Acapulco, ¡Vuelve a la vida!

* Carlos Hagerman presenta su documental sobre la leyenda del “Perro Largo” en Playa Caletilla

Por Ulises Pérez Mancilla 

Acapulco. En su segundo día, el bronceado del FICA comienza a agarrar un buen tono. Más parecido a una agradable reunión familiar con fines específicos, que nada tienen qué ver con la bruma de los festivales, pero sí con la nobleza de una muestra sencilla y discreta. Ante la muy escasa afluencia a las películas del festival, tal es el caso de Cartas a Elena de Llorent Barajas; el Festival cumple con un loable objetivo al acercar al público al cine bajo la premisa de “si ellos no van hacia la montaña, la montaña va hacia ellos”.  

La Academia 

Desde muy temprano, en Cinépolis Diana, en un apartado llamado “actividades académicas” que el propio Víctor Sotomayor supervisó personalmente, un grupo de estudiantes preparatorianos altamente juguetones y dispersos fueron expuestos a una charla con los críticos de cine Rafael Aviña y Carlos Bonfil a propósito de la exhibición de “La historia en la mirada”, la compilación de fotogramas de los Hermanos Alva que la Filmoteca de la UNAM se encargó de montar como parte de su trabajo de preservación. En días venideros, harán lo mismo en un master class con Carlos Carrera y podrán ver el trabajo de estudiantes del CUEC y el CCC. Nada mal para una edad en que su exposición al cine podría ser definitiva para ellos.   

El ánima 

Mientras ocurren las clases, la prensa mira en exclusiva un work in progress de El ánima, película de terror de Rafa Lara, que llevará como protagonista a Siouzana Melikan, y de la cual se realizaron 10 minutos para conseguir una coproducción con España. El rodaje se reanuda en febrero de 2011 y se trata de una película de género inscrita en la mejor tradición del cine de terror: “Con El ánima, intentamos seguir todas las reglas del juego, no pretendemos innovar en lo absoluto”, dijo el realizador que también ya presentó su trailer para conseguir financiamiento en el Foro de Coproducción del pasado festival de Huelva. “Cuando planteas una película de terror a los productores, les da miedo, y no precisamente del bueno”, bromeó el director que finalmente consiguió voltear la mirada de Videocine, que los apoyará con parte de los 3 millones de dólares que costará la película. Efectivamente, lo mostrado fueron 10 minutos de convenciones, pero sí bien sirven de crítica, fueron diez minutos de palpitaciones extremas.  

Compartir los sagrados alimentos 

Con un temple paternal, Víctor Sotomayor, gentil anfitrión pese a todas las adversidades, convocó a sus invitados a sentarse a la mesa a comer: prensa y talento, organizadores, realizadores y actores comiendo amablemente sin distinciones, sin presiones y pretensiones, en agradable ambiente costero íntimo en el restaurante de las Torres Gemelas del Playa Suites. Llegaron todos. Bonfil y Aviña, Lorena Velázquez enfundada en un vestido playero con motivo de leopardo y sombrero de paja amplio; Bracho, Tiare, Hagerman, Stephanie Salas, pero especialmente, Alonso Echánove, de esplendido humor y mejor semblante, acompañado de su esposa, recién desempacados del Festival de Aguascalientes e invitado para presentar De la infancia; completamente integrado a la vida social y presto para participar activamente en los avatares de la comunidad cinematográfica, dispuesto a opinar sobre lo que le gusta y presto para inmiscuirse como espectador en la programación del festival, por mínima que sea.  

Cartas a Elena 

Lo mejor que le puede ocurrir a una celebridad homenajeada es presentarse a recoger su premio con un trabajo qué mostrar: A Lorena Velázquez le ha ocurrido éste honor y por la tarde, acude al Cinépolis Diana a ver Cartas a Elena, un melodrama olvidado dentro del boom de cine de migrantes, sobre un poblado de la Sierra de Chihuahua en la que los viejos de la comunidad viven de las cartas que les mandan sus hijos migrantes, a la expectativa de que un día vuelvan y regresen con el resultado del sueño americano bajo el brazo.  “Ay, qué deliciosas palomitas acarameladas. Hay qué ver si se pueden hacer en casa”. Dice Lorena que apenas las luces se apagan, lee los créditos, suspira, se sorprende y se emociona. Cual público, se deja llevar por su propia película cuya historia pasaría como uno de los capítulos más intensos de la caricatura de Remi. A media proyección, aparece Luis de Llano con otra bolsa de palomitas al parecer, son un éxito. Al finalizar la proyección, Lorena, harto homenajeada, recibe de manos de un pintor de Acapulco, un retrato que efectivamente, evidencia la belleza que portó en su juventud y que la hace aun ahora,  la consentida de este festival.  

Vuelve a la vida 

El gran acierto de esta emisión del FICA sin duda, será haber allegado a los vecinos de Caleta y Caletilla el documental de Carlos Hagerman Vuelve a la vida, sobre la vida del “Perro largo”, la historia de amor de un lanchero acapulqueño que conquistó el corazón de una modelo neoyorquina y le cambió la vida. Como la leyenda que es, le decían largo por lo flaco, pero también por lo inventivo alrededor de su vida, marcada por la captura de una tintorera, por su romance con una mantarraya llamada Olga (la fantasía de Apichatpong Verasetakul hecha realidad, jaja), pero sobre todo, por haber logrado crear una familia multicultural al conquistar a una gringa que sucumbió a los encantos del romanticismo acapulqueño.  

Alrededor de la exhibición al aire libre, el ambiente de playa dominó… Niños echándose clavados bajo la oscuridad de la noche, lugareños descalzos echados sobre la arena, hieleras de cervezas, pieles bronceadas aplaudiendo la participación de sus vecinos, policías turísticos rondando, la familia del Perro que, ironías de la vida, a lo largo de la película corroboran su propia leyenda entre sonrisas y aplausos. El bochorno para sudar rico; y al final, la oportunidad de presentar un trabajo con dificultades de exhibición, mientras Hagerman, codirector de Los que se quedan junto con Juan Carlos Rulfo, planea nuevas estrategias de difusión para su documental, que de entrada, se da por bien servido al presentarse en el sitio-origen de su historia: Acapulco y sus legendarias pasiones cinematográficas, una de las principales motivaciones y razones de ser del FICA.

EN LA FOTO DEL INICIO: Carlos Hagerman.