuya vida de privilegios y lujos se desmorona a raíz de la crisis económica, en un relato con crítica social. Destaca la buena mano de la directora-guionista Alejandra Márquez, así como las actuaciones de Ilse Salas, y Cassandra Ciangherotti.

10. Historia de un matrimonio (Marriage Story, EU, 2019)

Noah Baumbach es un director que sabe construir con sensibilidad historias de familia en crisis, con las texturas de la realidad, el dolor íntimo y las contradicciones de las relaciones humanas. Esto compone la materia prima de “Historia de un matrimonio”, conmovedora historia de una ruptura familiar, que está tejida con retazos de evocaciones al amor, al desconcierto del desencuentro en la vida de una pareja, a la batalla cuando dos personas que se han amado se atacan con crueldad.  Imposible permanecer indiferente a este relato, una historia sobre el mundo de los adultos, los matrimonios y las parejas que se desbarrancan, como un choque de trenes as cámara lenta. Adam Driver y Scarlett Johansson ofrecen unas actuaciones que los pone en un nivel para alcanzar premios importantes.

11. Rocketman (Reino Unido, Canadá, EU, 2019)

La película biográfica sobre Elton John resultó afortunada porque propone una narración que retrata a un niño tímido que se transforma y adopta una nueva personalidad, desbocada y exuberante, que en el escenario desfoga toda su extravagancia y su ímpetu, aunque en la intimidad se apaga y demuestra sus contradicciones y miedos. En su tono emotivo y conmovedor, “Rocketman” permite disfrutar las fabulosas canciones de Elton John, lo que es un gancho irresistible para los viejos seguidores del británico y también para los jóvenes que se han sumado a sus fans. Es un filme de muy buena factura y entretenido.

12. El diablo entre las piernas (México, 2019)

En su etapa ya no como cineasta maduro sino veterano, Arturo Ripstein y su esposa-guionista, Paz Alicia Garciadiego, llevan varias películas explorando sin pudor el universo de la miseria y la sordidez. Su forma de exorcizar a sus monstruos internos es narrando historias como “El diablo entre las piernas”, con personajes decadentes y sombríos que, esta vez, describen una relación conyugal torcida y grosera. Hay que aproximarse a “El diablo entre las piernas” con una idea de lo que se va a retratar en pantalla, porque de lo contrario puede resultar chocante y obscena. Pero al final, es una película provocadora y agresiva, componentes esenciales que nos mueven en el interior más de lo que tenemos previsto.


Las mejores que vi en el 2019. Por Pedro Paunero


Para el listado de este año me atuve –literalmente- al título: “las mejores que vi”, lo que significa que no sólo enlistaré, en orden de “menos mejor” a mejor, las películas que se estrenaron en la cartelera en el año que termina, sino las clásicas, o de culto, que había que ver por primera (o enésima) ocasión, ya fuera para una revisión para escribir algún ensayo sobre las mismas o por placer solamente, que es para lo que, principalmente, deberíamos ver cine.

En el sexto puesto, la hermosa “Midsommar, el terror no espera la noche” (Midsommar), de Ari Aster, que se inscribe en ese subgénero de películas que, enmarcadas en una trama neo pagana y antropológica, se deslizan paulatinamente en el terror más visceral (en este caso que resulta literal, debido a sus fuertes escenas gore), y que comenzara con la clásica (y de culto), “El hombre de mimbre” (The Wicker Man, 1973), de Robin Hardy que, incluso, ofrecería una punta de lanza para el revival pagano en todo el mundo.

En el quinto, “Los dos papas” (The Two Popes), de Fernando Meirelles. Anthony Hopkins interpreta al papa emérito Benedicto XVI, mientras que Jonathan Pryce a Jorge Bergoglio, el “Papa Francisco”. A lo largo de los dos mil años que la Iglesia católica, la institución más antigua de occidente, ha durado, ha habido años en los que han gobernado de dos a tres papas, debido a la muerte de sus antecesores pero, si no se toma en cuenta a los anti papas, sólo ha habido tres ocasiones en las que dos pontífices legítimos, y vivos a la vez, han gobernado, a saber, Celestino V, en el Siglo XIII (que renunciaría voluntariamente por enfermedad), Gregorio XII (obligado a renunciar para dar fin al Cisma de Occidente), en el Siglo XV y Benedicto XVI y Francisco, el año 2013. La película retrata, de manera intimista, esta situación única, en seis siglos, por la que atraviesa el catolicismo, en plena era del escándalo.  

En el cuarto puesto, “Ad Astra”, de James Gray. Después de “Gravedad” (2013), de Alfonso Cuarón, el espacio parecía que no podía dar más, por lo menos en el área audiovisual. Pero “Ad Astra” (frase latina que significa “hacia las estrellas”), muestra una vena inicial muy oscura, en la tesitura de la novela “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad, que Francis Ford Coppola llevaría el cine como “Apocalypse Noew” (1979), trasladando la historia a Vietnam. En el viaje que el Mayor Roy McBride (Brad Pitt) hace a los mundos exteriores, en busca de su legendario padre, H. Clifford McBride (Tommy Lee Jones), resuenan los ecos del capitán  Benjamin L. Willard, enviado a matar al coronel Kurtz, que se enseñorea de una ciudad perdida en la selva. En este caso, en la órbita de Neptuno, Cliford McBride, se ha adueñado de la estación espacial en la que se ha desarrollado el “proyecto Lima”, cuyas fallidas consecuencias amenazan con destruir la vida en la Tierra. Así, Roy debe enfrentar (quizá asesinar), a su propio padre, en un lugar extremo, que se parece, más que nada, a un espejo que devuelve la propia consciencia, con todos sus temores y valientes decisiones. Me quedo con dos escenas: una persecución sobre la superficie lunar, manejando land rovers, con piratas espaciales disparando a matar, y aquella en la que el mismo Roy, tras aterrizar en otro planeta, se percata de la existencia de Súper Malls y una fiebre capitalista muy terrícola, que lo hace expresar: “Somos devoradores de mundos”. Memorable.

En el tercero, “Érase una vez en Hollywood” de Quentin Tarantino, en la que, haciendo a un lado sus queridos “homenajes” a tantas películas pre existentes, con este título no sólo resulta divertido (con todo y su violencia gráfica y escenas de podofilia), sino paródico y hasta burlesco, por ejemplo, en la persona de ese Bruce Lee que, en esta ucronía tarantinesca, termina apaleado por un rival en los puños. ¿Y qué decir de la equívoca secuencia en la que todo el mundo espera una escabechina, por parte de los sectarios, y termina siendo al revés? Decididamente, un corolario fílmico ridículo pero disfrutable. 

En el segundo puesto, “Joker”, de Todd Phillips, sólo por la magnífica actuación de Joaquin Phoenix, esta película valía su inclusión en este listado. Pero la cinta va más allá, ya que logra romper con el género infantilista y visualmente pirotécnico del cine de Súper héroes, que ya se había alcanzado en las artes gráficas en el período posterior a lo que se denomina “edad de plata”. El espectador tiene la sensación de ver otra cosa, que no es sino el surgimiento y ascenso de un Súper villano, hasta que el hechizo se rompe cuando se pronuncia el nombre “Bruce Wayne”, y la película, en su totalidad, amenaza con caerse por completo. 

En el primero, sin duda, “El irlandés” (The Irish Man). Martin Scorsese filma una película que nos suena, y nos parece, casi igual a lo que ya ha hecho antes; así mismo, Robert de Niro, como Frank Sheeran, el irlandés sicario del título y Al Pacino, como Jimmy Hoffa, el mafioso líder del sindicato de transportistas americanos (que habla y adopta las maneras de un Donald Trump, en franca parodia), actúan, por enésima vez, en los papeles que ya han actuado. A pesar de esto, “El irlandés” se levanta, con sus casi 4 horas de duración, como un testamento colosal por parte de uno de los artífices del “Nuevo Hollywwod”, e, innegablemente, también resulta –con “Roma” de Alfonso Cuarón, película del año anterior-, uno de esos filmes pioneros en su controversial manera de exhibición, a través de la imbatible Netflix, y un abanderado de la guerra que no parece terminar entre las salas tradicionales y las, cada vez más, cómodas plataformas de “Streaming”.

Y, como mención honorífica, “Parásitos” (Parasite), de Bong Joon-ho. El cine coreano demuestra su universalidad, y lo que las fuentes capitalistas, que sólo son capaces de emitir deseo insatisfecho, han provocado en toda la humanidad. Título de visionado necesario.  

Clásicas y de Culto:

Sh! The Octopus (William McGann, 1937)

Película de factura barata, pero imaginativa, que es lo que cuenta. Narra la aventura misteriosa que viven los detectives Kelly (Hugh Herbert) y Dempsey (Allen Jenkins), en un faro en el que se suceden extraños sucesos, desde asesinatos misteriosos (en apariencia, aunque el colgado que aparece por ahí, sí que impresiona), desapariciones, y monstruos, encarnados en un pulpo gigante que aterroriza a los fareros. La película ha sido justamente rescatada del olvido debido a su secuencia de transformación, en la cual la “Nanny” (Elspeth Dudgeon), se convierte en “la bruja del mar”, a base de puro maquillaje y efectos de cámara, décadas antes de la tecnología CGI. De antología.

El callejón de las almas perdidas (Nightmare Alley, Edmund Goulding, 1947)

Una de las obras maestras del “Film Noir”. Película sobre fraudes, que incluye “freaks” (en la vena de un Tod Browning) y actos telepáticos de salón. Película salvaje, que narra la historia de cómo un hombre, de nombre Pete Krumbein (Ian Keith), ha sido denigrado, al punto de convertirse en un ser bestial que decapita pollos con los dientes, a cambio de una botella de Whisky que lo mantenga permanentemente alcoholizado, y una hermosa chica, Molly (Coleen Gray), que hace de “Elektra”, en un acto en el que es capaz de producir electricidad, en forma de rayos, a través de los dedos de las manos. Cine negro, pero negro de verdad, en cuya historia conocemos a Stanton “Stan” Carlisle (Tyrone Power), que se pregunta cómo un hombre como Pete puede llegar a tal degradación, pero de quien adivinamos que terminará igual, que se involucra sentimentalmente con Zeena (Joan Blondell), esposa de Pete, a quien mata accidentalmente, y que se embarcará en el mundo de las estafas, como mentalista primero, con Zeena y Molly, y como falso espiritista después, con una psiquiatra sin escrúpulos, Lilith Ritter (Helen Walker), que no duda en usar la información de sus pacientes para embaucarlos con supuestos contactos con sus seres queridos, ya muertos.

Adaptación extraordinaria de una novela extraordinaria, que comenzara su andadura editorial en el mundo de las novelas “pulp”, por parte de William Lindsay Gresham, que había tenido contacto con el mundo del circo, al conocer la vida feliz de un fenómeno, de nacionalidad italiana, que se exhibía con el cuerpo de su hermano gemelo –sin cabeza-, colgándole del vientre, en contraste con su propia familia de fracasados (una madre a quien nunca alcanzaba el dinero y un padre temeroso de perder el empleo), Gresham conoció la efímera gloria literaria al convertirse en un Best Seller con este título, precisamente, que fuera publicado en 1946, aunque posteriormente, tras publicar otra novela exitosa, “Limbo Tower” (pub. 1949), cayera en el alcoholismo y, tras ser diagnosticado con un cáncer de lengua, se registrara en un hotel, bajo el nombre de “Asa Kimball”, el protagonista de su segunda obra, y se suicidara, a los 53 años de edad.

“El callejón de las almas perdidas”, película de culto donde las haya, ha vuelto de las sombras (una cinta de culto no necesariamente debe ser visible para todos), desde que Guillermo del Toro anunciara que prepara su remake, a través de TSG Entertainment y Fox Searchlight, a comenzar a rodar en 2020.  

La nave del mal (aka. El barco de los locos, Ship of Fools, Stanley Kramer, 1965)

Basada en la novela “La nave de los locos”, de Katherine Ann Porter, autora americana que amaba México, cuenta la travesía de un barco alemán, que parte de Veracruz en 1933, con destino a Bremerhaven, en la entonces República de Weimar, que incluye 600 pasajeros españoles, en tercera clase, expulsados de los ingenios azucareros de Cuba, incluyendo una condesa (Simone Signoret), que se atreve a vivir un último idilio romántico con el médico de a bordo, Willie Schumann (Oskar Werner) y Carl Glocken (Michael Dunn), un enano alemán (el más sensato de los pasajeros y narrador de toda la historia), denigrado, debido a su condición, a sentarse alejado de la mesa del frívolo capitán Thiele (Charles Korvin), en compañía de Julius Lowenthal (Heinz Rühmann), un judío simpático con quien entablará una gran amistad, y quien sólo desea caerle bien al caricaturesco proto nazi Siegfried Rieber (José Ferrer), que se la pasa todo el viaje queriendo tirarse al plato a Lizzi Spoekenkieker (Christiane Schmidtme), despampanante ejemplar de la “raza aria”, tan frívola como estúpida, mientras Bill Tenny (Lee Marvin), un beisbolista, casi siempre borracho, deambula por ahí, aprovechando la ocasión, a la vez que David (George Segal) y Jenny Brown (Elizabeth Ashley) se enamoran y esta última se embelesa con el pasado de la madura y, ridículamente, sofisticada Mary Treadwell (Vivien Leigh), que también busca un amor no correspondido, ya en las postrimerías de su vida.

Fascinante pintura de las clases sociales, los miedos, las políticas, las ideologías, y las amenazas que se cernían sobre el mundo a principio de los años ´30s del Siglo XX, “La nave del mal” incluye motines, por parte de la turbamulta de desarrapados condenados a viajar en cubierta, y los serviles coqueteos con la Alemania pre nazi de Pepe (José Greco), que lidera una banda de gitanos, con bailarinas de flamenco incluidas, que se venden al mejor postor, un perro gordo, mascota de los Hutten (Stanley Adams y Lilia Skala), a quien tiran al mar un par de chiquillos traviesos como el diablo y, al parecer “los únicos que se divierten a bordo”, al que rescata un pobre artesano, que termina ahogado, sin que apenas le importe a alguien, compone una película-mosaico a redescubrir, en la que se adaptara uno de los mejores libros del Siglo XX.       

El otro Sr. Hamilton (aka. Plan diabólico; Seconds, John Frankenheimer, 1966)

A menudo se ha señalado que “El otro Sr. Hamilton” de un director tan relevante como John Frankenheimer, se adelantó a su público y a su época, por lo cual resultó incomprendida y un fracaso a la hora de su estreno. Quizá, pero no puede soslayarse el hecho que, enmarcada en plena Guerra Fría, esta extraña, como extraordinaria película, está impregnada de una paranoia típica de su época.

Narra la historia de Arthur Hamilton (John Randolph), a quien vemos en las primeras escenas en una estación de trenes, siendo perseguido por un hombre misterioso (Frank Campanella), que le ofrece una nueva vida, plena de emociones y alejada de su banal existencia de clase media americana, a través de una todavía más enigmática organización denominada “La compañía”. Huelga decir que el apocado Arthur Hamilton, magníficamente interpretado por Randolph, acepta, acude a la cita y es recibido por “el viejo” (Will Greer) y Mr. Ruby (Jeff Corey), ambos actores en la “lista negra” del macartismo, quienes terminan por convencer a Hamilton de someterse a una cirugía total, que incluye cambiarle, incluso, el cuerpo y no sólo el rostro. Así, Hamilton se transforma en Antiochus –Tony- Wilson (ahora interpretado por Rock Hudson), que jamás se adaptará a su nueva vida bohemia, como supuesto pintor, en una colonia expresamente construida para todos estos seres, muertos para su familia y el mundo, que han decidido empezar de nuevo. La película incluye una secuencia magnífica –y bastante larga, para placer del espectador-, de una vendimia, absolutamente dionisíaca (o báquica), en el sentido griego más prístino, cuando Wilson y Nora Marcus (Salome Jens), una mujer de la colonia con la que empieza un romance, acuden a un lugar cercano a la playa para la fiesta del vino. Banderas de varias naciones, incluyendo la de México, que, al parecer indican los países viticultores, son ondeadas entre el gentío, entre el cual los ánimos comienzan a subir de tono, a la par que la alegría, y aparece una escultura de Baco-Dionisos, un oficiante ofrece tanto a Pan como a los dioses lares el vino, y hombres y mujeres, al ritmo de los salvajes instrumentos musicales, se despojan de la ropa y, desnudos, en una orgía prístina, apisonan la uva. Por supuesto, Wilson –que arrastra esa mojigatería tan clasemediera-, se niega a entregarse a sus impulsos pero, cuando lo arrojan dentro de la cuba, se deshace de las trabas morales y parece que empezará a fluir en el continuum de su nueva vida. 

Todo un clásico de culto, en el cual los títulos iniciales y la fotografía en blanco y negro, de rostros distorsionados, debidos a la cámara de James Wong Howe, que le valiera una nominación al Óscar, un guion por parte de Lewis John Carlino y David Ely (también autor de alguna historia para la “Galería nocturna” de Rod Serling), que adaptara su novela, y la música inquietante de Jerry Goldsmith, aportan una atmosfera de rareza, que sostiene una trama de por sí alienada y excepcional. 

Historia de un pecado (Dzieje grzechu, Walerian Borowczyk, 1975)

En la filmografía dedicada al erotismo, por parte del cineasta polaco Walerian Borowczyc, “Historia de un pecado” destaca por contar la historia de una “inocente”, que pasa de mano en mano y de cama en cama, mientras espera al amor de su vida, a quien no se atrevió a entregarse en la primera ocasión. ¿Qué quiere decir esto? Su protagonista –que no “heroína”, en el significado clásico del término- es una de las pocas mujeres que no toman el control, tanto de sus cuerpos como de sus vidas, en la importantísima filmografía de Borowczyc. La Ewa (Grazyna Dlugolecka) de la novela de Stefan Zeromski, adaptada para esta cinta, contrasta vivamente con, por ejemplo, todas las mujeres que protagonizan “Cuentos inmorales” (Contes immoraux, 1973), ya sea la Thérèse adolescente, que descubre el auto placer, en el segundo relato, titulado “Teresa, filósofa” (adaptado de la novela breve del pornógrafo Jean-Baptiste de Boyer, Marqués de Argens), la resuelta asesina de jovencitas vírgenes, la “condesa sangrienta” Elisabeth Bathory (Paloma Picasso), protagonista del cuarto de los cuentos que componen la película o, por supuesto, la Lucrecia Borgia (Florence Bellamy) de la quinta narración. Incluso, podríamos argumentar, que poco tiene que ver con la sensual Julie (Lise Danvers), la prima sometida a los deseos y placeres de su primo André (Fabrice Luchini), del primer relato, quizá el más célebre de toda la película, “La marea”, escrita por el erotómano André Pieyre de Mandiargues.

“Historia de un pecado”, pues, cuenta la historia de la ingenua Ewa, a cuya casa, que sirve, a la vez, de pensión, llega Lukasz (Jerzy Zelnik), de quien ella se enamorará perdidamente, nunca mejor dicho. Lukasz, que está viviendo un tormentoso divorcio, al que se oponen las autoridades eclesiásticas, tiene que partir a Roma para terminar los trámites. Ewa, mientras tanto, ha quedado embarazada y, en un acto de desesperación debido a los señalamientos tan de la época que le tocó vivir, ahoga al recién nacido en una fosa séptica. La vida la llevará de aquí para acá, a través de Europa, tras los pasos de Lukasz, de quien siempre le informan que se encuentra muy cerca, mientras ella se ilusiona y se hace amante de un aristócrata, luego es prostituida por un par de vividores y finalmente es rescatada por un utopista, sólo para caer, de nuevo, en la más profunda de las humillaciones.

“Historia de un pecado”, de corte clásico, de hermosa factura y puesta en escena, mantiene un asombro que entra por los ojos, y un dolor que compartimos con su protagonista, marioneta de las circunstancias, a la vez que se precipita hacia un final que, si bien no adivinamos en primera instancia, llega con una obviedad cruel y desnuda.  

Todo Modo (Elio Petri, 1976)

Una epidemia, cuya naturaleza no se aclara, y tampoco importa para la trama, asola Italia y el mundo, y un grupo de elegidos, todos políticos de alto nivel, se encierran en un convento equipado de manera futurista para tales vicisitudes, no sólo para sobrevivir, sino para discutir, ya una vez sobrepasada la contingencia, el Nuevo Orden, próximo a ocurrir.

Adaptación de la novela de Leonardo Sciascia -de quien Petri ya había adaptado, previamente, “A cada uno lo suyo” (A ciascuno il suo, 1967)-, que con esta obra trazó una sátira despiadada, y una crítica feroz, a los siempre egoístas intereses de los políticos, en la que vemos a Don Gaetano (Marcelo Mastroianni), el duro sacerdote que intenta convencerlos de las bondades de la espiritualidad, enfrentarse a las dudas de “M” (Gian Maria Volontè), el presidente, a quien la situación se le va de las manos cuando, uno a uno, los hombres encerrados en dicha institución, comienzan a morir asesinados.

“Todo Modo” es relevante no sólo por las claras intenciones de su director, afamado por su obra cinematográfica política, sino por pertenecer a esa clase de cintas cuya inclusión, en el género de la ciencia ficción, no siempre resultan tan claras, aunque lo sean, por excepcionales, y que logran romper con las convenciones de dicho género. Aunque Petri ya había llevado a la pantalla la convencional “La décima víctima” (La decima vittima, 1965), basada en un cuento de Robert Sheckley, con su consabida cacería humana que comenzara su andadura fílmica con la notable “El malvado Zaroff” (aka. El juego más peligroso, 1932), de Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack, es con esta película con la que el director se inscribe en la brevísima lista de “auteurs” (como Andréi Tarkovski y su “Stalker” o el argentino Hugo Santiago y su “Invasión”) que logran deshacerse de los clichés y renovar todo un género.