Crítica: "De tal padre, tal hijo", el proceso de la culpa y la redención
Por Hugo Lara
Con su más reciente filme, “De tal padre, tal hijo” (Soshite chichi ni Naru / Like Father, Like Son, 2013), el cineasta japonés Hirokazu Koreeda se alzó el año pasado con el codiciado Premio del Jurado del Festival de Cannes, con todo merecimiento dado el emotivo y original drama familiar que logra plasmar en este relato, cuyo guión es de él mismo. Ha sido tan buena la acogida de esta película, que incluso ya se habla de una posible remake en Estados Unidos.
“De tal padre, tal hijo” relata el drama de Ryota Nonomiya (Masaharu Fukuyama), un exitoso y disciplinado ingeniero, con una vida perfecta al lado de su esposa Midori (Machiko Ono) y su hijo de seis años Keita (Keita Ninomiya). Una extraña llamada del hospital donde nació éste último los convoca a una reunión donde se enteran que hubo una confusión y su hijo no es de ellos. Así entran en contacto con la familia Saiki, cuyo jefe de familia, Yukari (Yôko Maki) es un modesto vendedor, y quien ha criado junto a su esposa Yudai (Rirî Furankî) a su verdadero hijo, Ryusei (Shôgen Hwang), junto a sus otros dos vástagos. Ryota entra en el dilema de recuperar a su hijo de sangre o conservar al que ha criado, en un debate interno agravado por su soberbia y sus prejuicios de clases sociales.
“De tal padre, tal hijo” es un filme conmovedor, construido con precisión de relojero, delicado y sólido a la vez. La narración nos conduce por el proceso de introspección que se fermenta en el interior del protagonista, Ryota. Alrededor suyo se tejen los factores que lo hacen inclinarse a tomar una decisión difícil. El personaje se deja guiar en silencio por los argumentos que encuentra a cada paso (la opinión de su jefe o de su padre, por ejemplo) para justificar su convencimiento de que “la sangre manda”, pero en este camino se tropieza con una dolorosa paradoja.
El director Koreeda elige el tono melancólico y la atmósfera intimista, mediante un ritmo semilento que permite desgranar la complejidad e intensidad de cada personaje y las relaciones entre estos que se ven enrarecidas y enturbiadas. Es algo evidente en el vínculo entre Ryota y su esposa, pero más aun en lo que ocurre entre Ryota y los dos niños. Todo esto a partir del contraste que la narración ofrece sobre la forma en que los dos padres de familia se desenvuelven: Ryota riguroso y autoritario; Yukari relajado y juguetón. Dos modelos de vida que chocan y se repelen. Con base en ello, ocurre la reacción natural de ambos niños.
“De tal padre, tal hijo” es una película que toca aspectos como el rechazo sentimental, lo turbulento de los prejuicios sociales, la confusión del amor filial o la posibilidad de la redención, en una forma que recuerda a la estupenda cinta “Secretos y mentiras” (Secrets and Lies, 1996), de Mike Leigh. La trama de “De tal padre, tal hijo” se asoma a los dilemas morales en una situación extraordinaria, con personajes profundamente humanos, que intentan evadir el sufrimiento pero que el destino los obliga a enfrentarse a la culpa, para entonces poder renacer y sanarse. En suma, es una película que no hay que perderse.
Soshite chichi ni naru Título en español: De tal padre, tal hijo Año: 2013 duración: 120 minutos País: Japón Director: AKA Hirokazu Kore-eda Guión: AKA Hirokazu Kore-eda Género: Drama Productora: GAGA / TV MAN UNION
