El portal del cine mexicano y mas

Desde 2002 hablando de cine



Noticias

2024-02-14 00:00:00

Crítica: «Wonka»: Un punto de vista desde los estudios organizacionales

Por José de Jesús Chávez Martínez 
 
Hace algunos meses pude publicar un libro donde se propone el uso del cine con pretensiones educativas en el campo de estudio de las organizaciones. El texto lleva por nombre “El cine como dispositivo didáctico para entender las organizaciones” (Barker and Jules, 2023, disponible en amazon.com). En él se analizan con parámetros teóricos del análisis organizacional trece películas de diversas épocas, la mayoría tocantes a empresas privadas, con la finalidad de reforzar las temáticas que se vean en clases de administración, mercadotecnia, gestión y áreas afines.
 
“Wonka” puede sernos útil en ese sentido, ya que contempla la etapa de un juvenil Willy Wonka (un adecuado Timothée Chalamet), aspirante a mago, inventor y desde luego chocolatero, cuando decide viajar hacia una ciudad, cuyo nombre no es especificado, con el sueño de fundar una fábrica de chocolate, sólo que se enfrenta a la acre respuesta de tres empresarios dulceros que monopolizan tanto la producción como la venta de golosinas. En una plazoleta aledaña a las Galerías Gourmet, Willy presenta a la población unos “hoverchocks”, chocolates que hacen que la gente vuele al comerlos. Los tres magnates los comen, se elevan por los aires y dan fe de la calidad de las golosinas pero confiscan a Wonka sus productos y hacen que unos policías lo saquen del lugar, encabezados por el Jefe (un sorprendente Keegan-Michael Key) que también estaba en contubernio con los potentados.
 
Aunado a este obstáculo, Wonka también recibe un trato abusivo de una casera, la señora Scrubbit (ni más ni menos que Olivia Colman) que le renta un cuarto mediante un contrato con cláusulas engañosas y leoninas que obligan a sus inquilinos a pagar el hospedaje con trabajo arduo, bajo la supervisión de su ayudante y enamorado, el gigantón Bleacher (Tom Davis).
 
Este legendario héroe representa al joven emprendedor que idea y elabora un producto de calidad, con base en la receta que aprendió de su difunta madre Missy Wonka (la siempre bella Sally Hawkins), pero que se ve impedido de comercializarlo por obra y gracia de esa suerte de trust chocolatero que pone en práctica maniobras desleales y abusivas, escudado en el concepto de libre mercado. Más adelante, cuando Wonka logra establecer una pequeña chocolatería, igualmente es saboteado. Ese trust además está en contubernio con un sacerdote, el Padre Julius (el siempre bienvenido Rowan Atkinson), para esconder una gran reserva de chocolate líquido debajo de la parroquia: el pleno ejemplo del acaparamiento de bienes e insumos, típico del capitalismo burdo.
 
Esta cinta del género musical también habla de los equipos de trabajo que se forman con un objetivo común. En efecto, Wonka conoce a otros personajes cautivos y explotados por la señora Scrubbs, otros “deudores” de diferentes edades y formaciones, que finalmente unen sus talentos para formar la empresa, enfocada en la producción clandestina de chocolates; así tenemos a la pequeña Noodle (Cala Lane), el contador Abacus (Jim Carter), la plomera Piper (Natasha Rothwell), el comediante Larry (Rich Fulcher) y la telefonista Lottie (Rakhee Thakrar). Esto, en el ámbito académico, puede encantar a los profesores y alumnos entusiastas del trabajo en equipo con miras al emprendimiento. A este grupo se integrará más adelante el pequeño Lofty (un Hugh Grant en plan de genio), un “Oompa Loompa” ya bien conocido por las anteriores versiones fílmicas de la fábrica de chocolate (Mel Stuart, 1971 y Tim Burton, 2005) y proveniente de la novela “Charlie y la fábrica de chocolate” de Roald Dahl, escritor británico (autor también de la popular “Matilda” que igualmente tiene una versión cinematográfica conocida por todos).
 
En el plano artístico, “Wonka” es una comedia musical para todas las edades, bien cuidada, bien actuada (el reparto predominantemente británico es de primera). Los gags y las coreografías no son pesadas como en otras películas del género y tanto el diseño de producción como los efectos digitales están acordes con los elementos fantásticos de la historia.
 
En el plano social, se incluyen valores como la amistad, la honradez empresarial y la familia en que puede llegar a convertirse un equipo laboral. Así también vicios como la avaricia, el control del mercado, la explotación grosera, los intercambios de favores y el clientelismo entre la iglesia y el consorcio. Vale decir que es una cinta divertida, recomendable para las familias y aun para los interesados en los temas de negocios, sin embargo, si bien la temática se adecua a los conceptos de organización del trabajo, no olvidemos que el contexto es anglosajón y debemos considerar valorar la distancia que hay respecto de las condiciones de cada país o región. Sorprendentemente aún está en algunas carteleras y próximamente en las plataformas de streaming correspondientes.