Por Hugo Lara
Desde Morelia
“Vaquero del mediodía”, dirigida por el periodista y documentalista Enrique Osorno (“El alcalde”, 2012) se exhibió con una buena recepción dentro de la competencia de largometraje documental mexicano del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM). El filme propone unla búsquedda del poeta regiomontano desaparecido Samuel Noyola, a quien se le perdió la pista hace unos años en la ciudad de Monterrey. Su desaparición no se atribuye al crimen organizado, sino a su espíritu salvaje y suicida, a quien se le llegó ver por últimas veces como vagabundo en las calles, andrajoso y sucio.
Sus amigos, colegas, amantes y su hermano describen a cámara la personalidad apasionada de Samuel, a quien se le siguen los pasos mediante sus dibujos, sus anécdotas y, sobre todo, sus rimas. Se reconstruye su vida y su espíritu libre, que lo llevó incluso a viajar a Nicaragua para sumarse a la revolución sandinista. La búsqueda del poeta se extiende a las calles entre los teporochos y las prostitutas, en los barrios bajos, las cantinas…
El documental revisa la trayectoria del poeta y también integra videos y fotografías de archivo con breves apariciones de él mismo y entrevistas a figuras de las letras como Juan Villoro, Carlos Martínez Rentería, entre otros. Es un documental ágil y bien realizado, que descubre una personalidad fulgurante, irrevente y sensible de Noyola, quien colaboró en revistas como Vuelta o Letras Libres y fue tan descarado como para dedicarle un poema a los ojos azules de Octavio Paz, su principal mentor.
Asimismo, este retrato nos pasea por los rincones decadentes y nocturnos de Monterrey, pero también nos lleva a la Ciudad de México, a los lugares que frecuentaba como la Cantina Covadogna, el salón La Maraka o la calle de Narvarte donde habitó por años adentro de su vehículo. Resuelto con solvencia e imaginativamente, se nota el rigor y oficio del realizador y resulta un homenaje honesto, divertido y conmovedor, al poeta Samuel Noyola y a su intensa y rabiosa existencia..
En la misma sección, se proyectó “Sísifos” de Nicolás Gutiérrez Wenhammar y Santiago Mohar Volkow. Este documental es un viaje al interior de los refugios para curar adicciones en hombres de bajos recursos. Se trata de los llamados anexos, una alternativa que han creado los propios adictos y que operan como centros de rehabilitación no oficiales en los que se ofrece un método de rehabilitación pensado al margen de la medicina o la terapia profesional.
En estos espacios los adictos se recluyen y realizan actividades de autoayuda, así como de apoyo y motivación grupal, incluso en ocasiones de carga religiosa. En el interior de uno de estos espacios, deteriorado y con instalaciones estrechas, los adictos rezan, conviven y duermen hacinadamente.
La realización sigue la rutina de estos hombres, como un testigo mudo que no juzga ni pondera su método, y así los observa en sus sesiones en la terapia grupal, donde desahogan su sentir. Es un documental que busca el registro tal como es adentro de estos espacios, sin testimonios a camara, con el registro puro y directo de la manera en que interactúan estos hombres.