Construidos entre 1943 y 1945, los Estudios Churubusco son la sede natural de la cinematografía mexicana, los únicos estudios cinematográficos de la capital que han sobrevivido a la debacle económica de la industria y que transformó, gradualmente, otros importantes estudios como los Clasa, los Chapultepec, los Tepeyac, los San Angel y Los América. Los Estudios Churubusco comenzaron a funcionar en septiembre de 1945, con el rodaje de la película La morena de mi copla (Fernando A. Rivero), a la que han seguido peliculas de todos calibres y géneros, entre ellos abundantes filmes imprescindibles como Sensualidad (Alberto Gout, 1950), El Angel Exterminador (1963), El castillo de la pureza (Arturo Ripstein, 1972) o El Bulto (Gabriel retes, 1991). También han servido a diversas producciones internacionales.

En un inicio, el Banco Nacional Cinematográfico asumió la administración de los Estudios entre 1956 y 1979, año en que fue liquidado y debió cederlos a la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC), de la Secretaría de Gobernación. Con el establecimiento del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), en 1983, los Estudios pasaron a formar parte de este nuevo organismo y, desde 1988, tanto el IMCINE como los Estudios y el Centro de Capacitación Cinematográfica son regulados por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Entre 1994 y 1995, con motivo de la edificación en sus terrenos del Centro Nacional de las Artes, los Estudios Churubusco sufrieron una reducción física considerable que obligó a una profunda remodelaron de su infraestructura. En sus legendarios foros se han filmado cientos de sendas superproducciones de Hollywood. La historia del cine mexicano es imposible comprenderse sin los Estudios Churubusco, de los ecos que guardan sus espacios, sus recovecos, sus camerinos, sus tramoyas, en un largo trayecto de 60 años de vida.