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2015-05-16 00:00:00

Cannes 2015. Semana de la Crítica 2015 «Paulina»

Por Davo Valdés de la Campa
Desde Cannes

Lo primero que se me ocurre decir de la película argentina, "Paulina" es que la actriz, Dolores Fonzi realmente encarnó su personaje con carácter e intensidad: un mártir extraño, según las mismas palabras de Santiago Mitre Ésta, su segunda película, después de la fábula política El estudiante abrió las actividades del segundo día de la Semana de la Crítica en Cannes.

La trama sigue a Paulina, una joven abogada que abandona su prometedora carrera laboral y escolar para impartir clases de política en una escuela rural como parte de un programa de justicia social. Unos días después de su llegada un grupo de jóvenes -algunos alumnos suyos- abusan sexualmente de ella. Paulina decide manter firme sus convicciones políticas a pesar de la violencia y de cómo su vida se ve afectada. Esto quiere decir que continúa con sus clases y con el interés de que los jóvenes encuentren alternativas distintas. El personaje de Fonzi es el de una mujer enigmática que decide apegarse a sus convicciones, aunque esto signifique negar el sistema judicial. En el fondo la búsqueda de Paulina no es la persecución de justicia en términos penales, sino que va mucho más allá e intenta desde su trinchera romper el ciclo de violencia que la rodea.

La fortaleza de Paulina reside precisamente en su convicción y en la asimilación del contexto en el que vive y del que es producto la violación que sufre. Ella sabe que es consecuencia de un sistema y decide ir contra él. Sabe por ejemplo que la policía puede ejercer una violencia similar contra sus atacantes como ellos lo hicieron con ella. Decir que no a ese sistema es una forma de rebeldía. Quizá también sea irracional, pero justo por eso el personaje se matiza por un enigma mucho más grande, quizá ya no en el plano de la política sino en el plano de la ideología pura.

"Paulina" es una suerte de revisión o de adaptación de "La patota" (Daniel Tinayre, 1960), película merecedora del Oso de Oro en la onceava edición de la Berlinale, aunque realmente podría considerarse como una perspectiva totalmente nueva a la misma historia. Son dos películas distintas. Mitre aprovecha el personaje de Paulina para invertir el proceso que utilizó en "El estudiante", con el personaje protagónico, Roque. Un joven estudiante que poco a poco se va abriendo paso y va ascendiendo en la escala de las agrupaciones estudiantiles y de ese modo aprende la dinámica de su microuniverso político. En este caso el camino es la inversa. Paulina conoce las instituciones y decide ir con la gente para trabajar a ras de suelo. El abuso que sufre es una terrible prueba. Ella decide no sólo mantener su discurso sino llevar sus acciones al límite, más allá de la compresión de su novio y de su madre, un importante juez.

La película de Mitre desnuda la violencia para criticarla con firmeza. El personaje encarnado por Fonzi propone el camino de la irracionalidad para romper el ciclo de violencia. Quizá para ella la justicia instituida sólo prolonga el estado de ira, opresión y violencia que detona en crímenes como el que ella sufrió. Ella se niega a ser una víctima total, pero tampoco se siente cómoda como juez. En el fondo ella quiere entender, sentir empatía y tomar un camino distinto.

"Paulina" de Santiago Mitre compite en la selección oficial de la Semana de la Crítica.