«París puede esperar», un largo y delicioso paseo por Francia
Por Israel Damián
Ser sencillo jamás ha estado peleado con ser elegante, y ser detallista es un concepto que se toca en ésta película con mucha delicia. "París puede esperar" (“Paris Can Wait”, 2016) no le exige nada más al espectador que sentarse y disfrutar con calma de un viaje a través de la historia, la comida y la cultura de Francia. Es un itinerario que muestra el valor del camino al viajar, y al llegar al destino nos despide con un buen sabor.
Anne (Diane Lane) es la esposa del famoso productor y director Michael (Alec Baldwin), ambos son americanos y se encuentran en Francia por motivos laborales junto a Jacques (Arnaud Viad), un socio francés de Michael. Durante su estancia, Anne comienza a sentir un dolor en sus oídos que le impide trasladarse a París en el avión junto a su esposo, así que Jacques se ofrece a llevarla en su coche. Anne accede sin saber que el viaje que realizarán será un evento inesperado y renovador en su vida.
"París puede esperar" (Paris Can Wait) es la primera película de una mujer ya muy adulta llamada Eleanor Coppola, la esposa del conocido y muy premiado director Francis Ford Coppola, director de los clásicos "The Godfather" (1972) y "Apocalypse Now" (1979).
Escrita y dirigida por ella misma, la historia nos presenta a dos personajes, Anne y Jacques. Anne será nuestro personaje principal, acostumbrada a una vida rápida y apurada. Esta mujer sensible, con postura, simple y elegante aprenderá, gracias a los rodeos, paseos y desviaciones que dará Jacques del camino a París, sobre ella misma y los placeres de la vida. Será Jacques la conciencia y constante entrevistador de Anne que permitirá que se sienta poco a poco libre con sus decisiones, sus pensamientos y su pasado. Jacques pasea a Anne por Francia, sus monumentos, restaurantes y carreteras, él será quien impulse a Anne a sentirse a veces incómoda, abandonada, vulnerable y lejos de casa, pero al mismo tiempo será quien le enseñe que lo que siente es miedo a sentirse cómoda, acompañada, fuerte y segura en un camino que, si no es corto, es porque hay más que disfrutar y descubrir.
Diane Lane, quien interpreta a Anne, da vida a un personaje que captura al público con carisma y optimismo. Por otro lado, Arnaud Viad (Jacques) será una representación muy precisa de la sutileza, la caballerosidad, atención y romance que nos permite conocer a un personaje que gusta de saborear cada bocado, apreciar cada momento y disfrutar de cada situación, conocer los detalles y conocerse a sí mismo en medio de ello. Jacques, entonces, tratará de compartir y enseñar su forma de ser y su cultura a Anne, llevándolos por paisajes, restaurantes y museos que, a la vista, se nota la forma estética que pretende Eleanor Coppola al dirigir. Las tomas nos dejan contemplar este paseo que le provocará hambre al espectador, admiración por los detalles en los aspectos más chicos e interés por la historia detrás de algunos de los paisajes y monumentos más famosos de Francia.
"París puede esperar" se refiere a que, a veces alargar el camino, hacerlo sinuoso y desviarse no es sinónimo de perderse o llegar tarde, sino de encontrar una forma de hacer, disfrutar y conocer más antes de llegar a nuestro destino.
