Estudió la carrera de actuación y dirección teatral en la escuela de Seki Sano y más tarde se convirtió en su asistente de dirección. Luego de ingresar al CUEC, dirigió ahí seis cortometrajes en 16 mm: Lapso (1965) donde registra imágenes aisladas de los paseantes de la Alameda capitalina; 45/Número 45/Pantalón (1966), ejercicio de estilo visual enfocado en los paseantes del zoológico de Chapultepec; El jinete del cubo (1966), relato de ficción de corte kafkiano; S.O.S / Catarsis (1967), breve mirada a un hombre antes dormir; El hijo (1968) sobre los escarceos amorosos adolescentes; y Leobardo Barrabás/Parto sin temor (1969) que registra el nacimiento de su hijo.

Durante el Movimiento estudiantil del 68 fue delegado de su escuela ante el Consejo nacional de Huelga, lo que le permitió ser uno de los camarógrafos que documentó la represión policiaca durante los meses de las protestas y eso le permitió editar el material acumulado que derivó en su único largometraje: El Grito (1968).

También fue fotógrafo del corto La pasión (1969) y protagonista y coguionista del largometraje Crates (1969), ambos dirigidos por Alfredo Joskowicz. Se suicidó cuando preparaba su primer largometraje de ficción.