«La vida invisible de Eurídice Gusmão» (A Vida Invisível de Eurídice Gusmão) de Karim Aïnouz (Brasil, 2019). En selección oficial : Un Certain Regard
Por Jean-Pierre Garcia
Desde Cannes en exclusiva
«La Vida Invisible de Eurídice Gusmão» es el séptimo largometraje del brasileño Karim Aïnouz, director ya seleccionado en Cannes, con la muy aclamada «Madame Satã» en 2002. Su nuevo filme ha dejado un grato sabor de boca.
Estamos en Río de Janeiro, en 1950. Eurídice y Guida son dos hermanas inseparables. Viven en casa de sus padres y mientras Eurídice sueña en volverse una pianista célebre, su hermana mayor Guida sueña en vivir una linda historia de amor. Pero el padre muy autoritario lo hace todo para organizar la vida de sus hijas a su modo. Guida va a dejar su familia y viajar a Grecia con su enamorado. Salvo que, como en muchas historias de amor de aquellos años, la aventura se acaba en unos meses. Guida vuelve a casa, preñada y a punto de parir. El padre que estima haber perdido su honor por causa de su hija mayor, la echa fuera de la casa sin que Eurídice sepa que su hermana volvió y vive de nuevo en Río.
Esa es la trama del melodrama. Las dos hermanas se van a escribir, esperando encontrarse pero su padre y madre ( y el esposo de Eurídice después) van a guardar el secreto. Como corresponde a la moral de los años cincuentas del siglo pasado, los padres son omnipotentes mientras las mujeres no son más que la sombra de sí mismas.
Las bases del melodrama tradicional, permiten al director contribuir a la lucha feminista de las hermanas Gusmão. En esto se puede considerar la película de Karim Ainouz como un sentido homenaje a las mujeres invisibles de la generación de los cincuenta. Una generación de mujeres solteras que como la madre del director cuidó sola de sus hijos, trabajando duro y totalmente olvidada por la sociedad. A pesar de vivir en Río y en sus magnificas playas, la soledad y el abandono eran muy cruel para ella.
La otra parte de la película es el destino de Eurídice, pues ella es una «buena hija» que acepta la decisión del padre y se casa con el hijo de su acaudalado socio.
La escena de la boda y en especial de la noche de bodas lleva en si todo lo más importante de la « aventura ». El machismo como la ausencia de amor nos dicen claramente lo que eran realmente estos casamientos arreglados por la familia : de hecho en muchos casos se podía hablar de violaciones.
Este melodrama tropical posee en sí mismo muchos rasgos del cine de Douglas Sirk, se puede pensar en especial en «Imitation of Life» (1959) con los sueños de carrera artística, al final interrumpida. Por ejemplo, en la escena en que Eurídice quema su piano, adentro de la casa, para despojarse de sus sueños de niña y convertirse en una desesperada ama de casa. Ya se morirá el esposo …
A pesar del género cinematográfico decidido al inicio de la película y que corre a lo largo de la historia, el director no se burla del melodrama, no se ríe de sus personajes, los reinterpreta en un estilo más contemporáneo. Es evidente que la lucha feminista de hoy es importante en la definición de la mirada de Karim Ainouz. En esto «La vida Invisible de Eurídice Guzmao» no es una comedia dramática, es una historia para personas de hoy y en especial mujeres de hoy, con conciencia. No basta con dar un vistazo a esta película como lo escribieron ciertos periodistas franceses. Dar una mirada cierta y atenta, permite entender que más allá de los melodramas hay (como hubo) un sentido profundo de la vida.