Crítica: «Nudus»: ¿Qué es más real: la vida o la que compartes en redes sociales?
Por Lorena Loeza
Ya decía el gran Gabriel García Márquez que “La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda...” Esta película nos hace pensar en que hoy disponemos en realidad de dos memorias: la nuestra, la conformada por nuestros recuerdos, amores y sinsabores; y la que se registra a través de las redes sociales y que compartimos con el mundo. Y la verdad es que nunca podremos saber si controlamos ambas en su totalidad.
El tema de las redes sociales y de cómo impacta en nuestras vidas, ha cobrado cada vez mayor importancia en los relatos cinematográficos. Ello debido en parte a que hoy por hoy es un componente central de nuestras interacciones sociales, nos enfrenta a nuevas disyuntivas y problemáticas de las que el cine también da cuenta en la narración de historias que les suceden a personas contemporáneas.
Nudus, cinta dirigida por Gibrán Bazán de producción mexicana, ofrece un estremecedor thriller sicológico, acerca de cómo es que lo que compartimos en redes puede ser usado como arma en nuestra contra, quizás justo en uno de nuestros momentos más vulnerables, como es el haber perdido la memoria al despertar de un coma.
El argumento central podría ser: Si tu no puedes reconocerte en esa imagen de ti que está en redes sociales, ni en la que tienes difusa en tu cerebro ¿Qué es lo que queda? ¿cómo saber lo que es verdad y lo que es mentira a través de tus historias de Instagram?
Gibrán Bazán lleva la premisa al extremo en una cinta que va desdoblando una historia con un final ambiguo, mismo que como también pasa en las redes sociales, puede ser interpretado de acuerdo a la experiencia sentida por las y los espectadores.
La película nos presenta a Laura, (interpretada por Carla Hernández) quien despierta en un misterioso cuarto blanco y sometida a un extraño interrogatorio. El interrogador (Álex Crusa) fríamente somete a Laura a preguntas acerca de ella, su identidad y su pasado. Para “ayudarla” a recordar le presenta publicaciones de sus redes sociales, que Laura empieza a reconocer sin entender lo que está sucediendo.
La cinta avanza un poco entre la realidad y la fantasía. Se habla de un futuro de más de 30 años, de un accidente, de una hija, de un futuro apocalíptico. El público deberá construir la historia, hacer sus propias conjeturas, y decidir cuál es la mejor explicación al final de la historia.
Intrigante de principio a fin, logra que nos cuestionamos cuál es el papel que juegan las redes sociales en nuestras vidas, sin son tan inocentes nuestras opiniones, nuestro apoyo a causas sociales, si seguimos modas, si pensamos en que estamos dejando una huella que no sólo no se borrará, sino que puede ser usada en nuestra contra en función de nuestras contradicciones.
Un guion interesante con un creativo uso y manejo de recursos cinematográficos que logra mantener el interés en los 110 minutos de duración. Al final hay giros de tuerca y ambigüedad en el desenlace, pero ¿qué no se trata de intentar no llegar siempre a los mismos lugares?
En los inicios de las redes sociales, nos vendieron el beneficio del empoderamiento a través del uso de nuestra propia imagen. Esta cinta nos hace cuestionarnos si eso es de verdad empoderador o debilitante. Y la respuesta, como se imaginan, no es fácil de responder, sólo piensa ¿qué dice tu estado en Instagram hoy?
