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2013-11-10 00:00:00

Crítica: "Jazmín Azul", lo más reciente de Woody Allen en la Muestra

Por Manuel Cruz
Cruzderivas@gmail.com

DIGNIDAD. 1 Cualidad del que se hace valer como persona, se comporta con responsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás y no deja que lo humillen ni degraden

La identidad debe ser un tema complicado para la magnífica Cate Blanchett en “Jazmín Azul” (Blue Jasmin, 2013). Érase una vez una mujer rica: Jasmine tenía las mil casas de verano, las bolsas Louis Vuitton y el centenar de palabras y movimientos que la hacían notar por encima de las masas. Un caché de origen desconocido y poca justificación, que aparenta provocar envidia y desprecio en todos los demás; incluso su hermana Ginger, quien le da alojo tras la ruptura de su vida anterior.

Woody Allen ha hecho cine por décadas, presentando una galería de neuróticos muy característicos, incluso auto-retratos de su época anterior en otros actores (Owen Wilson en “Media Noche en París”). Pero Jasmine y Blanchett marcan el regreso a un personaje cuya visión del mundo es tan cerrada que se vuelve detestable (véase a Larry David en “Si la cosa funciona”, y su carrera en general)

No hay muchas razones para apreciar a Jasmine. Ciertamente no para los personajes que la rodean: la paciente Ginger y su novio Chilli (que parece un joven Al Pacino a dos de transformarse en Scarface) Incluso Hal, su ex-marido que oculta secretos tras un rostro de lujos y perfección. También es lo que Jasmine representa, un eslabón en la gran cadena de tiranos que destruyeron la economía en base de mentiras y fraude. Jasmine y Allen llegan frescos del escándalo Madoff, la caída de Wall Street e incluso la crisis de Enron.

Los pobres pagan tras el derrumbe, pero los ricos también. Quizás esa causa y efecto se repite en la mente de Jasmine, que afuera, en el mundo, busca recuperar algo mucho más grande que el perdón de otros: su dignidad. Pero en un mundo de personas definidas por lo que tienen y hacen, no es tarea fácil. Blanchett lleva este viaje con una elegancia —fundamentalmente sarcástica—, rompiéndose en ataques de pánico capaces de sacudir a su audiencia, y revelar el dolor que tiene dentro. Ella y todos, personajes de ficción y gente real, cuya vida se vuelve infierno de la noche a la mañana.

Hay un momento donde Jasmine menciona que no hay nada penoso en tener riqueza. Horas después de la película, me pregunto porque tal afirmación no resulta verdadera en el mundo real. Recuerdo la cara de Jeff Skilling durante el juicio de Enron, y las décadas de cárcel que vinieron después. Cuestiono el valor de perdonar, y si realmente cambia la vida —de quienes lo pronuncian y aceptan—

Jazmín Azul (Blue Jasmine, EUA., 2013, 98 mins.) Director: Woody Allen. Guión: Woody Allen. F en C.: Javier Aguirresarobe. Edición: Alisa Lepselter. Con: Cate Blanchett (Jasmine), Alec Baldwin (Hal), Sally Hawkins (Ginger), Louis C.K. (Al), Peter Sarsgaard (Dwight), Michael Stuhlbarg (doctor Flicker), Max Casella (Eddie) . Productor: Letty Aronson, Stephen Tenenbaum y Edward Walson. Distribuidora: Zima Entertainment. Clasificación: B.