Perfil

Por Domingo Rojo

"Si el hombre se sobrepasa es que no te respeta, y si no te respeta es que no te quiere. El hombre siempre sabe el terreno que pisa con las mujeres buenas; con las mujeres malas nadie sabe dónde está parado" (Mauricio Garcés, en El matrimonio es como el demonio, 1967)

"Debe ser terrible tenerme y después perderme

"Claro que quiero ser el hombre de tus sueños.... pero para eso, ya duérmete mamacita

"Los hombres no mentimos, sólo buscamos alternativas para darles gusto a sus exigencias

"Chiquitita, yo soy como el tiempo, una vez que me pierdes, jamás me recuperarás

 

El actor Mauricio Garcés representa una de las figuras más destacadas del cine mexicano en el género de la comedia, sobre todo a partir de su imagen de seductor irresistible, muy ad hoc con la visión del México que aspiraba al cosmopolitismo de los años sesentas y setentas.

Supo aprovechar también el momento en que el cine nacional se liberaba de la censura para protagonizar comedias ligeras con un componente de erotismo y picardía, de diálogos hábiles y juguetones, para convertirse en un modelo paródico del galán maduro, que al paso de los años se ha conservado como un referente de varias generaciones.

Su nombre real fue Mauricio Feres Yázbek y nació en Tampico, Tamaulipas, el 16 de diciembre de 1926, en el seno de una familia de origen libanés. Se inició en el cine en los años cincuenta, con el apoyo de su tío Tufic Yásbek, un popular retratista de estrellas de cine. Empezó con una serie de pequeños papeles, en comedias, cintas de aventuras y westerns, hasta que recibió la oportunidad de estelarizar la cinta Los resbalosos (1959), a partir de la cual se convirtió en una de las figuras masculinas más destacadas de las décadas de los sesenta y setenta, en las que filmó numerosas películas prodigándose en su papel de seductor, al lado de múltiples bellezas de la época.

Partícipe tanto de la faceta de galán como de aquella de comediante, intervino en cintas como Por querer a una mujer (1951), Cómicos de la legua (1956), Una bala es mi testigo (1959), Mujeres engañadas (1960), Amorcito corazón (1960), Casi casados (1961) y Perdóname mi vida (1964).

Algunos de sus biógrafos, señalan que fue determinante en su éxito como seductor maduro, la visión de la productora Angélica Ortiz, madre de la actriz Angélica María, quien contrató a Mauricio para estelarizar Don Juan 67 (1966) primera de una serie de películas en las que interpretó a su alter-ego, Mauricio Galán.

Luego del éxito de Don Juan 67 (1966), también intervino en varias películas que son las más recordadas de su filmografía, como El matrimonio es como el demonio (1967), El cuerpazo del delito (1968), Modisto de señoras (1969), Cómo atrapar a un don Juan (1970), Vidita negra (1971), No tiene la culpa el indio (1977) y El sátiro (1980). Su trayectoria en el cine concluyó con el filme Mi fantasma y yo (1987), donde encarna a un fantasma sofisticado.

El éxito de Garcés se debe en buena medida a que supo jugar con la imagen del hombre irresistible, en parte alimentado por la tradición del macho mexicano, y al mismo tiempo, burlarse de los códigos de esos estereotipos.

En la segunda mitad de los años setenta, cuando disminuyó notablemente su atractivo taquillero, inició su retiro paulatino del cine. También, participó en varias series televisivas y con alguna frecuencia realizó papeles para el teatro. Falleció el 27 de febrero de 1989, en la Ciudad de México. (Fuente: Cien años de cine mexicano, Universidad de Colima, 1999).

Checa el clip de Mauricio Garcés aquí