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Reporte de la semana

2010-12-02 00:00:00

Todo Fellini, todo diciembre: lo que piensan de él los cineastas mexicanos

* A propósito de la retrospectiva del director italiano en la Cineteca, miembros de la comunidad cinematográfica nacional comparten su sentir con respecto a su obra.
Parte 1

Por Ulises Pérez Mancilla

Esta semana inicia la retrospectiva a Federico Fellini en la Cineteca Nacional. Tutto Fellini lleva por nombre el ciclo en el que se presentará durante todo el mes la filmografía completa del director ganador de la Palma de Oro en 1960 por La Dolce Vita, que este año cumple su 50 aniversario. Correcamara, que en colaboración con la Cineteca Nacional, el Instituto Italiano de Cultura y la UAM-Xochimilco organiza el primer concurso de ensayo cinematográfico en torno a Fellini, presentará a su vez en el portal, de manera seriada, textos breves, opiniones y sentires de miembros activos de la comunidad cinematográfica mexicana alrededor de este autor, que al inicio de su carrera, fuera también guionista de otro grande del cine italiano, Roberto Rossellini.

¿Influye la obra de Fellini en el cine nacional? ¿Es un director apreciado por la gente que hace cine en México? ¿Ha llegado a inspirar algo? ¿Se tiene una película favorita de él? ¿A qué remiten sus imágenes? ¿Han trascendido sus historias, sus personajes? ¿Qué tan presente está en sus recuerdos? O lo que es mejor, ¿en sus corazones?   

Arturo Castelán.
Director del Festival MIX de Diversidad Sexual en Cine y video. Cortometrajista: La misma adoración y gloria, El huso de una rueca 

Fellini es el mago del cine. El dios de este arte para todos los creadores de cine mexicano en los 70. ¿Será el desprecio que la actual generación de cineastas mexicanos demuestra por él, la razón de su mediocridad? Seguro. ¿Por qué? Pues porque no se han acercado a su magia: a la enorme cantidad de sentimientos que genera la actuación de su Julieta de los Espíritus, esa Giulietta Massina maravillosa; porque no han sido invitados aún a esas orgías nocturnas en las que asistes acompañado de Anita Ekberg y Anouk Aimée y acabas la mañana saliendo de misa, no sin antes haberte estremecido gritándole tu amor a Cabiria y de hundir tus pies en una fuente que abraza/abrasa tus deseos; porque no son Marcello y no tienen boleto para el desfile de moda para papas en patines; porque su vida no es acompañada por un buen soundtrack de Nino Rota; por ser "bidones", claro está. Pero en el cine, no hay mal sin remedio y el ciclo de Todo Fellini que propone la Cineteca para diciembre no sólo será un refugio de la áspera cartelera comercial que nos acecha, sino la oportunidad de conocer/reconocer/asistir al cine y al circo y a la vida. Una de las condiciones del arte es que perdure y desafíe al tiempo. El año pasado Resnais, este año Fellini: gracias a la Cineteca por abrirnos los ojos y darnos los elementos más maravillosos -¡¡¡películas!!!- para no engañarnos ante nuevos ídolillos con pies de barro!  

Juan Antonio de la Riva. Director y guionista. Érase una vez en Durango, El gavilán de la sierra, Pueblo de madera, Vidas errantes

De niño me impresionaron mucho "La Strada" y "Las noches de Cabiria" que vi en el cine de mi padre en mi pueblo. Durante años conservé en la memoria muchas de sus imágenes y cuando finalmente volví a verlas,  me volvieron a dejar un  profundo sentimiento de tristeza. Luego vi "I Vitelloni" que siempre me remitió a Durango, la provincia y sus personajes. Seguramente estas películas de la primera etapa son las que más me gustan. El Fellini posterior me deslumbró y fue decisivo en mi entendimiento del cine como un medio de expresión de su autor, que es finalmente un asunto que lo lleva a uno a intentar dedicarse a ésta profesión. Yo creo que es una influencia decisiva, pero indirecta. Hay otros directores italianos que seguramente influyeron más en mi trabajo.  

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Jorge Pérez Solano Director y guionista. Espiral

Cada vez que escucho el nombre Federico Fellini me llega a la memoria una de las secuencias más memorables que he visto en el cine: un pavorreal descendiendo en las calles nevadas de un pueblo costero mientras los niños juegan con la mujer mas deseada del lugar, la Gredisca.  Escoger una película en la filmografía de un director como Fellini ha sido fácil para mí: desde que vi Amarcord sentí una completa empatía con la historia que cuenta y la vida que he vivido. Sus imágenes y situaciones me transportan a un pasado provinciano lleno de sueños y nostalgias.  

Paula Marcovitch. Directora y Guionista. El premio, Lake Tahoe, Temporada de patos, Sin remitente, Dos abrazos

Fellini me gusta, aunque no lo tengo muy presente. No es mi director favorito ¡pero claro que es genial!.  Su exhuberancia simbólica no es lo que más me atrae. Lo que me gusta es la ternura de sus personajes. Creo que la película que más me gustó es Ginger and Fred.  

Sergio Tovar. Director y guionista. Mi último día, El edén 

La Strada es atípicia y, de algún modo, única dentro del aparentemente homogéneo universo del neorrealismo italiano, probablemente por estar ubicada en los últimos años de esta corriente. Y es que, efectivamente, la miseria de la Italia de la post-guerra está plasmada en cada strada recorrida por los personajes; sin embargo, la pobreza no es lo que sostiene el peso de la película. Ésta funciona, ciertamente, como elemento detonador de la personalidad de ambos personajes (Gelsomina, adorablemente interpretada por la esposa del mismo Fellini, Giulietta Massina, y un Anthony Quinn, rayando en lo bestial, como Zampanò, el hombre fuerte de feria elevado a monstruo operístico) pero no como justificación ni obstáculo. Los parajes grises de la época quedan relegados a un segundo plano, se vuelven apenas un marco desolado para lo verdaderamente esencial: la soledad, las frustraciones y la necesidad de contacto humano de los protagonistas; pobres o no, italianos o extranjeros, artistas o monjas, es lo que menos importa.  En mi opinión, éste es uno de los filmes más valientes de Fellini, pues años antes de sus más célebres exorcismos (La Dolce Vita y 8 1/2) se aventuró a retratar sus propias heridas a través de personajes existentes fuera de él, alejado de lo que haría después: crear alter egos para desintoxicarse en celuloide. Y es que, personalmente, encuentro más fascinante este psicoanálisis externo, en el que se ve, se estudia y redescubre a través de otros ojos. La Strada me parece cercana y dolorosa, como un hombre destrozado, tirado en algún sendero, que cuenta sus penas mientras se escucha, a lo lejos, una trompeta triste: el maestro en su estado más puro.

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