El infierno de Luis Estrada

La indiscutible favorita de crítica y público. En el año más cruento de la “guerra” que el gobierno federal ha emprendido contra el narcotráfico, la película más incisiva de los festejos por el bicentenario resultó harto oportuna para la catarsis colectiva que fortaleció el viejo cliché de que México es un pueblo que se ríe de sí mismo. La película está narrada con mucho oficio pero aporta muy poco tanto en lo cinematográfico como en lo social. Reúne a un nutrido elenco de actores destacados liderados por Damián Alcázar, pero es Joaquín Cossío y su interpretación de “El Cochiloco” quien se roba las palmas (y los corazones) de los espectadores.

“Ante su evidente inocencia e incapacidad para retratar el ominoso asunto del narco, (Luis Estrada) se escapa por la tangente de la comedia barata, pseudo reveladora de nuestra jodidez de valores y pseudo irreverente y pseudo graciosa. Ineficaz resulta también la propuesta de que desde la parodia es más amplia y patente la denuncia”. Fernando Bañuelos. Hommocinefilus.

Año bisiesto de Michael Rowe

El fenómeno del año desde aquel domingo de mayo en que los mensajes de texto en los celulares de la comunidad cinematográfica nacional comenzaron a cruzarse promoviendo con azoro la noticia. El Michael Rowe al que tanto le habían cerrado las puertas y le habían dado reiteradamente la espalda, podía verse on line en la ceremonia del palmarés en Cannes recibiendo la Cámara de Oro por ese potente relato sobre la soledad salpicado de mucho sexo explícito. La película, no sólo puso en el mapa internacional a la productora Machete, sino marca un hito actoral a través de las interpretaciones de Mónica del Carmen y Gustavo Sánchez Parra (enormes).

“Lo novedoso aquí es el rigor formal y la sutileza expresiva con que el realizador presenta las pulsiones eróticas de sus dos protagonistas, sin un asomo de moralismo y sin posturas maniqueas, mostrando las dosis de vulnerabilidad y azoro que comparte la pareja en la escenificación ritual de sus excesos (…) para advertir que muy lejos de ser una película sensacionalista o manipuladora (pornográfica, dirán algunos), este elegante ejercicio estilístico de lentos planos secuencia y apuntes minuciosos, es en realidad una estupenda historia de amor contrariado”. Carlos Bonfil. La Jornada.

Abel de Diego Luna

El afortunado debut de Diego Luna dirigiendo ficción. Más allá de la taquilla que suponía de antemano su nombre como actor internacional (y que la ubicó como la cuarta película mexicana más vista en el 2010),  el filme habló por sí solo a través de su narrativa sutil, clara, sincera. Se trata de una historia que no pierde el rumbo jamás: agridulce, melancólica, cruel, Luna saca provecho todo el tiempo de sus actores, desde la extraordinaria Karina Gidi (que pareciera que jamás ha abandonado un set de filmación desde Demasiado amor) hasta los hermanos Ruíz-Esparza a quienes Luna logró enamorar del cine apasionadamente. Abel debutó con el pie derecho en Cannes y se llevó grandes honores en San Sebastián, por decir lo menos.

“No vaya, CORRA a ver ABEL de Diego Luna. Una sorpresa donde aplica el ya tan sobado adjetivo de entrañable. La figura paterna cuestionada a través de una infancia wildeana que ya todo lo sabe. ¡Truffaut vive en México y se llama Diego Luna! Y que los estudiantes de cine se de echen una ruleta rusa”. Arturo Castelán. Irresistible Undine

Somos lo que hay de Jorge Michel Grau

La ópera prima del CCC dirigida por Jorge Michel Grau, a pesar de haber devenido en un estreno deslucido en diciembre, acaparó prácticamente la marquesina y los titulares de todo el año (de Guadalajara a Cannes y de Morelia a Sitges, recibiendo en Guanajuato el premio a la mejor película). A diferencia de Abel y Año bisiesto, que unificaron comentarios favorables; Somos lo que hay despierta acaloradas defensas y renuencias, pero no deja indiferente a nadie. Grau apostó por el cine de género con esta farsa melodramática sobre una familia de caníbales y ganó en libertad creativa, además de un importante (y refrescante… ¡y necesario!) lugar en el cine mexicano.

“Parca pero intensa, anticlimática pero muy violenta, es además una enorme reflexión sobre el tipo de país en que México se convierte a la vez de un cuestionamiento a sus líderes y gobernantes, todo en una película que se ve y se escucha completamente profesional”. Erik Estrada. Cinegarage.

No eres tú, soy yo de Alejandro Springall

La película más taquillera del año, que además es la cuarta película más taquillera en la historia del cine mexicano sólo detrás de Rudo y cursi, Una película de huevos y El crimen del padre Amaro. Recaudó algo así como 125 millones de pesos y fue vista por 3 millones de espectadores, echando abajo el prejuicio de que nadie pagaría por ver a un actor que puede ver a diario (y gratuitamente) en su televisor. En la obra más impersonal de su filmografía (un necio remake de la veta creativa argentina) Alejandro Springall potenció la calidad de estrella masiva de Eugenio Derbez, quien siempre ha manifestado su interés y aprecio por el cine.

“No deja de ser una pésima adaptación que corrobora que la calidad no está casada con el gusto popular”. Oscar Uriel. Prodigy

Revolución de Carlos Reygadas, Fernando Eimbcke, Gerardo Naranjo, Mariana Chenillo, Diego Luna, Gael García Bernal, Patricia Riggen, Rodrigo García, Amat Escalante y Rodrigo Plá

Estratégicamente, es la película que mejor sacó provecho a nivel internacional del Bicentenario. Se paseó prácticamente por los festivales más importantes del mundo en secciones alternas desde su presentación en la Berlinale y hasta obtuvo el gran premio de Biarritz, entregado simbólicamente en el Festival de Morelia. Un éxito rotundo  de CANANA más en el terreno de la publicidad y las relaciones públicas, que una verdadera obra maestra. Será recordada más por innovar en el terreno de la distribución (pues su estreno ocurrió simultáneamente por televisión abierta, cable, internet, cines y a través de un libro), que por contribuir verdaderamente ya no digamos a una revisión ideológica del tema que les compete, sino a una auténtica revolución cinematográfica dado el calibre de los involucrados.

“No debería decirlo así pero, en general me decepcionó Revolución (Canana, 2010). Quizá porque esperaba más: elaboraciones más complejas, más duras y lúcidas de lo que se supone es la vanguardia del cine mexicano, sobre un tema a modo. Supuse que el “librepensamiento”que muchos de los directores blanden en cada oportunidad iba a ser explotado incluso hasta el escándalo, pero no fue así  (…) El sabor que me deja es acedo, fatigado… tan decepcionante como muchos miran al movimiento a 100 años de su inicio, al menos esto sí lo reflejan. Creo que el razonamiento sobre la Revolución Mexicana merecía más”.Enrique López T. CorreCamara.

Las buenas hierbas de María Novaro

María Novaro es una portentosa directora sobreviviente del cine mexicano de los 90. Basta recordar su discurso como presentadora en los Arieles 2010 para aplaudir su gallardía y su pasión por el cine, además de su reconocida adherencia a las bondades del video, reflejadas aquí en un cuadro de actuaciones serenas y devastadoras por parte de Ursula Pruneda, Ofelia Medina, pero sobre todo de Ana Ofelia Murguía en una de sus interpretaciones más soberbias y agradables. A María le llevó varios años (y algunas tragedias) terminar esta película; tantos, que al final de los créditos se puede apreciar el paso de varias generaciones del CCC que presentaron exitosamente sus óperas primas antes que ella. Entre otros, ganó premios en los festivales de cine de Guadalajara, Roma y La Habana.

“Como drama de lucha en contra de una terrible enfermedad, Las buenas hierbas triunfa como un sólido largometraje, pero como cine social, parece un viaje hacia los 70 que hoy en día se siente muy atemporal”. Sergio López. Cine Premiere.

Perpetum Mobile de Nicolás Pereda

Ganadora absoluta del Festival de Guadalajara por encima de apellidos como Carrera, Ortíz, Novaro; y teniendo como antecedente haber triunfado de la nada años atrás en Morelia con ¿Dónde están sus historias?, Nicolás Pereda (de la mano de Gabino Rodríguez, su actor fetiche) es el máximo exponente de una corriente cinematográfica gestada en el minimalismo, la improvisación, los planos contemplativos y el conflicto existencialista del cual son herederos por citar sólo a algunos: Elisa Miller, Julio Hernández, Rubén Imaz, Paz Fábrega y Sebastián Hiriat. En tres años, la filmografía de Pereda se compone de 4 largometrajes, un corto y un documental, convirtiéndose en uno de los más prolíficos y transgresores cineastas mexicanos bajo la máxima de tomar una cámara y hacer. Perpetumm Mobile es su primer estreno formal en cartelera y comienza a atraer la atención del mundo según registran sus premios en Venecia y Valdivia por su más reciente creación: El verano de Goliat.

“El cine de Nicolás Pereda activa una imagen que busca indagar en lo invisible, construido apenas por esbozos de situaciones que luego se llenan por la improvisación de los actores: silencios incómodos, diálogos inesperados, gestos extraños que permiten que la vida se cuele entre las grietas de la representación. Sus rodajes se llevan a cabo en muy pocos días, con personal de producción muy limitado y equipo portátil, registrando el máximo de situaciones posibles y buscando no repetir las tomas, como se haría en un documental. De ahí que el tono y la textura del filme sean de frescura y libertad narrativa; la complejidad está en cómo tramar las situaciones obtenidas por la improvisación”. Edwin Culp. Nexos.

Hidalgo la historia jamás contada de Antonio Serrano

Como no queriendo la cosa, hizo la tercia taquillera del año junto con No eres tú, soy yo y El infierno, llevando a salas alrededor de 900 mil personas. Muy a pesar de su aspecto de biopic hollywoodense, es precisamente su tono desenfadado y ligero lo que hicieron de esta biografía alternativa de Miguel Hidalgo un regocijo honesto y agradable que sin aspavientos y con una trama redonda recupera un valor primordial de la Historia que se pierde entre la violencia de El infierno y las aburridas intrigas políticas de El atentado: el conocimiento como herramienta de lucha, fuerza y desarrollo. Demián Bichir mereció el Colón de Oro al mejor actor en el Festival de Huelva por su interpretación.

“Más que un fresco histórico fidedigno, resulta claro que Serrano vio en el Padre de la Patria la posibilidad de repetir el éxito taquillero de su Sexo, pudor y lágrimas. Así, recurrió de nuevo al Bichir intermedio para despojar de solemnidad al personaje y convertirlo en un hombre dicharachero, parrandero y seductor, apoyado en un lucido diseño de producción y un guión formulario pero de fácil lectura. Sigue siendo una monografía aunque “más divertida”. Jaime Ramírez. Cinemanía.

Seguir siendo: Café Tacvba de Ernesto Contreras y José Manuel Cravioto

Marcó un hito tras su emblemática premiere en el Auditorio Nacional. Es probablemente el documental mexicano estrenado con más copias, rodeado y bendecido por el halo rockstariano de Café Tacvuba, el grupo musical retratado en cuestión. Una semana después se vio opacado por los primeros blockbusters de invierno (léase Harry Potter), pero como buen estratega, CANANA, la distribuidora del año, lanzó inmediatamente el DVD que con seguridad registrará buenos números de venta. Sus detractores argumentan que se trata del bonus track de un CD de aniversario, sin embargo, en conjunto resulta un interesante ejercicio por parte de dos de los mejores directores que ha dado el CUEC recientemente, asumiéndose genuinamente no sólo como autores, sino como fans de la banda.

“En cierto momento del filme, los directores se reúnen con Los Tacubos para pedirles que los dejen filmar su proceso creativo. Uno cree que la cámara va a captar el instante mismo en que sabemos exactamente quiénes son las personas reales detrás de las grandes estrellas, que vamos a entender qué es lo que los mantiene juntos. La escena se corta. Volvemos a la gira. Seguir siendo es una buena película de conciertos, sin duda emocionará a los fans. Pero Café Tacvba sigue siendo un enigma. Tal vez es que en realidad no hay mucho más que buscar: con su música ha de bastarnos”. Concepción Moreno. El Economista.

Te presento a Laura de Fez Noriega

El debut de Martha Higareda como guionista y productora repercutió favorablemente entre el público, ubicándose ni más ni menos que en sexto lugar en el top diez del año. Nada mal para una chick Flick sin pretensiones pero con los suficientes tropiezos como para haber sido severamente condenada por la crítica. Bienintencionada hasta los huesos y con un dulce mensaje, la historia de la actriz es harto dispersa y se pierde entre chistes bobos, chichés y una edición de lo realizado por el debutante Fez Noriega que parece un especial sabatino de sketchs. No obstante que abrió debate entre miembros de la comunidad cinematográfica sobre la pertinencia de a quién otorgar el fondo 226, con el favor de la gente, Higareda (la chica consentida de la Warner en México) se ha ganado el beneficio de la duda y ya planea su siguiente película.

“Justo cuando pensábamos que No eres tú, soy yo calificaba a peor cinta del año, Higareda viene y reclama lo suyo con esta película donde ni la manufactura se salva. Pero no se preocupen, atendiendo a la taquilla que recaudó "No eres tú, soy yo" (más de 100 millones de pesos), auguro un éxito rotundo para esta cinta. Conozcan pues, a este nuestro triste cine mexicano”. Alejandro Alemán. Chilango.

Chicogrande de Felipe Cazals

Se estreno con más pena que gloria en el primer cuatrimestre del año, hasta que San Sebastián la rescató y la incluyó en su programación oficial en diplomático gesto por los festejos del bicentenario. Se trata de un western digno, con toda la mano de hierro del maestro Felipe Cazals a la hora de poner la cámara. Es infinitamente mayor que El atentado de Fons, muy a pesar de su deshilachado final hollywodense con héroe indestructible de por medio. No obstante su temle por medioe por medio. aerdivia por El verano de Goliat.encialistaalentos tre la violencia de El infierno . No obstante su temple, termina erigiéndose en actitud, como uno de los últimos bastiones del cine de la vieja guardia, admirable en cuanto a lección de cómo hacer cine, pero poco inspiradora. Con seguridad, dominará las nominaciones al Ariel este año.

“Para fortuna tanto de la película misma como de la corriente cinematográfica en la cual inevitablemente ha de ser inscrita, el cineasta prescindió de toda suerte de grandilocuencia, lo mismo en términos de producción que en lo referente a las soluciones dramáticas elegidas. Dichas soluciones transitan, en alarde de equilibrio, el filo de ese abismo narrativo en el que puede uno desbarrancarse, cuando se abordan temas de la historia, si se es débil ante la tentación de la autocomplacencia y el hieratismo (…) El resultado es, en suma, otra muy buena película de un muy buen cineasta”. Luis Tovar. La jornada