Perfil

Retrato de Gabriel Figueroa.

Escritor, guionista, argumentista y actor. Su nombre completo fue Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno y nació en Sayula, Jalisco (aunque también se menciona Apulco, Jalisco, como el lugar de su nacimiento), el 16 de mayo de 1918. 

Figura capital de las letras hispanoamericanas del siglo 20, merecedor de todos los reconocimientos importantes que se entregan en el país, entre ellos el Premio Nacional de Letras, y de varios de los más prominentes en la escena internacional, traducido a todas las lenguas cultas y objeto de innumerables estudios, hizo su aparición en la escena literaria con diversas colaboraciones aparecidas en la década de los treinta en la revista Pan, publicada en Guadalajara. 

Autor de dos insuperables volúmenes de irradiación universal, la novela Pedro Páramo (1953) y el tomo de cuentos El llano en llamas (1955), estuvo frecuentemente ligado al cine, pues amén de que participó en la industria, como guionista y argumentista e, incidentalmente, como actor, sus escritos no han cesado de ejercer atracción sobre los cineastas nacionales. 

Así, aunque no se puede decir que el cine nacional haya estado a la altura de este enorme escritor, han menudeado los acercamientos a sus textos: Talpa, sobre el cuento homónimo, ha sido filmada en dos ocasiones, en 1955, por Alfredo B. Crevenna, y en 1982, por Gastón T. Melo; El despojo, de Antonio Reynoso, fue producida en 1960 a partir de un cuento de Rulfo elaborado durante el rodaje; Paloma herida, de Emilio Indio Fernández, fue realizada en 1962 y Rulfo figuró como coguionista; El gallo de oro, de la cual fue argumentista, fue dirigida en 1964, con gran acierto, por Roberto Gavaldón, quien hizo también la adaptación, con Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez, y otra versión, bajo el título de El imperio de la fortuna, la llevó a la pantalla Arturo Ripstein en 1985; La fórmula secreta, insólita, excelente cinta experimental de Rubén Gámez, de 1964, contó con un texto de Rulfo dicho en off por el poeta Jaime Sabines; Pedro Páramo, por su parte, ha sido traducido en imágenes fílmicas tres veces, en 1966, 1976 y 1981, a cargo de Carlos Velo, José Bolaños y Salvador Sánchez, respectivamente; El rincón de las vírgenes fue dirigida y adaptada por Alberto Isaac, en 1972, a partir de una versión libre de los cuentos El día del derrumbe y Anacleto Morones; y ¿No oyes ladrar los perros?, dirigida por el francés François Reinchenbach en 1974, fue adaptada del cuento homónimo por Carlos Fuentes. Además, Rulfo hizo un breve papel, como parroquiano de una cantina, en una secuencia de En este pueblo no hay ladrones (1964), cinta de Alberto Isaac que ganó el segundo lugar en el Primer Concurso de Cine Experimental, convocado por el Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica (STPC), e igualmente se han grabado diversas versiones televisivas de los cuentos de El llano en llamas. Recientemente, también se realizó "Purgatorio”, la más reciente película de Roberto Rochín inspirada en tres relatos de  Rulfo: Juan Rulfo: “Paso del norte”, “Un pedazo de noche” y “Cleotilde".

Por otra parte, quizá abrumado por el peso de la fama y la trascendencia de sus dos libros, no volvió a publicar sino textos aislados, aunque en sus últimos lustros descubrió y explotó, también con talento innegable, sus dotes para la fotografía, mientras trabajaba en diversas dependencias gubernamentales, como el Instituto Nacional Indigenista (INI). Falleció el 7 de enero de 1986, en la Ciudad de México. (Cien años de cine mexicano, U. de Ciolima-Conaculta, 1999).