Por Gustavo Ambrosio
La fórmula en el cine es una receta de llegar al éxito de la forma más rápida posible. Cualquiera que haya leído a Mc Kee o algún otro libro sobre cómo hacer guiones saben de lo que hablo.
Hay cineastas, como David O. Russell, que saben que hay temas y géneros que son fácilmente explotables para a) Hacerte un nombre en Hollywood a través de premios, b) Ser complaciente con un público estándar y c) hacerte una figura atractiva para los productores y que puedas seguir haciendo películas.
A diferencia de los autores, gente que tiene una visión de las cosas, así sea en cine comercial. O. Russell es de esas figuras pretenciosas y astutas que saben nivelar un producto de dudosa trascendencia, un elenco multiestelar, una historia “simpática” para que los ojos del espectador embutido en el cine norteamericano se enganche por unas cuantas horas para luego olvidar el contenido. Un producto de desecho envuelto en un empaque aparentemente de calidad.
“Escándalo americano” (“American Hustle”) narra las peripecias de un agente del FBI que debe aliarse con una pareja de criminales para atrapar a algunos congresistas y corredores de bolsa envueltos en una estafa en los años 70.
¿Qué podemos notar a simple vista de la premisa? Thriller político relacionado con las finanzas o el crimen de cuello blanco (cintas adoradas en Hollywood y en Estados Unidos), ‘basada en un hecho real’, a eso le agregamos un triángulo amoroso, personajes simpáticones y escenas de comedia y tensión por igual, el resultado es un licuado de muchas cintas que ya hemos visto antes (¿A alguién le suena Ocean´s eleven?).
En un burlesco y patético desarrollo, se podría decir que a diferencia de la endulcolorada “Silver Linging Playbook” y el tropezón narrativo de “The Figther”, “American Hustle” es quizá el guión más solido del ahora tres veces nominado al Oscar, sin embargo, no por eso es original.
Ahora, con un guión formulaico pero sólido, se podría esperar una evolución del señor director de Tres Reyes ¿Qué pasa? Todo lo contrario. A no ser por el manejo de los Dollys, que hay que darle mérito en ello, toda la narrativa visual es tan plana y aburrida, plano cerrado, otro plano cerrado, plano abierto, luego repite y así sucesivamente.
Pero lo que de verdad le falla, y desde “The Figther” lo vimos, es la pésima dirección de actores. Amy Adams es la femme fatal más light y simplona que se ha visto en el cine, Bradley Cooper chispea con un personaje que es devorado por los demás, Jeniffer Lawrence nuevamente confunde el grito con la explosividad del personaje y Christian Bale se resguarda en un magnífico maquillaje para tratar de darle fuerza a un personaje que resulta tan interesante como leer los instructivos del cereal. Jeremy Renner, a pesar de todo da una actuación cumplidora y que en un punto del filme opaca a Bale.
Pero quizá el punto esencial del filme, no sólo el vestuario y la dirección de arte, bastante bien cuidados y elaborados, es la musicalización. El track hace que escenas flojas y otras de humor forzado cobren vida y se sientan al menos más entonadas.
En fin. “American Hustle” es la cinta más sobrevalorada del año, con una dirección de actores artificiosa, un pobre trabajo tras la cámara, con un guión sólido y disfrutable, sí, pero no deja de ser una típica película estadunidense sobre un tema meramente estadunidense.
“American Hustle” escrita por Eric Singer y David O. Russell, Dir. David O. Russell, EUA/2013 Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Jeniffer Lawrence, Bradley Cooper, Jeremy Renner, Alessandro Nivola.
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