Gerardo Trejoluna: “Más que un trabajo actoral, ‘En el sueño de Lú’ fui un compañero de viaje”

* Para su consideración: Cobertura especial Ariel 2013

Por Ulises Pérez Mancilla.

“Si no tuviera la escena y el teatro, y otras posibilidades de trabajar y de exponerme como en el cine, creo que estaría muy incompleto en la vida”, asegura Gerardo Trejoluna quien reconoce que siempre hay momentos en los que ha dudado de seguir el camino de la actuación. Ahora mismo, está terminando con una etapa de crisis que lo mantuvo retirado cerca de tres años de los escenarios, más no de la pasión que le significa ser actor y que él la relaciona con “intentar conocer más nuestra naturaleza humana, ser más consciente de las huellas y de las cicatrices que nos aquejan casi a todos”.

Gerardo, originario de Acámbaro Guanajuato, es un experimentado actor de teatro (“Hamlet”, “Becket o el honor de dios”, “Antígona”, “Autoconfesión”, “Tom Pain”) que por primera vez recibe la nominación al Ariel en la categoría de mejor coactuación masculina por “El sueño de Lú” y se muestra realmente sorprendido: “Yo no soy nada académico, me interesa la academia como sabiduría pero no como institución, sin embargo el hecho de que la AMACC me de este reconocimiento me llena de sorpresa, no me la esperaba en lo más mínimo”.

Y no se la esperaba por varias razones. Una de ellas, porque él mismo considera que no es muy cercano a la comunidad cinematográfica, por su carácter tímido y reservado, pero quizá la más importante es su sentir al respecto de su participación en la película: “más que un trabajo actoral fue una especie de compañía de viaje”.

Gerardo llegó a “El sueño de Lú” por invitación directa de Hari Sama y de Úrsula Pruneda: “Sin leer nada les dije que sí, que por supuesto que me subía al barco”. Curiosamente, la vida ha puesto a la muerte como tema principal en muchos de sus trabajos: “La primera reflexión que hice fue una obra de teatro llamada “La vida muda”, un homenaje a mi padre, donde pongo a un personaje clown a reflexionar en los últimos segundos de vida”. Después de esta experiencia,  Margarita Sanz lo llamó para dirigir  “Campo de estrellas”, un monólogo escrito por Luisa Josefina Hernández, que giraba en torno a la pérdida de la madre de la actriz.

“La muerte es el tema tabú por excelencia en el ser humano, lo que nos conecta con el misterio más grande e irresoluble. Es importante pensarlo de nuevas maneras y es algo que me gusta mucho de “El sueño de Lu”, esta liberación de la pérdida como algo irreparable, yo creo que es importante ver la muerte o tratar de ver la muerte como la corona de la vida, como un premio, pero un premio que nosotros mismos nos damos”.

A pesar de sentirse cada vez más a gusto en los sets de cine (“Hoy me resulta más interesante… últimamente he puesto más atención en tratar de que sucedan cosas en cámara”), Gerardo atribuye su hasta ahora limitada participación en el cine mexicano a un desagrado por el proceso de casting, herramienta común dentro del proceso cinematográfico: “es un tipo de sociabilidad con la que no concuerdo. No digo que esté bien o esté mal ,simplemente no tengo la personalidad para eso… Yo sí espero que se me den más posibilidades de ejercicio en el cine, porque es un campo que me gustaría explorar más”.

Para Trejoluna (quién recientemente actúo en el cortometraje “Último gabinete” de Yaride Rizk), su primera vez frente a la cámara fue desconcertante: “En relación al teatro, donde el evento está tan en tus manos de alguna manera, el eventos sucede ahí, estás en el mismo tiempo y espacio con el espectador, mientras que en un set no tienes eso… Uno como actor tiene que estar mucho más liberado, mucho más relajado. Conducir menos la energía. Tienes que refinar tu gusto para cada proceso técnico”.

“Al verme las primeras veces en pantalla agachaba la cabeza y decía: guácala qué cosa más horrible… y lo sigo haciendo, pero poco a poco estoy encontrándole el gusto y el matiz. Comienzo a paladear, todavía me veo en El sueño de Lú y sigo rezongándome mucho”. Actor exigente al fin, sólo tiene palabras de elogio para sus compañeros de reparto e insiste en lo mucho que le sorprendió la nominación: “¡esperaba que estuvieran todos menos yo!”

Tobías, su perro, ladra a media entrevista la tarde en que Gerardo me recibe en su departamento en la colonia Roma. Entre la distracción, observo a detalle y mientras lo escucho hablar, percibo lo contrastante de su amabilidad con su interpretación del hostil cura en “Hidalgo: la historia jamás contada”, donde comparte crédito con Demián Bichir.

Aminoran los ladridos y Gerardo retoma: “La actuación amplía tu horizonte, te da la oportunidad de pensar de otras maneras a lo cotidiano. Yo por ejemplo, no soy nada social y de alguna manera mi forma de sociabilizar y de conocer a la gente, de entender a los otros y por lo tanto de entenderme a mí ha sido a través del teatro y el cine”.
 
El próximo 28 de mayo será la primera vez que el actor vaya a la ceremonia de los Arieles. Y aunque ciertamente no esperaba su nominación, hoy gane o pierda (Ethan Hawke, nominado al Oscar por “Día de entrenamiento” decía que lo mejor que le puede pasar a un actor de reparto es que el protagonista gane el premio), Gerardo Trejoluna tiene claridad en algo: “recibí la nominación con mucha sorpresa, pero también con mucho agrado… recibir un reconocimiento así  es como un regalo de la vida”.

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