MyFFF 2021: «Adolescentes»: dos personajes entrañables de los que cuesta despedirse
Por Miguel Ravelo
Uno de los primeros banquetes fílmicos del año acaba de comenzar. MyFrenchFilmFestival, el festival de cine francés en línea, arrancó su onceava edición el pasado 15 de enero, y será hasta el 15 de febrero cuando los espectadores tengan acceso a algunas de las más interesantes propuestas cinematográficas llegadas desde Francia. ¿Lo mejor de todo? Es completamente gratuito para México y Latinoamérica y puede disfrutarse desde casa.
En la presente edición, MyFrenchFilmFestival agrupó largometrajes y cortos de acuerdo a sus temáticas. La película que hoy nos ocupa, “Adolescentes” (2019), de Sébastien Lifshitz, es parte de la sección “Forever Young”, compuesta por obras que abordan los recorridos iniciáticos de la juventud y el paso de la adolescencia a la madurez. “Adolescentes” es un documental que recorre ese camino con una sensibilidad especial y que nos permite conocer y asomarnos en la vida de dos jóvenes francesas: Anaïs y Emma.
Tanto en la ficción como en el documental, el cine ha intentado retratar de la forma más fiel posible el crecimiento y paso de la juventud a la edad adulta, plasmando en una sola película, o en una serie de ellas, el crecimiento de sus personajes. En la ficción recordamos a “Boyhood” (Richard Linklater, 2014), o la serie de cintas centradas en el personaje de Antoine Doinel, dirigidas por François Truffaut, compuesta por cinco películas que retratan el crecimiento y experiencias del alter ego del icónico director. El ejemplo definitivo dentro del documental es “Up”, de Paul Almond y Michael Apted, serie de documentales que inició en 1964 con “Seven Up!”, que documentaba la vida de 14 niños de 7 años de edad, con los que el recientemente fallecido Apted volvía rigurosamente cada 7 años para retratar qué había pasado en sus vidas durante los años posteriores a cada película. La más reciente entrega de esta serie fue “63 Up”, realizada en 2019.
En “Adolescentes”, Sébastien Lifshitz se acerca a dos niñas de 13 años, habitantes de Brive, localidad que forma parte de la región de Nueva Aquitania en el área central de Francia. El objetivo del director parece ser permitir a los espectadores echar un vistazo a sus vidas y mostrarnos cómo una persona se va fromando al atravesar la adolescencia; cómo ésta difícil etapa resulta fundamental en el carácter y la construcción o destrucción de los sueños de los adultos. Anaïs y Emma son dos niñas perfectamente comunes; es notable cómo Lifshitz buscó contar con dos protagonistas perfectamente reconocibles y con las que cualquiera pudiera identificarse. Sus protagonistas se enamoran, se rebelan, cantan, lloran, sufren y se divierten como cualquier niña a los 13 años. El acercamiento es cuidadoso. Poco a poco las conocemos dentro de su entorno familiar y escolar. Además de compañeras de escuela, Emma y Anaïs son amigas, tal vez no las mejores ni las más cercanas, pero tienen una buena relación que irá afianzándose con el paso de los años y que es donde se encuentra una parte importante del corazón de este documental.
Una de las primeras secuencias tiene lugar en la celebración del treceavo cumpleaños de Anaïs. De forma casi imperceptible, el director nos lleva a una celebración más, y a otra, y “Adolescentes” se revela como un viaje de crecimiento en el que seremos testigos de todo lo que puede cambiar en la vida de una niña de 13 años hasta llegar a ser una persona adulta de 18. El director busca retratar los cambios por los que atraviesan sus protagonistas: las dudas, la rebeldía y la forma de intentar comprender su lugar en el mundo cuando al parecer éste hace lo posible para hacerlas sentir rechazadas. Al mostrarlas como testigos de momentos fundamentales de la historia reciente del país, como el atentado terrorista a las oficinas del semanario Charlie Hebdo o la llegada de Emmanuel Macron al poder, Lifshitz consigue retratar la evolución del carácter de las protagonistas y de sus relaciones personales.
Los cinco años que abarca el documental continuarán avanzando junto a la amistad de Anaïs y Emma, y en ellos podremos apreciar, gracias a la buena realización del director y a la titánica edición de Tina Baz, cómo el tiempo y las experiencias irán delineando cuidadosamente cada rasgo del carácter de un adulto. Lifshitz es hábil al mostrar los momentos que serán fundamentales para entender los cambios en el comportamiento de sus protagonistas, delineando pacientemente cómo fue construyéndose la mujer en la que cada una se convierte al terminar la cinta.
El resultado final es agridulce. Anaïs y Emma ser revelan como dos personajes entrañables de los que cuesta despedirse. Ambas, ahora con 18 años, tienen miles de experiencias por vivir. Es difícil saber si en los planes del director está realizar un ejercicio posterior como lo hiciera Michael Apted, y volver a ellas en unos años para conocer qué fue de sus vidas. Al final, “Adolescentes”, con sus cinco años de dos vidas retratadas en apenas 130 minutos, se siente como un trozo de la vida misma. Un vistazo, un viaje de recuerdos a través de experiencias de crecimiento con las que muchos podemos identificarnos y que dejan abierta una ventana hacia todo un mar de posibilidades. ¿Qué ocurrirá en sus vidas ahora? Lo que sea que venga para ellas, queda completamente en sus manos.
“Adolescentes” es un muy recomendable documental que puede verse en México y Latinoamérica de forma gratuita en la plataforma de My French Film Festival 2021.
