Redacción. El violinista y compositor de origen ucraniano Elías Breeskin, autor de partituras memorables del cine mexicano como “Ni sangre ni arena” (1941) estelarizada por Cantinflas, y “¡Pancho Villa vuelve!” (1950) dirigida por Miguel Contreras Torres, y quien llevó una vida agitada que lo llevó de los principales escenarios de Nueva York a la Ciudad de México, será recordado en una función privada que ha organizado el empresario José Díaz. Elías Breeskin, cuya vida estuvo marcada por su adicción al juego, fue padre también de Olga Breeskin, célebre vedette que hizo época en México en la década de los setenta y ochenta, además de su hijo Elías, también violinista y quien estará presente en el homenaje.
Elías Breeskin fue un dotado músico cuya turbulenta y fascinante vida estuvo marcada por su adicción al juego. Nacido en 1896 en Yekaterinsolav, Ucrania, Elías fue el más joven de tres hermanos, dentro de una familia judía ortodoxa. Sus hermanos mayores fueron gemelos y le llevaban diez años de edad y se les tenía como buenos prospectos para la música clásica, de acuerdo a información del portal del Diario Judío en México.
En 1903, poco después del que Elías cumpliera 7 años, su madre lo encomendó a un violinista profesional en el Conservatorio de Cracovia, Polonia. A los 8 años, tocó el Concierto en Mi mayor de Bach y causó sensación. Durante los siguientes dos años, hizo gira por Ucrania y Rusia Occidental en donde también recibió instrucción de Leopold Auer, músico personal del Zar. El joven Elías estaba catalogado como uno de los más grandes prodigios musicales. La familia abandonó Rusia debido a la masacre judía conocida como el Pogrom de 1905 en Yekaterinsolav. Viajaron a América y se establecieron en Washington, en los Estados Unidos.
Ya en Estados Unidos, su madre Olga consiguió apoyo de Edith Roosevelt para continuar la educación de Elías, quien fue inscrito en la Juilliard School of Music, en ese tiempo llamada Instituto de Artes Musicales (Institute of Musical Arts).
A principios del Siglo XX, el mejor instructor de violín en Norteamérica era Franz Kneisel, quien tomó a Elías como su pupilo y tuvo una enorme influencia en su carrera. Después de nueve años en la Juilliard, Elías ganó el premio Loeb en 1915. Una parte del premio era un concierto en el Carnegie Hall. Edward Schafer, un miembro de la Casa de Bolsa de Nueva York, le dio a Elías un Stradivarius Rougemont con un arco Tourte como regalo. Elías y el famoso violín se volvieron inseparables por los siguientes diez años. Cuando la bolsa cayó en 1929, Elías regresó el violín a su benefactor para ayudarlo a salir de deudas.
En 1917, Elías se convirtió en miembro de la Sinfónica de Nueva York. Elías se ganó una plaza como acompañante de Enrico Caruso en su gira de 1918. En 1919, Elías conoció a Adelyn Dohme, la hija de un millonario propietario de la Dohme Chemical Company. La familia de Adelyn se oponía rotundamente a su matrimonio, el cual se efectuó en 1920. Juntos procrearon tres hijas, Jean, Gloria, y Dorothy. En esa época, Elías se volvió patológicamente adicto al juego. Esta adicción le ocasionaría graves consecuencias tanto para el como para su familia por el resto de su vida.
Elías y Adelyn se asentaron en Nueva York en donde Elías se convirtió en el maestro concertista de la Orquesta del Teatro Capitol. En 1925 pasaría a ser el Director de la Orquesta Sinfónica Minneapolis. Debido a sus deudas de juego, tuvo que dejar Minneapolis y terminó restableciéndose en la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh en 1927.
Al cabo de dos años, Elías había adquirido nuevas y enormes deudas de juego y el padre de Adelyn terminó convenciéndola de que terminara con su matrimonio con lo que también terminó la carrera de Elías en Pittsburgh. Cuando Elías volvió a caer en desgracia en Nueva York, compuso “Cosmópolis”. Su segundo matrimonio fue con una anefermera que lo atendió de un padecimiento de apendicitis y quien le dio a Elías dos hijos: John y Eugene, dos años mas tarde.
Durante su etapa en Hollywood, a partir de 1937, Elías formó lo que más tarde sería la Orquesta Sinfónica Hollywood Bowl, y comenzó a escribir música para cine. Su adicción al juego le cuasó más estragos y huyó a México después de haber echado mano de la nómina entera de la orquesta. Según su biografía, los músicos estafados le entregaron un pergamino donde daban fe de su perdón, en reconocimiento a su talento y el impulso que recibieron a sus carreras individuales.
Una vez en México se convirtió en artista exclusivo de la estación radial XEB, la radiodifusora más antigua del país y más tarde, fue nombrado director musical de la XEW, la estación de radio más importante del país. En ese tiempo compuso temas musicales durante la Ëpoca de Oro del cine mexicano, para filmes como “Ni Sangre ni Arena” con Cantinflas, además de “Casa de mujeres” (1942), “Las calaveras del terror” (1944), “El que murió de amor” (1945), “Lágrimas de sangre “(1946) y “El abandonado” (1949). También compuso posteriormente las partituras de filmes de Hollywood como Captain Scarlett (1953) y el documental “Chaplin’s Art of Comedy” (1966).
Su bonanza tanto económica como profesional en México, fue interrumpida una vez más por su adicción al juego. En Mayo de 1945, Elías fue arrestado y enviado a prisión a las Islas Marías en donde tuvo de compañero de celda a Ramón Mercader, el asesino de León Trotsky. Elías permaneció encarcelado por 13 años.
En este tiempo su matrimonio terminó. Al salir de la cárcel por perdón presidencial, Elías se casó por tercera vez, en esta ocasión con Lena Torres, con quien tuvo una hija, la famosa violinista, actriz y vedette Olga Breeskin y su hijo, Elias Jr. En prisión, Elías escribió el libro “La ciudad de los muertos” basado en sus experiencias en la cárcel.
Elías fue atropellado por un auto resultando con fractura de cadera. Esta le fue remplazada pero se volvió a fracturar y esta vez tuvo consecuencias fatales. Murió el 9 de mayo de 1969 a la edad de 73 años.