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2010-12-14 00:00:00

Fernando Luján: “inmerecido, pero agradezco que me reconozcan en vida”

Por Ulises Pérez Mancilla  

Acapulco. El tercer día de actividades del FICA quedó sellado por el aplauso cálido de los asistentes al homenaje a Fernando Luján en el legendario hotel Villa Vera, donde recibió de manos de Ivonne Montero y Víctor Sotomayor el Jaguar de Plata, un retrato del pintor Hugo Zúñiga y una placa conmemorativa llamada “la leyenda”, que se una a otras tantas de luminarias del cine que engalanan el hotel en reconocimiento a su trayectoria. Le aplaudía Ari Brickman, con quien compartió escena en Cinco días sin Nora, le aplaudía Carlos Carrera, recién llegado al puerto y de muy buen humor, pero sobre todo, le aplaudía Lorena Velázquez que lo escuchaba atenta, con un brillo de camaradería en la mirada: “es inmerecido, pero lo agradezco, especialmente habiendo tantas carreras qué reconocer, es un honor y un privilegio recibir estos premios en vida”.      

La revolución de Juan Escopeta 

La empresa de animación Animex, creadora de La leyenda de la Nahuala y Nikté, presentó en la sección Work in progress un avance de La revolución de Juan Escopeta, la película que esperan estrenar en el primer trimestre de 2011, bajo la dirección de Jorge Estrada en coproducción con la empresa Aeroplano Films. Se trata de la historia de un niño llamado Gapo que vive en pueblo minero en Guanajuato y decide ir a buscar a su hermano, un héroe revolucionario, acompañado por el afamado pistolero a sueldo Juan Escopeta. A pesar de estar ambientada en los años de la postrevolución, no se trata de un filme surgido dentro del marco de los eventos del bicentenario, aclararon. Con este filme, que contará con las voces de Joaquín Cossio, Bruno Bichir, Blanca Guerra, Julieta Egurrola, Dolores Heredia y Carlos Cobos, Animex se mantiene firme en su esfuerzo por realizar animación tradicional con un sello de identidad mexicana.   

Borrar de la memoria 

Las mañanas en Acapulco fueron exclusivas para actividades académicas y conferencias de prensa, que en el tercer día correspondieron a las películas Cartas a Elena y Borrar de la memoria. Por parte de Cartas a Elena se presentaron los actores: Hugo Macías, quien tuvo que salir corriendo pues tenía llamado en el DF para dirigir la telenovela Cuando me enamoro y Jaime Jiménez Pons, que en calidad de productor asociado de la película anunció sus próximos proyectos con el director Barajas Llorent: la comedia ranchera Petición de mano en la cual quieren a los cantantes Pedro Fernández y Alejandro Fernández; y La mujer del rebozo, un melodrama histórico para el cual aspiran tener a América Ferrara en el protagónico.  

La presencia de Alfredo Gurrola y Rafael Aviña para presentar Borrar de la memoria en su segundo festival después de Morelia, habla mucho de su experiencia y respeto por el público, así se trate del foro aparentemente menos importante o más pequeño. Director y guionista, quienes acompañados por el joven fotógrafo Juan Bernardo Sánchez y el actor René Campero hicieron acto de presencia tanto en la proyección como en la conferencia, firmes con la promoción pese a los inconvenientes de una mala organización que programó la película simultáneo a la proyección del documental Vuelve a la vida en Caleta, o incluso, de dejar la ficha de la película fuera del catálogo del Festival.   

Hijo de padre cinéfilo, Rafael Aviña, mejor conocido por sus críticas de cine en el periódico Reforma y harto apreciado por sus compañeros de la prensa y el público mismo, trabajó al menos 18 versiones del guión desde 2001, cuando le ofreció a Gurrola la dirección del proyecto, a lo que éste dijo que sí, “sin siquiera tener un guión, sólo una idea, una intención” a partir de la historia verídica de una mujer asesinada y empaquetada por ahí de 1967 que daba para un thriller muy interesante y que conforme el proyecto avanzó encontró refugio en el rico y complejo contexto del 68.   

Gurrola tardó veinte años en hacer cine, mientras tanto se refugió en la televisión. A su regreso se dio cuenta que nadie de aquellos con quien solía trabajar estaba ya en activo, así que cuenta, prácticamente “fui al kínder a sacar nuevos elementos”. Sobre el contexto de Borrar de la memoria, se muestra honestamente amargo: “Yo viví ambas épocas y eran dos Méxicos muy diferentes, los colores vivos existían en el espíritu de todos los jóvenes: pensábamos que se podía hacer algo por el país. Después del 68, ese México se fue”.  

Mucho ruido y pocas nueces 

O lo que es lo mismo, demasiada farándula y poco cine. Hoy se dio el primer relevo de los invitados, algunos como Julio Bracho y Regina Orozco se fueron, pero arribaron otros como Elizabeth Valdés, César Ramos, Andrés Montiel, Gerardo Taracena, Ari Brikman y el director Álvaro Curiel, acompañado de la actriz Norma Angélica para presentar la función de Acorazado tras una deslucida alfombra roja. Las cosas en el Cinépolis nunca fueron claras: si no se vendían boletos, las funciones se cancelaban. El quórum de las salas nunca fue más allá de 20 personas. Por ejemplo, la función de 180 grados de Fernando Kalife tuvo una asistencia rala, y aun cuando había lugares vacíos, la empresa negó la entrada a los invitados del festival. Alonso Echánove, que fue el único entusiasta de ver toda la programación del festival, se fue a comprar sus boletos.   

Mientras eso ocurría en la plaza comercial, donde todas las tardes los niños de la casa hogar de Acapulco interpretaban villancicos; en Caleta se exhibía a una docena de lugareños el clásico Tintansón Cruzoe, nada qué ver con la afluencia de la noche anterior para ver Vuelve a la vida, por ejemplo. En Playa Tamarindos tampoco había actividad alguna, pues el homenaje a Fernando Lujan se había movido a un sitio más glamuroso. De ahí quizá, que la nota principal en los programas de Televisa al día siguiente fuera: Stephanie Salas se mete a nadar en Topless a la alberca, personal del hotel la invita a retirarse por faltas a la moral. Sin duda, la mejor cobertura de un festival.  

El carismático señor Luján 

La noche del FICA, tras varios malentendidos, cancelación de funciones y cambios de última hora en eventos de playa, la organización cerró filas para homenajear a Fernando Luján que, dicho sea de paso, fue omitido de las transmisiones especiales de tele por pertenecer al elenco de TV Azteca. Ni importó, el carisma y la experiencia de Luján se impusieron al ridículo veto y compartió su homenaje con un centenar de invitados a quienes dirigió, siempre con ecuanimidad, palabras de agradecimiento que hacían que los aplausos se alargaran. “Yo no soy de los que vengo por que puedo, sino porque puedo vengo”, enfatizaba el actor gustoso de recibir el reconocimiento en vida, especialmente habiendo tantos y tantos compañeros con la trayectoria suficiente para recibirlo. Que crezca el Festival de Acapulco, ese fue su mejor deseo en una noche donde predominó el whisky, pero sobre todo, los vodkas con Yolis.

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Borrar de la memoria