María Félix ingresando a uno de los salones de Palacio Nacional


Por Roberto Ortiz Escobar
 
Con la película “Río Escondido” (México, 1947) [1], el director Emilio Fernández pretendió congratularse con el nuevo gobierno federal del periodo 1946-1952 (en los créditos él aparece como el argumentista y Mauricio Magdaleno como el adaptador) [2], poniendo en la escena fílmica al mismísimo presidente Miguel Alemán Valdés (de espaldas en su oficina de Palacio Nacional) [3], quien al inicio del filme le encomienda a una maestra rural en ciernes (Rosaura Salazar=María Félix) la noble tarea de dar clases en un paraje empobrecido de la provincia mexicana.

Si bien esta fue una de las obras de Fernández fotografiadas elocuentemente en blanco y negro por Gabriel Figueroa, existió como proyecto filmar a color una parte inicial de la cinta, aquella donde la maestra rural Rosaura Salazar (María Félix) observa las pinturas murales de Diego Rivera en una de las escalinatas de Palacio Nacional, recinto donde posteriormente se entrevistará con el presidente de México. Esta parte se filmó a color y de ello dio cuenta un rollo de 16 mm. de la Colección Luis Osorno Barona, digitalizado por el Laboratorio de Restauración Digital de Cineteca Nacional y que está dentro del programa Archivo Memoria, el cual ha reunido y digitalizado cientos de rollos amateurs filmados en formatos pequeños (8 mm., super 8 mm., 9 mm., 9.5, mm., 16 mm.) en el transcurso del siglo pasado.

Persona (aparentemente Carlos L. Cabello), claqueta y murales de Diego Rivera.


Como en la actualidad no existen en  Filmoteca UNAM y Cineteca Nacional copias de 35 mm. en positivo o negativo de “Río Escondido” con las tomas iniciales en color, se podría especular que en México el pequeño corto digitalizado (la dirección de esta fotografía a color es atribuida en los créditos de la cinta en blanco y negro a Luis Osorno Barona) podría ser el único testimonio de la filmación (una especie de “Detrás de cámaras” o “Making off”) de esta parte de “Río Escondido” realizada en color, versión que no fue proyectada al público en las salas de cine donde se conoció en blanco y negro, la cual ha trascendido hasta el momento actual. La idea de filmar a colores con otro fotógrafo contravenía el plan estético de Gabriel Figueroa sobre la cinta, por lo que posiblemente el afamado camarógrafo no estuviera de acuerdo en la filmación en color.

El proyecto de la filmación a colores de la escena de María Félix ante las pinturas murales de la primera mitad del siglo XX embonaba con el interés de Fernández de hacer una película sobre la educación en México (uno de sus temas recurrentes) al iniciar un gobierno que avizoraba, políticamente, un progreso material respaldado, se suponía, por una educación adecuada. No es casual que en el sexenio de Miguel Alemán se inaugurara el principal campus de la UNAM al sur de la CDMX. Fernández quiso resaltar en color un referente histórico nacional a través de los murales de Diego Rivera, que, parecía, secuenciaban la historia nacional de manera didáctica.

Parte de los murales de Diego Rivera en Palacio Nacional.
 

“Río Escondido” hace referencia a la educación pública rural básica y a una maestra que procuraba la concientización de un pueblo empobrecido enfrentado a los esbirros de un feroz cacique (Carlos López Moctezuma) que reivindicaba el derecho comunal al agua acaparada por éste. Ya Emilio García Riera se encargó de ubicar elementos simbólicos cristianos en el personaje de la Félix (“Historia Documental del Cine Mexicano”, tomo 4, pp. 143-147). Si bien existieron testimonios favorables sobre la película, Efraín Huerta manejó una posición diferente [4].

De muy breve duración (apenas 2 minutos), el rollo de 16 mm. digitalizado por Archivo Memoria se titula “[Tomas a color de la filmación de Río Escondido]” y en él aparece una hermosamente en rebozada María Félix en Palacio Nacional. El rollo sin sonido logró conservarse en buen estado durante muchos años y la calidad de imagen es aceptable. Primeramente, aparece la actriz con el atuendo blanco ingresando a uno de los salones de Palacio Nacional sin gente y a otro salón concurrido. Más adelante se le ve acompañada con el director Emilio Fernández; aparece también una “araña” lumínica y la Félix en cámara rápida ingresando a uno de los salones de Palacio Nacional donde se encuentran varias personas (imagen que se repite); en cámara rápida parece verse a una persona con una claqueta (podría ser Carlos L. Cabello, asistente de dirección de “Río Escondido”, o bien, el asistente de fotografía de Luis Osorno Barona) y al fondo uno de los murales. El documento fílmico cierra con un registro de varios de los murales pintados por Diego Rivera en las escalinatas de Palacio Nacional el siglo pasado, trabajados durante 22 años.

María Félix y Emilio Fernández en Palacio Nacional

A partir de rollos filmados en formatos pequeños, Archivo Memoria contiene imágenes de momentos importantes de ciertos clásicos del cine mexicano. No sólo está ahí “[Tomas a color de la filmación de Río Escondido]”, sino “[Filmación de la película La Rosa Blanca]” [5], con imágenes de “Rosa Blanca”, realizada en 1961 por Roberto Gavaldón, la cual debió esperar varios años para su exhibición, ya que se mantuvo en el congelador por mucho tiempo, sin explicarse el móvil de la prohibición oficial. Aunque la censura se resiste a tener rostro, Eduardo de la Vega Alfaro sugiere en su libro “Cine, política y censura en la era del Milagro Mexicano” (2017, Universidad de Guadalajara), una de las factibles causas de la prohibición de la exhibición pública de “Rosa Blanca” [6]. En cuestión fílmica, también se encuentra la Colección Alfredo Gurrola, cineasta mexicano nacido en la ciudad de México en 1943 y responsable en 1979 de “Llámenme Mike”.   

El proyecto Archivo Memoria de Cineteca Nacional ha logrado recuperar una serie de colecciones de diferentes épocas y temáticas pertenecientes a familias que testimoniaron a través de cámaras caseras momentos del devenir familiar y social de este país.

Por lo que se refiere a la restauración digital de “Río Escondido” con fotografía en blanco y negro realizada en 2020 por el Laboratorio de Restauración Digital de Cineteca Nacional, en los créditos finales de la cinta aparecen dos integrantes de la columna El acervo y sus demonios: Natali Rashel Riquelme Barrios y Alfonso Espinosa; honor a quien honor merece. Además de reconocimientos internacionales, la película de Fernández ganó en México 9 premios Ariel.

Notas.

[1] “’Río Escondido’ se estrenó el 12 de febrero de 1948 en el cine Orfeón (remozado y reinaugurado para el efecto), y duró ahí cuatro semanas” (“Emilio Fernández 1904-1986”, Emilio García Riera, Universidad de Guadalajara, Cineteca Nacional, 1987, pág. 109).

[2] Parece ser que la idea original fue de José Revueltas, considerando lo escrito en un libro editado por la UNAM (“José Revueltas: Obra Cinematográfica 1943-1976”), coordinado por Francisco Peredo y Carlos Narro: “Cuando muchos escuchan hablar del filme “Río Escondido”, piensan en su director Emilio “El Indio” Fernández, o en sus protagonistas María Félix y Carlos López Moctezuma, pero no en José Revueltas. Pocos saben que el escritor y activista político es el verdadero autor de este guión, que durante años se atribuyó a Mauricio Magdaleno”. (…) La participación de Revueltas en el cine fue tan vehemente como su obra literaria. Sin embargo, no siempre reconocida. “Río escondido” no es la única película en la que no apareció su crédito en pantalla. Lo mismo ocurrió con “El niño y la niebla”, de Roberto Gavaldón, o “Bugambilia”, también de “El Indio” Fernández.

[3]. “La actitud del presidente resulta curiosa, porque a nadie pasó inadvertido que él mismo aparezca en la cinta representado -de espaldas, es verdad- por el actor Manuel Dondé, de físico algo semejante al suyo” (“Emilio Fernández 1904-1986”, Emilio García Riera, Universidad de Guadalajara, Cineteca Nacional, 1987, pp. 108-109).

[4] “A Raúl de Anda, que es un impecable ignorante, le enseñaron “La maestra rural” (en guión) y lo aprobó. La cosa era sencilla, y tanto, que ya había ganado un premio periodístico. Pero, claro, en manos de Emilio Fernández y de su farragoso colaborador, la pobre maestra se transformó de una mujer elemental y lógicamente peleadora, en una vulgar demagoga cinematográfica, y el mediocre ‘Río Escondido’, paisaje y flor de la pedantería artística, ha seguido un curso ideal…” (“Emilio Fernández 1904-1986”, Emilio García Riera, Universidad de Guadalajara, Cineteca Nacional, 1987, pág. 108.

[5]. En la filmografía del cine nacional existe “La rosa blanca” / “Momentos de la vida de Martí” (México-Cuba, 1953, de Emilio Fernández), cuyo personaje histórico fue interpretado por Roberto Cañedo.

[6]. Sobre la censura de la película, De La Vega, señala lo siguiente: “…en este caso particular de prolongada censura debió pesar mucho más el temor a que algunos representantes del gobierno estadounidense, no necesariamente los diplomáticos en ese entonces acreditados en México, se sintieran ofendidos (o aludidos) en los personajes interpretados por Reinhold Olazewski y John Kelly, quienes, según Guadalupe Dueñas, eran presentados como parte de ‘una pandilla de gangsters falsos y desalmados’ que incluso recurrían al crimen con tal de adquirir los terrenos en que se asentaba la hacienda ‘Rosa Blanca’ para incorporarlos a los bienes de la transnacional petrolera de la que uno era copropietario y a la que el otro servía de  manera abyecta” (pp. 114-115).

*El autor agradece a Eduardo de la Vega Alfaro, investigador nacional de cine, la revisión del texto y sus observaciones pertinentes.

*Las fotos que acompañan el presente artículo se incluyen únicamente como apoyo al contenido del texto, cuyo cometido es de difusión cultural.